Nosotros | Serie Curioso amor - Libro 1 [+18]

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Viernes 28 de marzo, 2014

— ¿Todo en orden, Hannah?

— ¡Irene! —Jadeo, sorprendida— No me asustes de esa manera, por favor.

Mi jefa ríe al ver, seguramente, mi rostro espantado luego de entrar de sorpresa al depósito.

—Lo lamento. ¿Cómo va todo? ¿Te estás divirtiendo?

—Es súper divertido y no lo digo irónicamente. Ordenar estas cajas por el orden de número de pie, me distrae bastante.

—Y, ¿eso es bueno?

— ¡Muy bueno! Necesito despejar la mente y esto me ayuda lo suficiente como para olvidar por un instante mis problemas.

Ya pasaron varios días desde la última vez que hable con los gemelos. Fue decisión de los hermanos Ferrer y como no tengo ganas de envolverme en una nueva discusión donde no terminamos en nada, llegué a la conclusión que por ahora mi bienestar y felicidad son primero.

Puede que vivan justo al otro lado de la calle, pero por increíble que parezca, no los veo desde el domingo por la tarde ya que al fin me mudé.

Todavía me estoy organizando, conociendo un poco el barrio y descubriendo si tengo vecinos en los otros pisos, pero, no importa, lo que en realidad me interesa es que al fin de nuevo tengo un espacio propio para mí.

Irene sonríe dichosa al ver mi motivación.

—Entonces me parece que lo que te voy a decir te va hacer más feliz—extiende la mano y agarro el sobre que me entrega—. Es tu primer pago.

—Oh, Irene, sin dudas la mejor de las noticias. Me mudé el lunes con el dinero que me dieron mis padres y con esto, les voy a poder devolver por el favor. Mi día está mejorando. — se ríe cuando me ve dar un saltito de alegría.

— ¿Dónde te mudaste? — pregunta, curiosa.

—Aquí cerca. Estoy a unas cuatro cuadras.

—Con razón llegaste puntual hoy—sonríe mientras camina hacia la puerta del depósito—. Disfruta de tu tarde. No te olvides que este fin de semana me voy de viaje con mi querido esposo.

—Sí. —Asiento.

Estoy tan emocionada sujetando mi preciado sobre con dinero que seguro me veo tonta con una sonrisa que sé que no se me va a borrar en horas.

Ya estoy pensando que primero tengo que devolver a mis padres lo que me prestaron, sí me quedo sin nada, no importa, tengo un trabajo que por el momento me mantiene. Bueno, no mucho, pero algo es mejor que nada.

—Bien. Te puedes ir cuando termines de acomodar. Hoy le toca cerrar la tienda a mi sobrino y mañana ya sabes que tienes el día libre.

Otra noticia esplendida. Comienza el fin de semana y mis jefes se van de viaje para buscar mercadería por lo que el negocio va a estar cerrado.