Capítulo 52

1.4K 74 22
                                    

Narra Malú

Esta mujer me estaba volviendo loca.
Sentí como se me erizaba toda la piel al notar su susurro en mi oído.
Me mordí el labio instintivamente, no pude evitarlo, Vanesa me miró y sonrió.
Quizá no se acordaba de nada pero seguía sabiendo como provocarme con cada mínimo gesto, y lo odiaba, odiaba que tuviese tantísimo poder sobre mí.

- Estás muy sexy cuando te muerdes el labio - me dijo con una sonrisa muy pícara, lo cual me encendió más aún.

- Si me muerdo el labio, es para no arrancarte el tuyo. - Le susurré acercándome a ella mientras con mi dedo índice repasaba sus labios.

Noté como se tensaba, nos manteníamos la mirada fija durante todo el rato, la conocía demasiado bien y podía notar perfectamente lo cachonda que estaba, lo cual hacía que yo lo estuviese aún más.

- ¿Y quién a dicho que no lo hagas? - me susurró también acortando la poca distancia que quedaba entre nosotras, dejando sus labios rozándose con los míos.

Pasé mi lengua por sus labios muy lentamente a la vez que con mis dedos iba dibujando circulitos desde el interior de su muslo hasta llegar poco a poco a su pubis, entre abrí mis labios pegados a los suyos mientras la penetraba con uno de mis dedos, callé su gemido con un beso, el ritmo de mis embestidas iban in crechendo, igual que la intensidad de nuestros besos, introduje otro dedo y aceleré el ritmo haciendo que pierda por completo la cordura, la agarré del cuello y mordí su labio con un poco de fuerza, fui bajando la mano del cuello a sus pechos y me entretuve en masajearlos a la vez que la embestía y la besaba acallando sus jadeos.

Vanesa puso sus manos en mi trasero apretándolo con fuerza, me dio una pequeña cachetada que me encendió muchísimo, tragué saliva y la miré fijamente a la par que apartaba sus manos de ahí.

- Quieta malagueña, que aquí mando yo - le dije al oído mordiéndole el lóbulo de la oreja.

La empujé con cuidado para que quedase completamente tumbada y comencé a bajar por su cuerpo dejándole pequeños besos hasta llegar a su entrepierna, donde la hice acabar de perder la poca cordura que le quedaba.

- Date la vuelta, que yo también quiero bonita. - me pidió prácticamente sin aliento.

Sonreí, en un principio iba a ignorarla y seguir dandole placer a ella pero estaba muy cachonda así que me giré para que ambas pudiésemos darnos placer al mismo tiempo.

Sin si quiera darme tiempo a reaccionar, me apretó fuerte contra ella y solté un gemido al notar su lengua moverse dentro de mí, comenzó a succionar mi clitoris y a penas pude moverme, me dio una cachetada y gemí, las piernas me temblaban, sentía que iba a explotar de un momento a otro de tanto placer, a penas podía respirar bien ni pensar con claridad, me tenía completamente a su merced, introdujo un dedo y después otro y comenzó a embestirme cada vez con más intensidad sin dejar de succionar mi clitoris.

Gemí.

Y después de un rato dándonos mucho amor, ambas llegamos al clímax a la vez.

Me recosté sobre su pecho, nuestras respiraciones eran aceleradas, tanto Vanesa como yo estábamos exhaustas.

- A sido espectacular. - Me dijo comenzando a hacerme caricias por la espalda y después por el brazo.

- Lo ha sido - le respondí soltando una carcajada.

Comencé a hacerle caricias en el abdomen y sonreí.

- Te amo. - Le dije sin pensar.

Dejó de acariciarme el brazo, el ambiente se volvió tenso, tragué saliva y maldecí en mi interior haber dicho eso.

Miré a Vanesa, se le había descompuesto la cara, me levanté de la cama sin saber muy bien que hacer.

- Yo... eh... voy a ducharme. - tragué saliva intentando controlar mi respiración que cada vez estaba más acelerada.

- ¿Y me vas a dejar a mi aquí? ¿Así? - La miré- te recuerdo que necesito ayuda.

- Eh... sí sí, tienes razón, ya voy... - le contesté al mismo tiempo que me ponía unas bragas y una camiseta XXL de uno de los tours de Vanesa.

Cogí algo de ropa para Vanesa y se la llevé junto con la silla de ruedas, la ayudé a vestirse sintiendo constantemente su mirada penetrante en mi.

- ¿Que has querido decir con eso? - me preguntó rompiendo el silencio que se había instaurado entre nosotras.

Tragué saliva y la miré.

- ¿Qué? - Hice ver que no sabía de qué hablaba.

- El "te amo", ¿por qué lo has dicho? - fue directa, pero yo no quería contestarle.

- No sé de qué me hablas... - me quise ir pero me agarró de la muñeca impidiéndomelo.

Cogí aire y me giré mirándola de frente, miré su mano y al darse cuenta me soltó inmediatamente, pero yo esbocé una media sonrisa y se la agarré haciéndole leves caricias.
Me senté a su lado y suspiré con la cabeza agachada.

- ¿Por qué lo has dicho? - Volvió a repetirme.

La miré.

- Es lo que siento. - Le contesté.

Vi como sus ojos comenzaron a empañarse de lágrimas al mismo tiempo que varias ya caían de los míos.

- Amar... es... - hizo una pausa - mucho sentimiento.

- Lo sé. - le sonreí.

La vi agachar la cabeza y esta vez si que soltó alguna que otra lágrima, la rodeé con mis brazos haciéndole caricias en la espalda y le dejé un beso en el hombro.

- Tranquila, ya recordarás... - le susurré. - Creo que lo mejor es que te lleve a casa, voy a llamar a Antonio para avisarle, ¿vale?

Me miró, los ojos le brillaban de una forma especial, agarró mi mano y la vi tragar saliva.

- Quiero estar contigo Malú. - comenzó a hacerme caricias y soltó un leve suspiro - Hay muchas cosas y personas que no recuerdo, sé que hay unos ciertos años de los cuales tengo muchas cosas borrosas en mí mente, y quizá nunca llegue a recordarlo todo, tampoco sé si te voy a recordar a ti, pero en cierto modo sé quién eres, te tengo aquí delante y solo sé que quiero estar contigo, no quiero que te vayas, ni irme, quiero conocerte, descubrirte, tu sola presencia me hace sentir algo que no sé explicar, y quiero averiguarlo.

Sinceramente, sus palabras me emocionaron y no pude hacer otra cosa que besarla.

- Pues si me dejas, voy a ayudarte a recordar.

Le sonreí al ver la enorme sonrisa que se había dibujado en su rostro, y esta vez fue ella quién me besó.

_______________________________

Hasta aquí el capítulo de hoy!
Espero que os guste.❤️

Yo, más yo que nuncaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora