Unas semanas después...
Me desperté notando que alguien iba dejando pequeños besos por mi cara y cuello, estuve un rato más con los ojos cerrados disfrutando de sus besos hasta que paró.
- Oye, sigue.
Abrí los ojos y la miré haciéndole pucheros.
- ¿Quieres más?
Me miró pícara mordiéndose el labio, asentí sonriente como respuesta y ella no tardó ni un segundo en atacar mis labios con deseo.
Mi móvil comenzó a sonar, no le presté atención y seguí besando a Inma, pero quién fuese no paraba de llamar.- No lo cojas...
Me subió la camiseta y comenzó a lamer mis pechos y juguetear con mis pezones, sabía muy bien mis puntos débiles. Mi móvil no paraba de sonar y me puse bastante nerviosa.
- ¡Joder!
Me levanté a por el teléfono maldiciendo a quién estuviese llamando, me sorprendí al ver que era Ana, mi cara cambió al ver que tenía 15 llamadas suyas, debía ser algo importante así que descolgué.
- Dime.
- ¿Como que dime? ¡¿Donde coño estás Vanesa?!
- Ey relájate, ¿que pasa?
- ¡Joder tía, llevamos rato esperándote! ¿te queda mucho o qué?
Me quedé pensativa, tardé unos segundos en acordarme de qué estaba hablando.
- ¡Mierda, se me había olvidado!
- No me jodas, ¡Vanesa te mato!
La oí maldecir en mil idiomas diferentes y con todos los insultos habidos y por haber.
- Voy a buscarte, en 10 minutos te quiero en la puerta.
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Yo, más yo que nunca
أدب الهواةSe prometieron amor eterno. Pero ¿podrá el amor contra todo? ¿Y contra la muerte?