Capítulo 33

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Narra Vanesa

Estaba sentada en una silla mirando las redes sociales mientras esperaba a Malú, hacía rato que estaba hablando con Gonzalo, pensé un par de veces en ir a ver como iban, pero preferí no molestar y darle su espacio, sabía que después Malú me contaría todo así que decidí mantenerme al margen de la conversación.

- Hey Vane, ¿que haces aquí sola?

Era José, que se acercó al verme desde lejos y se sentó a mi lado.

- Esperando a tu hermana. - Le sonreí.

- ¿Donde está? - Me preguntó mientras se acomodaba cruzando las piernas.

- Hablando con Gonzalo.

Se puso serio levantándose de inmediato de la silla, le miré perpleja sin entender su reacción.

- ¿Donde están? - me dijo algo nervioso.

- Creo que en el camerino, ¿por qué?

- ¡Joder Vanesa! ¿pero como se te ocurre dejarla sola con él? ¿cuanto tiempo hace que están ahí dentro?

- No sé, unos veinte minutos, o treinta quizás, ¿que pasa? - Le pregunté extrañada al verle tan alterado y me empecé a preocupar.

José echó a correr por los pasillos dirección al camerino de Malú, corrí detrás de él sin entender qué es lo que estaba pasando, pero por su reacción intuí que nada bueno.

- ¡Sueltala cabrón!

Me quedé paralizada al entrar y ver lo que estaba pasando, Malú estaba sentada en el suelo llorando y Gonzalo la estaba agarrando de los pelos mientras le gritaba a saber qué y vi como le daba una paliza, lo cual me dejó atónita.

José se lanzó a pegarle, dándole un puñetazo que lo tumbó en el suelo.

Corrí hacia Malú, estaba temblando, nunca la había visto en este estado y se me partió el alma, la abracé con fuerza y ella se refugió entre mis brazos.

- No me sueltes... - Me dijo entre sollozos. - Tengo miedo.

- Tranquila mi amor, estoy contigo.

Por suerte aparecieron Rubén y Yago y pudieron separar a José de Gonzalo.

- ¡Como te vuelvas a acercar a ella te juro que no habrá nadie que nos separe! ¿me has oído?

Rubén tenía agarrado a José para que este no se volviese a lanzar a pegarle, Gonzalo se levantó del suelo, tenía el labio partido y algún que otro moratón en la cara, miró a Malú con rabia y después desvió su mirada hacia a mi.

- Que bajo has caído Malú, yo te saqué del pozo en el que te había dejado esta, ¡Yo! y ahora vuelves con ella...

Malú agachó la cabeza hundiéndola en mi cuello y apretó más el abrazo refugiándose en mi, estaba temblando, me daba pena verla en este estado, con lo fuerte que es ella y lo vulnerable que estaba por culpa de este imbécil, miré a Gonzalo y le contesté.

- Vete ya de aquí o esto va a acabar muy mal.

- ¿Y que vas a hacer? ¿Pegarme?

Rió con desprecio y yo apreté la mandíbula intentando controlarme y no perder los nervios.

- Llamar a la policía, y creéme que eso no te conviene.

Me miró con asco y rabia.

- ¡Gonzalo!

Le llamé antes de que saliese por la puerta, no sabía muy bien por qué lo hice, nos miramos fijamente

- Esto no se va a quedar así.

Sonrió de medio lado, con la cabeza alta, lo cual me dio mucha repugnancia, y se fue, Yago fue detrás de él para asegurarse que desaparecía de aquí.

Noté que Malú estaba respirando de una forma extraña, me separé de ella para mirarla, apenas podía respirar, estaba teniendo un ataque de pánico.

- ¡Llamad a una ambulancia! ¡Rápido!

Yo, más yo que nuncaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora