Capítulo 45

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Narra Malú

- Déjame en mi casa, por favor.

Ni si quiera la miré, no aparté la vista de la ventanilla en todo el trayecto, pero pude notar perfectisimamente como Vanesa clavaba su mirada en mi, hasta noté tristeza en ella.

La oí suspirar y cambió de dirección, hacía tiempo que no iba a mi casa, siempre me quedaba en la suya, así aprovechabamos mejor el poco tiempo que teníamos dado a mi gira y la suya, que estaba en plena preparación, pero esta vez no iba a quedarme con ella.

Un rato después aparcó justo en frente de mi casa, ambas nos quedamos en silencio, yo seguí mirando por la ventanilla, quería irme, pero al mismo tiempo no, la necesitaba, la echaba de menos, quería poder perdonarle lo de Inma, hacer como si esto no hubiese pasado, pero no podía, no era capaz, cada vez que lo pensaba se me revolvía algo en el estómago y sentía una punzada fuerte en el pecho, ni si quiera soy capaz de describir lo que se siente cuando la persona que más amas, en la que más confías, te falla, y sobretodo de esta forma, que si hizo lo que hizo fue siendo consciente en todo momento de lo que hacía, y las consecuencias que traería, sabiendo también el daño que me iba a hacer, lo cual le importó bien poco...

La miré, una gran parte de mi se negaba a creer que ella hubiese sido capaz de engañarme, intentaba convencerme de que esto no era real, pero lo era.

Noté como una lágrima comenzó a caer por mi mejilla y me la limpié rápidamente, Vanesa estaba totalmente apoyada en el respaldo, mirando de frente a la carretera, pensando en a saber qué.

De pronto me miró, parecía que intentaba decirme algo pero suspiró y volvió a girar la cabeza, mirando esta vez por la ventanilla.

-  Ya hemos llegado, hace rato de hecho... - Dijo rompiendo el silencio.

- Lo sé. - Le contesté mirándola, esperando quizás a que volviese a girarse, a encontrarme con su mirada y sentir que todo volvía a ser como antes, pero no.

Salí del coche, me dirigí al maletero, saqué la maleta y cerré, apreté fuerte los ojos y cogí aire mientras me encaminaba hacia mi casa, sin ni si quiera decirle adiós, sin besarla, y dejando una gran parte de mi en ese coche, junto a ella.

Nada más entrar dejé la maleta en la entrada y fui directa a darme una ducha.

No pude evitar echarme a llorar por todo lo acumulado, y más cuando recordaba aquella conversación...

Flashback

No podía parar de dar vueltas de un lado a otro, estaba nerviosa, casi llorando, la habitación de este hotel por momentos me parecía más pequeña, me estaba agobiando, cogí el móvil y salí al balcón a fumar, me encendí el cigarro, marqué su número y me quedé observando el móvil, debatiendome entre llamar o no, era absolutamente consciente de que fui yo quién le dije que hablaríamos de esto en cuanto acabase con los conciertos y vuelva a Madrid, pero joder, las noticias sobre Inma y ella eran cada vez más, la gente no paraba con el tema y yo estaba demasiado estresada, necesitaba una explicación ya, sobretodo que Vanesa me asegure que no había pasado nada entre ellas, aún que me costaba mucho creer eso, después de mucho pensarlo me decidí y llamé.

Pip... Pip... Pip... Pip...

Me puse nerviosa, cerré los ojos dando una calada al cigarro y rezaba para que me cogiese el teléfono.

Pero no lo hizo, suspiré nerviosa, me encendí otro cigarro y decidí llamar una vez más.

Al tercer pitido descolgaron el teléfono y sonreí algo aliviada.

- ¿Diga? - Fruncí el ceño al escuchar aquella voz, miré el móvil, y efectivamente estaba llamando a Vane, pero quién había al otro lado no era ella.

Yo, más yo que nuncaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora