18
Es el segundo día en mi nuevo empleo y me encuentro fascinada por el constante ir y venir de las personas dentro del local. La mayor parte del día el andar continuo de la gente por el centro comercial hace que las horas vuelen. Estoy tan ocupada que no tengo tiempo para aburrirme como lo hacía en mi antiguo trabajo. Y lo mejor de todo es el salario.
—Hannah, ¿todo va bien?
Irene, la dueña de la casa de calzados, se acerca. Es una mujer con una chispa increíble. Adoro su manera de hablar. Es directa, franca y con una lengua bastante filosa con los clientes que se pasan de la raya.
—Todo está perfecto.
—Me parece que te gusta el trabajo.
—Muchísimo. No tiene comparación con mi antiguo empleo—sonríe complacida por mi respuesta—. ¿Me necesitas para algo?
—Sí, pero no creo que te guste lo que voy a decirte.
De repente estoy aterrada. Si llego a perder este empleo, no sé qué voy hacer. Obvio que reacciono de la peor manera porque casi estoy saltando arriba de ella.
— ¡¿Me van a despedir en mi segundo día?! —niega con la cabeza mientras suelta una risita adorable que me tranquiliza—. ¿Entonces?
—Mi marido va a poner a prueba a mi sobrino que necesita un empleo. Ramiro puede venir de mañana o tarde ya que no hace nada en la casa por estar desempleado, así que quise consultar primero contigo el horario.
— ¿A qué te refieres?
—Hannah, sé que era horario completo de mañana y tarde, pero no quiero que creas que somos unos irresponsables.
—Irene, me estás asustando. Si lo que me vas a decir no tiene nada que ver con un, estás despedida, entonces perfecto. En verdad me gusta mucho este empleo.
—Lo sé, me puedo dar cuenta de eso. De todas formas, por ahora, te necesitamos para uno de los turnos. Será por unas semanas para ver como lo lleva Ramiro—asiento atenta—. Qué te queda mejor, ¿mañana o tarde?
— ¡Mañana! De mañana está bien.
Irene me tranquiliza y me explica cómo va a funcionar las cosas. La escucho atenta sin perder cada detalle. Estoy muy feliz porque voy a seguir con este empleo.
Una mujer entra al local con una niña pequeña tomada de su mano. Irene se marcha y yo con una enorme sonrisa me pongo en marcha para trabajar.
Estoy feliz porque voy a continuar con el empleo. No sé quién es Ramiro y tampoco me importa mucho ya que no le voy a ver. Voy a estar de mañana y él por la tarde. Esto no puede ser más perfecto.
*
— ¡Hannah! —dejo de caminar cuando escucho mi nombre. El Ferrari 458 spider blanco de Jess está estacionado frente al centro comercial. Me hace señas y toca la bocina— ¡Vamos! Estoy mal estacionada y no quiero una multa por no traer tu trasero en este instante. ¡Sube!
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Nosotros | Serie Curioso amor - Libro 1 [+18]
RomanceY entonces comprendí que mi corazón no necesita elegir. Me puedo quedar con los dos. A ellos no les molesta. ¿A mí? ¡Mucho menos! 🏆 𝐏𝐑𝐄𝐌𝐈𝐎🏆 𝐒𝐮𝐧𝐫𝐢𝐬𝐞 𝐀𝐰𝐚𝐫𝐝𝐬 𝐒𝐮𝐦𝐦𝐞𝐫 𝐄𝐝𝐢𝐭𝐢𝐨𝐧 𝟐𝟎𝟐𝟎 - 𝐒𝐞𝐠𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐋𝐮𝐠𝐚𝐫 💭𝐎𝐏𝐈...