- ¿Quieres café? - le pregunté mientras llenaba mi taza.- No, gracias. - me dijo con seriedad.
Me dirigí hacia el salón y me senté en mi butaca, justo al lado de Pongo, mi perro.
- ¡Hola mi guapo! - le dije mientras le rascaba la cabeza. Él soltó un ladrido como respuesta y comenzó a lamer mi mano.
- Vanesa...
Alcé la mirada, estaba de brazos cruzados mirándome fijamente.
Bebí un sorbo de café ignorandola y seguí jugando con Pongo.
Me levanté a dejar la taza en la cocina y Pongo salió al jardín a jugar con Carmela, mi perra.- ¿Me vas a seguir todo el rato? - le pregunté notando que volvía a estar detrás de mi.
- ¿Y tú? ¿Vas a seguir actuando como si nada?
- Deja de imaginarte cosas Inma, ya te dije que no pasó nada.
Abrí mi armario y me cambié de ropa.
- ¿A donde vas?
- A trabajar.
Me despedí de Pongo y Carmela dándoles un beso y me dirigí hacia la puerta.
- Espero que para cuando vuelva se te hayan pasado tus celos absurdos.
Estuvo a punto de decirme algo pero cerré la puerta y me fui.
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Yo, más yo que nunca
Fiksi PenggemarSe prometieron amor eterno. Pero ¿podrá el amor contra todo? ¿Y contra la muerte?