Capítulo 27

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Narra Malú

- Vanesa...

Susurré al oír su respuesta, me quedé helada, no podía ser que ella tuviese cáncer, mi Vane... noté como mis ojos se empañaron, no sabía que decir, la vi apretar los ojos y soplar, entró dentro y se sentó en el sofá, apagué mi cigarro y la seguí.

- Todo empezó hace un año.

Me dijo con la mirada perdida en el suelo, ambas estábamos llorando, agarré su mano para que sintiese que estaba ahí con ella.

- Era un tumor pequeño, por suerte no hubo necesidad de extriparme el pecho, que sinceramente era lo que más miedo me daba. - cogió aire - A sido un proceso duro, mucho, llevo ya un año con el tratamiento y no veo el momento de que esto se acabe, la semana que viene tengo cita en la clínica.

- ¿Para el tratamiento?

Me miró y negó con la cabeza.

- Me dirán si estoy limpia y he superado el cáncer o si por lo contrario me tienen que volver a operar y bueno, seguir con el proceso.

No sabía que decirle así que me limité a hacerle caricias en la espalda y limpiar alguna que otra lágrima que iba saliendo de sus ojos.

- ¿Puedo verla?

Me miró levantando una ceja y noté como me iba sonrojando.

- ¿La cicatriz?

Asentí muriéndome de vergüenza.

- ¡No sabes tú ni na' pillina!

Me dio un suave empujón riéndose.

- Tú lo que quieres es verme desnuda.

Me miró pícara mientras reía.
Si algo siempre me había gustado de ella era su gran sentido del humor y la capacidad que tenía de reírse hasta en los momentos más difíciles.

- ¡Imbécil!

Le di un golpe en el brazo notando como me iba sonrojando cada vez más y ella no paraba de reir.

- ¡Que era broma mujer! Que carácter.

La fulminé con la mirada y rió aun más, al final acabamos riéndonos las dos sin parar.

- Va anda boba, no tienes que tener vergüenza, conmigo no.

Narra Vanesa

La miré después de escucharle decir eso, tragué saliva y me deshice de mi camiseta, vi que se tensaba, se mordió el labio disimuladamente y a mi me salió una sonrisa.

Aparté un poco mi sujetador y le enseñé la cicatriz. Sus ojos se clavaron ahí directamente y su rostro cambió por completo, estaba seria y yo me estaba poniendo nerviosa, quería saber que es lo que estaba pensando.

Acercó su mano lentamente pero antes de tocarme me miró, asentí dándole permiso y acarició con delicadeza mi cicatriz.

Cogió aire y lo soltó lentamente, se acercó poco a poco y me dejó un suave beso en la cicatriz haciendo que se me herizase la piel, después me miró, acarició mi cara y me besó con ternura. Apoyó su frente en la mía y me sonrió.

- No sabes lo mucho que te admiro, eres tan valiente...

Sus ojos se llenaron de lágrimas y se las limpié.

- No llores por favor, o lloraré yo también.

Sonrió y sentí que mi alma se completaba con esa sonrisa.

- Lo siento, siento que hayas tenido que vivir esto, siento no haber estado a tu lado desde el principio, lo siento...

- Ey, tú no lo sabías Malú.

Me miró durante unos segundos como buscando respuestas en mi mirada.

- Tú puedes con esto, y si me dejas, pienso quedarme a tu lado, superando juntas esta enfermedad.

Entrelazó sus dedos con los míos, me sonrió, se acercó lentamente a mi y me besó.

- Te quiero Malagueña.

Yo, más yo que nuncaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora