Cuatro

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La mañana del siguiente día había concurrido tranquila y rápida, todos hablaban sobre el evento que ocurriría en la noche y me lo pensé una vez más. Ya no me encontraba tan seguro porque era uno de los temas relevantes y al parecer era demasiada gente la que asistiría. A mí me causaba algo de conflicto estar rodeado de muchas personas, tenía ansiedad social porque uno de los síntomas más fuertes que tenía era el sentirme asfixiado en multitudes, además del dolor de cabeza y el sudor.

Entonces iba a arrepentirme cuando aquellos ojos que cambiaban repentinamente de color se posaron en mí y con toda seguridad se acercó. A veces los ojos de Thom se miraban grises, en otras ocasiones celestes y muy pocas veces verdes. Creo que era de esas personas que al cambiar de emociones sus ojos lo reflejaban, y eso era hermoso.

Sonreí.

—Hola Gerard, ¿cómo estás?

—Ah, bien. Estaba esperando a mi hermano para irnos.

Al encontrarme en la salida me recargue en una de las paredes, quería verme despreocupado y cool cuando por dentro moría por abrazarlo y saltar de felicidad, invitarle un helado y mudarnos juntos al campo. Estábamos solos y nadie de las personas que pasaban nos prestaba atención.

—Genial —Thom se rascó la cabeza y después la agitó como si hubiese recordado algo —Es cierto, ¿irás a lo de Josh?

—¿La fiesta? —pregunté obvio y él asintió —Hum, lo estoy pensando. La casa estará saturada y de solo pensarlo me dan escalofríos.

—Vamos hombre, al parecer todo pinta como un éxito.

—¿En serio?

Thom sonrió mostrando levemente sus dientes.

—Tal vez. Pero tienes que ir para dar tu veredicto.

Cuando vi que Mikey venía hacia mí sin ningún rastro de expresión me despedí de Thom y nos encaminamos a casa. Por un momento escuché una pizca de alegría en su voz y le miré pícaro. No eran muchas las cosas que emocionaba a mi hermano a tal grado de hacerlo sonreír, pero tenía que aceptar que cuando lo hacía lograba darme un poco de miedo. Es que en verdad era muy raro.

—¿Y tu por qué estás tan contento por ir a esa fiesta? ¿Qué estás planeando?

—¿No puedo ir sin tener algún motivo? 

—Ambos sabemos que convivir con personas no es tu pasatiempo favorito.

—Tampoco tu.

—Pero soy más sociable que tu... Y aún así yo no sé si vaya, quizá sólo por Thom.

—Agh cállate —dijo y se detuvo para recoger una roca, sentí que me la arrojaría pero la quitó del camino y suspiró  —Es por una chica, ¿contento?

—Oh.

Una sonrisa apareció en mi rostro y me choqué con sus hombros a propósito. Nunca había escuchado a Mikey interesarse por alguien de una forma romántica. Él puso los ojos en blanco y lo empecé a molestar. A mi hermanito le gustaba alguien, eso quería decir que podía ser cursi en algún momento y no quería perderme esa faceta. Podría molestarlo como lo hace conmigo. 

Al llegar a casa mamá estaba sirviendo la comida, le ayudé a pasar los platos y Mikey sirvió las bebidas, papá no tardaba en llegar pero sería lo mismo de siempre. Llegaría a comer, hablaríamos unos minutos y después se iría junto a mamá a terminar su jornada laboral. Los vendríamos a ver nuevamente a las ocho o nueve de la noche.

Comimos tranquilos y les comentamos sobre la fiesta, nos dijeron que no regresáramos tan tarde y que alguno de los dos (o los dos) tenía que tener la llave ya que ninguno se levantaría a abrir la puerta en la madrugada. Amo a mis padres. Ésta vez le tocó al castaño lavar los trastes y para seguir con mi plan de chismosear dije que lo ayudaría, Mikey sabía mis intenciones pero no dijo nada.

You're ugly too |Frerard|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora