Capítulo 12

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Oírle decir eso me provocó un escalofrío que hizo que se me erizase cada vello de mi piel, nos quedamos mirándonos unos segundos más hasta que el timbre sonó haciendo que nos separemos.

- Parece que la pizza llegó.

Me sonrío tímida y fue a abrir la puerta, atendió al repartidor mientras yo iba preparando la mesa, un par de vasos y algo para beber.

- Pizza barbacoa para ti, y cuatro quesos para mi, espero que no hayan cambiado tus gustos.

Cenamos entre charlas y risas, miramos al jardín, los perros se habían quedado dormidos unos encima de otros al lado de la piscina, verles así me provocó mucha ternura, era evidente que se habían echado de menos.

Otro mensaje de Inma hizo que cogiese el móvil, del cual me había olvidado desde que estaba con Malú.

"Dormiré en casa de Nuria, mañana tenemos rodaje y comeré con el equipo, pero mañana por la noche seré toda tuya, tengo ganas de verte"

Rodeé los ojos de nuevo y le contesté.

"pásalo bien, yo también he salido, cuando nos veamos tenemos que hablar."

Le quité el sonido al móvil y lo guardé, no quería seguir hablando con ella.

Recogimos la mesa y nos sentamos en el sofá con una copa de vino cada una.
Me quedé observandola y no pude evitar compararla con Inma.
Últimamente no paraba de cuestinarme mi relación con ella y cada vez encontraba más motivos para dejarla.

- ¿En qué piensas?

- ¿Cuanto hace que lo dejaste con Gonzalo?

La pregunta me pilló por sorpresa hasta a mi, realmente no sé por qué le pregunté eso, supongo que mi subconsciente habló por mi esta vez.

- Pues, hace ya casi seis meses.

- ¿Le dejaste tú?

Asintió y desvío la mirada a su copa, dio un trago y suspiró.

- ¿Y te costó?

- No fue fácil, me dijo de todo aquella tarde, incluso... - tragó saliva - bueno, digamos que la situación se nos fue de las manos, pero era lo mejor, y no me arrepiento de haberlo dejado.

Dejé mi copa en la mesita al ver que una lágrima se escapaba de sus ojos, me acerqué a ella y le limpié con mi pulgar acariciandole con dulzura. Puso su mano encima de la mía y me miró sonriendo.

Me separé, le di un trago a mi copa y le sonreí.

- Bueno, ya conocerás a otro chico que merezca la pena.

En ese momento su cara cambió y sonrió algo pícara.

- O chica. - añadió.

Sin saber por qué sonreí inmensamente con su respuesta, pero instantáneamente la miré seria y con el ceño fruncido intentando descifrar cada gesto, cada mueca, cada sonrisa, ¿quería decir con eso que estaba conociendo a alguna mujer? no lo pude evitar y le pregunté.

- Uy, ¿Que has conocido a alguna mujer en estos seis meses?

Abrió los ojos como platos y se sonrojó, después rió sin parar, no entendí su reacción y me quedé callada sin saber que hacer ni que decir, cuando dejó de reír se acercó a mi poniendo su mano en mi antebrazo.

- ¿Pero tan predecible soy?

Me encogí de hombros.

- Será que te conozco.

Ambas nos miramos en silencio, solo se escuchaban nuestras respiraciones y se notaba la tensión que había entre las dos así que decidí seguir preguntándole sobre el tema.

- ¿Y cuando la conociste?

Parece que estaba pensando en algo ya que tardó un poco en reaccionar, cogió aire y suspiró.

- Bueno, en realidad ya nos conocíamos de antes, somos amigas, y lo seguimos siendo, solo hemos tenido un par de noches de sexo pero ya está, ambas tenemos claro que es solo sexo.

Bebió de su copa y yo la miré con las cejas levantadas.

- ¿Qué? - me dijo riendo.

- Ah, nada...

Bebí como había hecho ella y me dio un manotazo en el brazo.

- No, no, ahora me lo dices.

- Joder, Malú, ¿Solo sexo?¿enserio? De qué me sonará eso...

Lo dije algo molesta e incluso me alteré un poco, así es como habíamos empezado nosotras años atrás, Malú me miró extrañada y después me sonrió de lado.

- ¿Estás celosa Malagueña?

Sí, estaba celosa, la miré fijamente y sentí como se me aceleró el corazón, oírla llamarme así después de tanto tiempo me revolvió por dentro, y sinceramente me destrozó, todo el dolor que había sentido cuando terminamos acababa de salir para fuera ahora mismo y solo fui capaz de medio sonreír.

- Para nada... de hecho me alegro que tengas a alguien con quien divertirte, ya sabes que el sexo es importante. - reí

Me miró no muy convencida con lo que le estaba diciendo.

- Además, las relaciones solo traen problemas.

Esto ultimo se me escapó, me quedé mirando el vino algo pensativa.

- Vanesa, ¿va todo bien con Inma? Sabes que lo que sea me lo puedes contar, aun que llevemos tiempo distanciadas.

- Sí, sí, va todo bien.

- ¿Estás segura?

Tragué saliva y asentí intentando retener las lágrimas que se estaban comenzando a formar en mis ojos.

- Pues tu cara no dice lo mismo...

- Bueno, aparentemente va bien, pero nuestra relación se ha convertido en rutina, me absorbe y me manipula a su antojo haciendo que deje de lado asuntos importantes, por no mencionar sus celos absurdos - suspiré - se pondría celosa hasta de esta copa de vino.

Mi comentario la hizo sonreír y yo me sonrojé.

- Ana tiene razón, lo más sano para mi sería terminar con ella, no me aporta nada, además, hace tiempo que dejé de sentir lo mismo.

- Quizás deberías hacerle caso a Ana, pero sobretodo hacer lo que tú verdaderamente desees, es tu vida al fin y al cabo, y estoy segura que tomarás la decisión correcta, y si necesitas ayuda ya sabes donde estoy.

Me guiñó un ojo y se levantó a dejar las copas en la cocina, al volver se tropezó cayendo encima mío y ambas quedamos tumbadas en el sofá, nos miramos unos segundos, intentó levantarse pero estaba nerviosa y se resbaló pegándose aún más a mi cuerpo, la agarré de la cintura para evitar que se caiga, intentó incorporarse y al moverse rozó su sexo con el mio, se paralizó al notarlo, apreté los ojos y tragué saliva, la miré, se había sonrojado.

- Eh... yo...

Nuestros labios estaban casi rozandose y nuestras respiraciones se volvieron agitadas, volvíamos a estar cerca otra vez, con el pulso acelerado, y sin saber que hacer.

Yo, más yo que nuncaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora