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Hugo me sigue, cierra la puerta de mi habitación y una vez que estamos dentro, volteo en su dirección con los brazos cruzados. Luce despreocupado e indiferente a lo que sea que le tenga que decir.

—Bien Hannah, estamos aquí. ¿Qué sucede?

—Es lo que quiero saber.

Camina por el cuarto y se detiene frente al panel de corcho que está colgado en la pared. Mira las fotografías que tengo con una leve sonrisa curvando sus labios.

—Me gusta esta foto. Te faltaban dos dientes.

Me acerco y miro la fotografía. Es una donde estamos juntos de pequeños. La enorme sonrisa que tengo revela la falta de mis dientes. Hugo sale detrás con una tijera en la mano. Me cortó el cabello a escondidas de mamá. Se ve bastante desprolijo. El flequillo prácticamente dejó de existir. Es imposible no reír ante ese recuerdo.

—Tenía cuatro años. Mamá te regañó y castigo.

—Ella no tenía por qué hacerlo. Todos los niños juegan a la peluquería con sus hermanos. Es un hecho.

Puedo ver como ahora sus ojos verdes se clavan en una de las fotos donde estoy con Jessica. Estoy tentada a preguntar si siente algo por mi amiga, pero decido callar.

—Hugo, ¿qué te está pasando?

— ¿A qué te refieres? —Dice sin quitar la vista del panel de corcho.

—Estás raro. Es como si estuvieras enojado conmigo.

—Hannah, no hay razón por la cual esté enfadado—Busca mis ojos. Hay seriedad en su mirar. Se aleja rondando mi habitación—. A no ser que exista alguna razón por la que deba estar enojado contigo.

— ¿Te das cuenta lo que estás haciendo? No se te ocurra negarlo, pero conviertes esta conversación en una clase de reclamo silencioso.

Se deja caer en la cama y ladea la cabeza sin borrar esa estúpida sonrisa maliciosa. Se cruza de brazos, abre la boca para decir algo, pero en vez de hablar, suelta una risita extraña, esa que utiliza para burlarse de mí.

No entiendo que le sucede, sin embargo, su insoportable silencio me comienza a irritar. Preocupada me acerco y me siento a su lado.

—Quiero que hables conmigo. Algo te está inquietando. Te conozco y sé muy bien cuando estás alterado. Siempre fuimos sinceros. Hugo, dímelo.

Más, más y más silencio. Espero pacientemente. Quiero darle la oportunidad de que sea quién toque el tema porque una parte de mí sabe perfectamente lo que le incomoda.

En estos tiempos cada uno hace de su vida lo que quiere y lo que le hace feliz, sin embargo, los demás de igual manera se sienten libres de opinar sobre las personas porque sí, pero el rechazo de la sociedad en realidad no me interesa.

Nosotros | Serie Curioso amor - Libro 1 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora