La tranquilidad, el aire puro, el aroma de las flores y el silencio siendo interrumpido por el canto de los pájaros son la mezcla perfecta para afirmar con seguridad que el patio trasero se ha convertido en mi lugar favorito de la casa para encontrar un poco de paz.
El césped recién cortado libera ese peculiar olor que me fascina, similar al de la tierra mojada después de la lluvia. El cielo está despejado y el sol brilla con intensidad en esta hermosa tarde de verano.
Dejo el libro que estoy leyendo en mi regazo y me distraigo de la lectura por un breve momento. Recuerdos felices nublan mis pensamientos. Sonrío porque una vez más estoy recordando la fiesta de cumpleaños de Hugo.
La sorpresa brilló en sus ojos verdes cuando le susurré en secreto que sería tío. Fue un buen momento para alejar a mi hermano de lo que sea que estuviera pasando en su interior.
Aún no estoy segura de lo que está sucediendo, pero sé que con el tiempo necesitará una mano amiga y cuando eso ocurra, estaré allí.
"— ¿Estás hablando en serio? —dijo sorprendido. Inmediatamente miró mis manos y encontró el anillo de compromiso. Había lágrimas de felicidad en su mirada. No dudó ni un instante en rodearme con un fuerte abrazo.
— ¡No vayas a gritar a los cuatro vientos sobre el bebé! Todavía no he tenido la oportunidad de darles las buenas noticias a los gemelos. Estoy ansiosa, nerviosa, asustada, sorprendida y...
— ¡Feliz! —afirmó con seguridad.
— ¡Feliz! —repetí."
Es cierto. Lo estaba en ese momento y lo sigo estando. Mi corazón late a toda prisa al comprender que en este momento cargo conmigo una vida. Un bebé. El bebé de los gemelos. Nuestro hijo.
De manera inconsciente llevo las manos a mi aún inexistente barriga. No puedo retrasar más la noticia. Han pasado unos días desde que se lo conté a Hugo, por lo que finalmente ha llegado el momento de confesarle a Santino y Sebastián que estoy embarazada.
Los observo desde donde me encuentro. Santino está entretenido regando el pequeño árbol que ha plantado con su hermano. Sebastián termina de sacar la ropa que acaba de lavar y la extiende en la soga para que se seque. Cada uno tiene una tarea asignada. Desde que nos mudamos, ha sido así. Ayudamos entre todos para mantener la casa limpia y ordenada.
— ¿Necesitas una mano, cariño?
Una carcajada escapa de mis labios al escuchar cómo Santino bromea con su hermano. Sebastián no se inmuta. Simplemente le enseña el dedo medio en un gesto obsceno.
—Quería ser educado, pero si puedes arreglártelas solo, mejor para mí.
Sebastián se voltea para ver cómo Santino avanza hacia donde estoy sentada. Luego continúa con su labor. Cuelga un pantalón, lo engancha con el broche y sigue con todo lo demás.
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Nosotros | Serie Curioso amor - Libro 1 [+18]
RomanceY entonces comprendí que mi corazón no necesita elegir. Me puedo quedar con los dos. A ellos no les molesta. ¿A mí? ¡Mucho menos! 🏆 𝐏𝐑𝐄𝐌𝐈𝐎🏆 𝐒𝐮𝐧𝐫𝐢𝐬𝐞 𝐀𝐰𝐚𝐫𝐝𝐬 𝐒𝐮𝐦𝐦𝐞𝐫 𝐄𝐝𝐢𝐭𝐢𝐨𝐧 𝟐𝟎𝟐𝟎 - 𝐒𝐞𝐠𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐋𝐮𝐠𝐚𝐫 💭𝐎𝐏𝐈...