Llegué a casa sobre las 16:00pm, Inma no estaba, lo cual agradecí, Pongo y Carmela ya habían comido así que los saqué a pasear.Evité ir por el centro para no encontrarme con muchos fans, no me molestaba que me parasen a pedirme fotos y autógrafos o simplemente a saludar, pero hoy me apetecía estar sola así que fui a un parque para perros no muy conocido, aun que estaba bastante lejos de mi casa.
Me senté en un banco mientras Pongo y Carmela corrían y jugaban con otros perros, me llamaron la atención tres perros en concreto que me resultaban familiares.
- ¿Te importa si me siento?
Me quedé en shock al oír esa voz, la reconocería entre un millón, miré hacia mi derecha y efectivamente era ella, Malú.
- Sí, claro, siéntate.
Le sonreí instintivamente, no podía quitarme la sonrisa de la cara cada vez que la veía.
- Hacía tiempo que no te veía por aquí.
- Quería estar sola.
Rió con mi respuesta y yo me sonrojé.
- Veo que sigues teniendo las mismas costumbres de siempre.
Me sonrió y yo me morí por dentro de la ternura, amaba esa sonrisa desde el primer día que la vi.
- Tú tampoco cambias, eres fiel a este parque ¡eh!
- Me gusta traerlas aquí siempre que puedo, se les ve tan felices cuando se reencuentran con otros perros, como hoy con Ponguito y Carmela.
- ¡Verás luego para separarlos!
Las dos comenzamos a reír, la miré atenta y sentí como si todos mis problemas desapareciesen, me encantaba estar con ella, parecía que no hubiese pasado el tiempo, y sin embargo habían pasado demasiadas cosas.
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Yo, más yo que nunca
FanfictionSe prometieron amor eterno. Pero ¿podrá el amor contra todo? ¿Y contra la muerte?