You're ugly too |Frerard|

Dos

¿Cómo podría ser una persona tan hermosa?

La forma de su mandíbula me volvía tan loco y esos ojos azules a juego me hacían preguntarme,  ¿Por qué no me hacía caso? Pero me respondía diciéndome que yo no intentaba nada, y quizás, no estaba a su altura?

¿Por qué al escuchar su nombre sentía mil emociones? Si no lo conocía a profundidad. Pero quería hacerlo.

Y podría seguir todo el día...

Mi hermano y Ray hablaban de trivialidades mientras yo me encontraba observando (según yo) discretamente a Thom, quien se encontraba algo serio escuchando a alguno de sus amigos y yo no pude evitar morder mi labio inferior. Se veía tan sexy. A veces hasta yo me daba miedo, y me regañaba mentalmente porque podría considerarse un tipo de acoso. Pero no podía evitar mirarlo, apreciarlo. 

Estaba tan enamorado que con sólo verlo sonreía como tonto, y me sentía bien con ello. 

Fue entonces donde presintió mi mirada y me vio directamente porque alzó su mano dándome un saludo. Quise morir en ese instante, porque seguramente me habría visto como un idiota pervertido o que se yo, así que disimulando mi enorme y notorio enrojecimiento le devolví el gesto recobrando la postura poco a poco. Iba a sacar mi teléfono para distraerme y tragar el mal rato cuando me indicó que fuera con él.

Quise morir diez veces en ese instante.

—¿No irás? —preguntó Mikey. Hice una mueca porque me sentía congelado, pero y al final terminé rindiéndome aún con su mirada encima de mi. 

—Sinceramente no quiero, sabes que no puedo intercambiar muchas palabras con él. 

—Sólo trata de no ser tan obvio —dijo Ray cuando me puse de pie. 

No me intimidaba su grupo de amigos, todos ellos eran grandes personas con las que podías pasar un gran y agradable rato charlando, a excepción de Frank. Lo que me ponía nervioso era el hecho de estar cerca de Thom, por las ya antes mencionadas razones.

—Siéntate aquí.

Señaló un espacio vacío. 

—Ah, gracias.

Quedé a un lado de él, estando a una distancia considerable.

—¿Qué tal tu día?

¿En serio? ¿Después de verme correr al baño por mi pequeña vejiga pregunta eso?

—Bastante normal, hasta ahora no hay tarea y eso significa que dormiré temprano. 

Thom empezó a reír y le seguí igual de nervioso que antes, no estaba mintiendo. Hace días que me desvelaba por estar estudiando o arreglando proyectos de distintas materias. Después de un tiempo el rubio natural no sabía que decirme y yo estaba igual o peor, pero el tenerlo cerca era lindo. Podía oler su loción que me envolvía como en una nube suavecita de azúcar.

Que enfermo estás Gerard. 

—¡Mark, Thom! Les tengo que contar algo —dijo Josh Dun sentándose entre nosotros. 

Literalmente que había mandado a empujones a otro lado para sentarse con Thom y así poder hablar con más detenimiento.

—¿Qué pasa? —preguntó mi rubio con curiosidad.

—Soñé algo muy extraño. Estábamos aquí en la escuela (en el segundo piso para ser exacto) y te fuiste con Mark y Lucy a comprar algo de comer, pero eso no es lo importante ya que luego llegaron unos sujetos a disparar de la nada. Se escuchaban muchos gritos y todos huían tratando de esconderse. 

—¿Como un tiroteo?

Josh asintió no tan convencido y siguió contando su sueño mientras comía, ambos lo escuchaban atentos, les interesó tanto que hasta logró captar la atención de Brendon y un poco la mía, pero al mismo tiempo me sentía raro escuchar sobre personas que morían. Era como si estuviese reseñando una película pero la contaba de una forma estúpida.

—¿Y por qué crees que soñaste eso?

—Aún no termino. Apareció un salón, yo nunca he visto ese lugar pero me metí para esconderme. Escuché unos pasos y luego silencio absoluto, así que fui a buscarlos. En el camino dos balas me dieron pero no directamente sino un roce en el brazo y en el cuello, les juro que lo sentí muy real, me ardía.

Mark agarró su brazo y empezó a inspeccionar los lugares que le había dicho. No tenía nada, claro, pero me pareció lindo que se preocuparan por él aún cuando le había dicho que estaba bien.

—Es cierto.

—Si, también me revisé en la mañana. Entonces los encontré y por suerte no les ocurrió nada, sólo estaban tu, tu, tu y Halsey —dijo y señaló a Thom junto con Mark y Brendon. —Pero de la nada escupí dos balas seguido de una tercera y se volvió más raro el lugar, ya no estábamos en la escuela pero seguía el alboroto y sentí miedo. No recuerdo más porque desperté.

Miré a Ray buscando ayuda y me indicó que fuera con él, agradecía nuestra conexión. Entonces me levanté y me excuse con ellos para huir de la mesa. 

—¿Qué crees que sea? ¿significará algo? —me preguntó Thom cuando me estaba despidiendo, supongo para que no me sintiera tan mal por haber ido a hacer nada ahí.

—Quizás miras muchas series. 

Josh sonrió y asintió para tomar de su botella con agua.

Al estar lejos de ellos sentí que pude respirar con mayor tranquilidad. No quisiera decir que fue un receso desperdiciado porque lo tuve a unos centímetros de mi, pero como siempre, no pasaba nada significante. 

Cuando entramos a clases nuevamente de un momento a otro sentí que el mundo conspiró en mi contra, realmente en segundo. Odiaba estadística, no era bueno en matemáticas y en ningún derivado de ello así que el profesor me ayudó inconscientemente (en ese segundo) formándonos en parejas, y todo colapsó cuando supe que qiedaría en el mismo equipo que Frank Iero, ya que era una de las tres materias que compartíamos. 

No quería demostrarle que no me agradaba, porque tampoco era así, sino que nunca en el poco tiempo de conocernos habíamos congeniado bien. Éramos tan diferentes, casi opuestos. Entonces lo que hacíamos era evitarnos uno del otro, así para no pasar momentos incómodos o indiferencias directas. Y es que su vibra se me hacía un poco confusa, porque era una mezcla de arrogancia con timidez y soledad. 

Decía soledad porque por más que tuviese un grupo de amigos populares y él también fuese considerado alguien notable en la escuela le gustaba estar solo, o no resaltar como tal. Pero a mi me causaba gracia que a pesar de todo lo que se podía decir de Frank, su estatura no estaba tan acorde. Porque era el más pequeño de todos. 

Me acerqué a él y sonreí, Frank veía su teléfono con algo de molestia y no se molestó en alzar la mirada hasta que me aclaré la garganta para hacer presencia, pero su posición nunca cambió.

—¿Entonces...?

—Qué quieres Gerard

—Uh bueno, estamos juntos para este proyecto —dije balanceándome en mis talones. Quizá podía ser un tonto con los números, pero me gustaba ser responsable.  —¿Te parece si empezamos desde hoy?

Frank por fin alzó la mirada, pero se notaba que tenía algo más importante que hablar conmigo. Y me molesté. 

—Me da igual —respondió y volvió a posar su vista en el aparato.

Suspiré cansado, simplemente era imposible tratar de hacer algún tipo de plática con él, así que  regresé a mi asiento algo incómodo. No sabía cómo lograría trabajar sin matarme antes estándo con Frank.