11
Santino, con la caja de pizza en manos, corre intentando alcanzar a su hermano. Entra a la casa y lo pierdo de vista cuando cierra la puerta.
Estoy sorprendida por lo que acaba de suceder. Nada de esto tiene sentido. Sebastián no debió reaccionar de esa manera. Entiendo que estaba dolido, pero me molesta que siempre encuentre la forma de dirigir el problema hacia mí. No es que no quisiera invitarlo. ¡Por Dios! Di por hecho que Santino le iba a mencionar nuestros planes.
Estoy furiosa por su comportamiento. Actúa como un niño infantil y caprichoso. No fue correcto y mucho menos sincero al momento de enfrentar lo de esta noche. Me exaspera que, a sus 31 años, resuelva los problemas de esta manera infantil.
Cuando menos me doy cuenta, estoy cruzando la calle en dirección a la casa de mis vecinos. Los nudillos me duelen por la fuerza con la que golpeo la puerta. Espero y espero mientras la paciencia lentamente se esfuma de mi sistema.
El rostro desencajado de Santino me dice que no esperaba verme aquí ni en un millón de años. Sin decir una palabra, paso junto a él mientras busco a Sebastián. No hay señales del imbécil hasta que soy capaz de oír ruido proveniente de la cocina.
— ¡Hannah! — Dice Santino. Demasiado tarde.
A pasos apresurados me dirijo hacia la cocina. Sebastián está de espaldas buscando algo dentro de la heladera y cuando se gira en mi dirección con una lata de cerveza en la mano, sonríe cínicamente.
— Voy a borrarte esa sonrisa de una trompada — Estoy que exploto de rabia cuando comienza a reír —. ¿Quién te has creído? Me tienes cansada con tus cambios de humor. Pasas de ser un ángel inocente a un diablo egoísta y presuntuoso. Siempre encuentras la forma de ver mis errores, pero jamás los tuyos. Déjame decirte que no eres ningún santo.
— ¿Algo más? — Pregunta divertido.
— ¡Sí! Jamás en tu vida vuelvas a llegar a mi casa como lo hiciste. Puede que ahora mismo esté siendo una desubicada por venir aquí a gritar, pero es lo que te mereces. Fuiste maleducado — Su sonrisa arrogante se borra cuando agrego algo que toca su moral —. Y un cobarde por llegar haciéndote pasar por tu hermano. Si te crees tanto, al menos habrías ido de frente y no escondido siendo alguien más.
Tengo ganas de decir, "¿Por qué no te ríes ahora?" sin embargo me quedo callada mientras saboreo la victoria de verlo ruborizarse de la vergüenza. Sabe perfectamente que actuó mal y no es capaz de admitir el error. Su orgullo pesa más.
— ¿Algo que quieras decir? — Pregunto con sarcasmo.
Sé que gané esta discusión cuando abre y cierra la boca como un pez fuera del agua sin saber qué decir. Resopla, dejando la lata de cerveza sobre la isla de la cocina, apoya las manos en la mesada de granito y sacude la cabeza. Su mirada gris no me pierde de vista. Me observa fijamente.
ESTÁS LEYENDO
Nosotros | Serie Curioso amor - Libro 1 [+18]
RomanceY entonces comprendí que mi corazón no necesita elegir. Me puedo quedar con los dos. A ellos no les molesta. ¿A mí? ¡Mucho menos! 🏆 𝐏𝐑𝐄𝐌𝐈𝐎🏆 𝐒𝐮𝐧𝐫𝐢𝐬𝐞 𝐀𝐰𝐚𝐫𝐝𝐬 𝐒𝐮𝐦𝐦𝐞𝐫 𝐄𝐝𝐢𝐭𝐢𝐨𝐧 𝟐𝟎𝟐𝟎 - 𝐒𝐞𝐠𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐋𝐮𝐠𝐚𝐫 💭𝐎𝐏𝐈...