Dieciséis

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Pasaron días. Días en los que alternamos los lugares para estudiar con Frank y días en los que convivía más tiempo con Thomas. Sentía que todo marchaba bien, sentía que me estaba ganando a un nuevo amigo y que muy probablemente en un futuro cercano captaría la atención de Thom. Aún no sabía con certeza si le gustaban los chicos pero habían veces donde me daba indicios de que era así y eso me motivaba.

Estaba feliz, Frank había mejorado bastante con sus calificaciones y nuestra relación era más estrecha. Lograba sacarle risas por bromas de temas en común y él a mí, cosa que era casi imposible para otras personas (por ejemplo sus propios amigos). Habían veces donde casi no estudiábamos y nos poníamos a ver películas o criticar series mientras comíamos un montón de comida chatarra. Era increíble la forma en la que logramos congeniar, ya no me molestaba tanto como antes y cuando lo hacía era divertido. No se ponía tan pesado como solía ser pero aún habían excepciones. 

Sabía que el espacio personal era muy preciado para él, que algunas veces le daban bajones emocionales y le gustaba estar solo. También era bastante desapegado a las redes sociales, sólo por compromiso o cuando ya no sabía qué hacer las usaba pero de ahí le gustaba más hablar en persona. Aunque él casi no hablara mucho. 

Un día, después de que su mamá nos dejó solos en el departamento, hicimos lo de siempre, repasamos algunas cosas del libro y llegamos a una parte donde las cosas se tornaron un tanto complicadas porque me estaba metiendo en terreno muy peligroso, y pensé que me iba a mandar al carajo porque, he de aceptar que a veces no logro entender por completo su carácter. Pero lo tomó bastante tranquilo, y con la información que me había dado comprendí que me tenía cierta confianza. 

Me contó sobre su padre. Como el hecho de que se llamaba igual y algunas anécdotas que, creo nadie sabe. Como esa vez donde estaban quitando la nieve que se encontraba en el patio de su casa y casi le cae un gran pedazo de hielo en la cabeza pero por suerte su papá lo salvó aventándolo a otro lado. Por poco se rompía un brazo.

Descubrí también que Frank era originario de New Jersey y que la universidad donde tenía interés de ingresar y donde iba a presentar el examen estaba allá. El lugar queda a cinco horas de aquí así que para ese día iría a su antigua casa para quedarse a dormir. También me reveló que el motivo por el cual se habían mudado era porque a su papá le habían subido de puesto en la empresa donde trabajaba y por lo tanto comenzó a ganar más dinero. Entonces decidieron no vender la casa porque en el futuro sabrían que podrían regresar y ese era uno de los planes de Frank.

Tenía muy en claro que el enano extrañaba su hogar, sentía que por momentos se ponía nostálgico pero lo ocultaba perfectamente y hacía un gran trabajo porque nadie sospechaba. Excepto yo cuando lo conocí mejor. 

Pensaba mucho en él, en su situación, pero no le decía nada por miedo a que lo tomara de otra forma, como si le tuviera lástima o algo. Y la verdad es que no era así, sabía que Frank era muy fuerte, el simple hecho de perder a alguien importante en tu vida y seguir adelante ya es un gran paso. Sólo tener a tu madre contigo en otra ciudad pero no completamente porque ella se la vivía en su trabajo también era otro peso. Y nos tenía a nosotros, sus amigos, que hacíamos lo mejor para y por él, pero quizás no era suficiente.

Ahora entendía porqué no era tan afectivo, comenzaba a comprenderlo.


~•~•~•~•~•~


—The Rasmus es mi religión, ¿estarías dispuesto a unirte a ella?

Reí y asentí, Raymond acomodó su afro con una mirada coqueta.

—Estoy interesado.

Mi amigo sonrió satisfecho y chocamos nuestras cajas de jugos que estábamos bebiendo.

—Entonces debes empezar por saber que no son sólo In the shadows.

—Me ofende que pienses eso de mí.

Carol puso su recipiente con frutas picadas en la mesa y se sentó en frente de nosotros, nos saludó con una sonrisa para después vertir yogurt sobre su almuerzo y empezó a comer.

Aún no sabía cómo la habían aceptado tan rápido estando a unos meses para terminar el año pero me alegró porque así no perdería más clases y esas cosas. Ella había hecho nuevos amigos, sus problemas comenzaban a arreglarse y había escuchado que pronto se mudaría con la tía Meg a un edificio que estaba cerca de la institución. Me deprimía un poco porque me había acostumbrado tanto a ellas, pero tenía que aceptarlo porque no vivirían con nosotros toda la vida.

A pesar de todo Carol pasaba los recesos con nosotros y Mikey seguía tratando de hacerse novio de Kristin, lo cual era bastante ridículo porque todos sabían que entre esos dos ya había algo.

Divisé a Frank a lo lejos y fruncí el ceño confundido, venía hacia nosotros con una mueca, su mochila colgaba de un lado y traía algunos libros en sus manos. Cuando se acercó a la mesa dejó sus cosas sobre ésta y se sentó a un lado de mí. Agarró varias de mis papas fritas y se las metió a la boca, al terminar de tragar resopló y me miró inflando las mejillas.

—Tengo que decirte algo.

Los demás seguían comiendo, tanto Ray como Carol y Mikey sabían que Frank me estaba ayudando con Thom y yo le estaba enseñando química. Ya conocían nuestra historia.

Apreté mis labios.

—¿Qué sucede?

—Bien, ¿cómo decirlo? —Frank suspiró y se quitó el cabello que tenía en la cara. —Hum... Creo que Thom está saliendo con una chica.

A la primera no hice nada, después de repetir en mi cabeza lo que el castaño había dicho abrí mis ojos de golpe.

—¿Qué dices? Pero y-yo... ¿estás seguro? —pregunté y asintió.

—Iba saliendo de la biblioteca porque fui por éstos libros —señaló los que estaban en la mesa. —Y una chica colgaba de su cuello, ambos reían y estuvieron a punto de besarse. De no ser por mí lo habrían hecho.

Arrugué la frente y mirándolo incrédulo pregunté.

—¿Qué hiciste?

—Me aclaré la garganta y los saludé. Noté algo de nerviosismo, creo que nadie lo sabe.

—Ayyy Frankie, no puede pasarme esto. No con tantos avances que tenía.

Hice un puchero y él rodó los ojos.

—Se dice gracias.

—Pero...

—Shhh.

Frank se abalanzó a mí y me cubrió la boca con su mano (la cual olía a papas), me movió la cabeza a la derecha hacia la entrada de la cafetería y divisé al rubio entrar con una chica pelirroja.

—Es ella.

Traté de decir algo pero seguía cubriendo mi boca, escuché la risa de mis amigos (ahora incluyendo a Tyler que no sé en qué momento había llegado) y Frank me soltó con una mueca de asco limpiándose las manos en su pantalón.

—Creo que se llama Daiane —respondió Carol algo triste.

Volví a mirarla disimulando acomodarme en mi lugar y sí, realmente era muy bonita. Gruñí y miré a Thom verla de una forma extraña mientras entablaban una conversación. No me gustaba para nada eso.

—Maldita sea.

You're ugly too |Frerard|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora