Veintiuno

1.1K 162 69
                                    

Luego de unos días Thomas empezó a pasar más tiempo con Samantha haciendo incluso un poco de lado a sus amigos. Y en lo que a mí se respecta, cada vez que nos tapábamos me daba mil gracias y me abrazaba sonriendo muy feliz. Sería tonto no verlo pero, había hecho un muy buen trabajo ayudándolo para estar con la persona que le gustaba. Y qué idiota había sido conmigo. 

Yo mismo me había saboteado.

Mis ánimos estaban casi por los suelos y no tenía intención de subirlos, mirar aquella parejita a diario no era lo mejor del mundo, era horrible. No quería ni cruzar el mismo camino que ellos pero me era imposible porque estudiábamos en la misma institución. Ray decía que era un tonto depresivo, que tenía que seguir adelante y soltar ese amorío de una vez por todas, porque sólo era un capricho que tenía y no estaba realmente enamorado de él, porque así no se debería sentir. Además de que iba a ser muy difícil que yo le pudiese gustar porque a Thom no le atraían ni en lo mínimo los hombres. Carol decía lo mismo a su manera, siendo más suave y tratando de distraerme yendo a su nuevo departamento. 

 Casi todos los días les ayudaba a acomodar las cosas que habían traído de su casa anterior y las que tenían en la mía. Era un lugar lindo, cerca del centro y de la escuela, casi todo le quedaba cerca y no pagaban tanto de alquiler. Era como un sueño.

Mikey en cambio se la pasaba mayormente con Kristin y no lo culpaba, ella es su novia y necesitaban tiempo juntos, también tenía que atender sus estudios y cosas por el estilo. Los momentos en los que estábamos cerca era para jugar algún videojuego viejo que teníamos en la sala cerca de los discos de papá y aunque me dejaba ganar casi todas las veces lo disfrutaba pues estaba con él.

Mi hermano hablaba ligeramente del tema sobre mi corazón roto, disfrazaba sus regaños con bromas o sarcasmo y me agradaba que no quisiera hacer más. Me conocía perfecto, yo tenía que salir de esto solo, supongo y claramente no se quería entrometer.

Con Frank, bueno, él era una combinación de todo y todos.


°|°|°|°|°


Recargué mi cara en una mano y solté un bostezo, anoche me había desvelado viendo una serie en la computadora. Mikey había conseguido una cuenta en Netflix gratis gracias a un compañero con el que compartía algunas clases y sabía hackear redes aparentemente, me dio la prioridad de usarla primero y obviamente no desaproveché más tiempo. Simplemente me encerré en mi habitación para disfrutar de la gama de cosas que podría encontrar y fui feliz por ratos.

—¿Me la vas a prestar?

—No lo sé Ray, Mikey dijo que no podía ni mencionar esto.

—Vamos, sólo esta tarde. 

—¿La tuya ha vencido?

—Sí, desde hace un mes —comentó haciendo un puchero.

Negué y agarré el tenedor que había traído de casa para empezar a comer mi fruta.

Mamá me había ayudado a cortarlo en pequeños cuadros, no era un inútil porque podía hacerlo solo pero se había levantado temprano y en cuanto me vio corrió hacia mí entonces dejé que lo hiciera mientras le daba un pequeño resumen de lo que había pasado en la semana porque no la había visto mucho.

—¡Gerard!

Ray y yo alzamos la mirada y nos encontramos con Lindsey en la entrada de la cafetería alzando las manos y caminando hasta nuestra mesa. La pelinegra cambió de expresión cuando estuvo cerca y se mordió el labio inferior nerviosa. Nos saludó con un beso en la mejilla y después regresó a la misma posición.

You're ugly too |Frerard|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora