Capítulo 11

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Pongo, Danka, Rumba, Carmela y Lola entraron directos al jardín, no paraban de correr de un lado a otro, se les veía tan felices que no podía evitar sonreír.

- ¿Te importa si voy un momento al baño?

Le dije con las manos en los bolsillos, estaba algo nerviosa, ella me sonrió y se mordió el labio disimuladamente.

- Sí, claro, tú como en tu casa.

Le sonreí nerviosa y nos quedamos unos segundos mirándonos en silencio, se acercó despacio y cuando a penas estábamos a un palmo de distancia me sonrió levantando una ceja, ahí creí que se me iba a salir el corazón de lo rápido que me latía.

- ¿Sabes donde está o hace falta que te acompañe?

Rió y entonces recordé que quería ir al baño, aun que no sabía muy bien a qué.

- Ah... - me quedé pensativa - no, no, sé donde está.

Me di la vuelta rápida y tropecé con mi propio pie, me desestabilicé pero por suerte no caí. Miré a Malú que se estaba aguantando la risa y noté como me sonrojé.

- Estoy bien.

Fui al baño, esta vez sin tropezarme ni sufrir ningún percance, cerré la puerta al entrar y me apoyé en ella intentando recuperar el aire, ¿como me podía haber puesto tan nerviosa en tan poco rato? Me miré al espejo y me dije a mi misma;

"Relajate Vanesa, solo es una cena con tu ex, la mujer de la que has estado enamorada por años, ¿que puede salir mal?"

Me lavé la cara con agua para refrescarme y salí como nueva, Malú estaba en la cocina con el móvil en la mano, al llegar me miró y sonrió.

- ¿Que te parece si pido unas pizzas?

- ¡¿Como decir que no a tal manjar?!

Sonrió con mi respuesta y se apartó a llamar por teléfono, me di un paseo por su salón mirando con detención todas las fotos y figuras que decoraban su casa, todo estaba exactamente igual que hace años, parecía que el tiempo no había pasado por esta casa.

Me sentí un poco extraña, era como haber dado un salto al pasado, cada rincón, cada cuadro, cada foto, cada objeto, cada cosa me traía un recuerdo distinto, me quedé observando una figura en concreto, miles de recuerdos volaron por mi mente al verla, parece que fue ayer cuando se la regalé...

- Esta siempre será mi favorita.

Me sobresalté al oir su voz detrás de mi, puso su mano en mi hombro y me sonrío con nostalgia.

- Es bonita.

- Es más bonito el recuerdo que guarda.

Sus palabras se me clavaron directas al corazón y tragué saliva notando un gran nudo en la garganta. Dejé la figura en su sitio y me giré mirándola de frente.

- Pensaba que la habrías tirado.

- No podría ni aun que quisiera.

Estábamos tan cerca que podía notar su respiración chocar en mi cara. La tensión que había era palpable, sus ojos miraban mis labios, e inevitablemente mis manos fueron directas a su cintura, nos miramos fijamente y tragué saliva, acarició suavemente mi mejilla y me colocó un mechón de pelo detrás de la oreja. Cogió aire antes de hablar.

- Eres tan perfecta...

Yo, más yo que nuncaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora