Nos duchamos para quitarnos el sudor y el olor a sexo y salimos de la casa de mis padres a toda prisa, nos habíamos entretenido demasiado y Malú tenía que estar en la prueba de sonido para el concierto de esta noche.- ¡Hombre, la desaparecida! - dijo Sol, su manager, cuando la vio llegar.
- Perdón, nos hemos entretenido.
Sol puso una cara extraña, después miró detrás de Malú y fue cuando me vio.
- ¡Otras! No te había visto Vanesa.
Me dio dos besos y le sonreí.
- Te esperan en el escenario, ya están todos listos así que deberías darte prisa.
Volvió a dirigirse a Malú, ella le sonrió, después se giró hacia a mi y me dejó un pequeño y suave beso en los labios antes de irse corriendo a hacer la prueba de sonido.
Unas horas después...
El show había empezado, yo estaba viéndola desde detrás del escenario, esta mujer era magnífica, como cantaba, como se movía, y su sonrisa... ¡Dios! su sonrisa era algo de otro mundo.
- ¡La baba vanesa!
Me dio un codazo riéndose y yo me morí de la vergüenza, podía notar como me iba poniendo roja, me ardía la cara.
- Que exagerada eres Sole.
Soledad era tanto la estilista de Malú como la mía desde hacía años, y evidentemente había vivido todo el proceso de nuestra relación cuando estuvimos saliendo, también estuvo a nuestro lado cuando rompimos, era un amor de mujer.
- Por cierto, que calladito os lo teníais ¿no? tiene delito la cosa, volvéis y no me decís nada.
La miré.
- A pasado todo tan rápido que ni yo misma lo asimilo.
- ¿Pero es oficial?
Me miró y yo asentí.
- Desde anoche.
Comenzó a reír a carcajadas y la miré extrañada.
- ¿Qué?
- Te iba a preguntar como fue pero ya me hago una idea y no necesito detalles de eso.
Esta vez fui yo quién le dio el codazo a ella y ambas comenzamos a reír.
El concierto pasó rápido, Malú ya había presentado a la banda y se había despedido de Málaga, me miró con complicidad mientras se acercaba a donde yo estaba y saltó a mis brazos. Nos besamos hasta que alguien nos interrumpió.
- ¡Iros a un hotel chicas!
Era José, Malú le miró y rió.
- ¿Tienes envidia hermanito?
Rodeó los ojos suspirando y se fue con los demás, Malú se acercó a mi oído y me susurró.
- Vamos a mi camerino...
Me sonrió pícara y tiró de mi mano para que la siguiese. Me mordí el labio, sabía lo que quería y yo lo estaba deseando.
La empujé contra la puerta cuando esta se cerró, la agarré del culo haciendo que se suba sobre mi cintura, ataqué sus labios con desesperación, nuestras lenguas se juntaron buscando más intensidad, sus manos se adentraron bajo mi camiseta acariciando todo mi cuerpo, sentí un escalofrío y se me erizó la piel tras su contacto, besé su cuello dejando pequeños mordiscos, la llevé hasta el sofá del camerino tumbandola con cuidando y quedando yo encima de ella, me quitó la camiseta, se mordió el labio y me sonrió para después volver a atacar mis labios.
- Malú hay alguien que...
Miramos sobresaltadas hacia la puerta por donde acababa de entrar Sole.
- ¡Ostia! lo siento.
Se dio la vuelta avergonzada y nosotras comenzamos a reír mientras nos levantábamos, me puse la camiseta rápidamente y sentí como me iba sonrojando.
- ¿Que pasa Sole? - Preguntó Malú
- Eeh... ha venido Gonzalo, pregunta por ti.
La pobre estaba colorada, seguramente muerta de la vergüenza por la situación tan incómoda.
Miré a Malú, se le había descompuesto la cara, estaba pálida, parecía que había visto un fantasma.- Vale gracias, me cambio y salgo.
- ¿Segura? Puedo decirle que ya te has ido.
- No, no, tranquila.
- ¿Estás bien? - le pregunté, ella me miró forzando una sonrisa y asintió, pero eso no me convenció y me quedé bastante preocupada.
- Dile a Gonzalo que en 10 minutos estoy, solo tengo que cambiarme.
- Yo te espero fuera, así tardas menos.
Añadí y ambas me miraron sonriendo.
- Vaya... y yo que quería una ayudita.
- Bueno chicas, yo me voy que aquí sobro desde hace rato.
Se fue riendo, le di un beso rápido a Malú y salí detrás de Sole.
Narra Malú
Tardé un rato en decidir si ponerme los tacones o las zapatillas, iba a optar por lo más cómodo, que eran las bambas, pero me puse los tacones.
Intenté ir rápida cambiándome de ropa para no hacer esperar a Gonzalo y hablar con él cuanto antes, estaba un poco preocupada por no saber a qué había venido y qué quería pero supongo que eso lo iba a averiguar pronto.
Iba a salir del camerino cuando alguien abrió la puerta desde fuera, tragué saliva y miré hacia arriba.
- ¿Que haces aquí? - no me hizo gracia que se presentase así en el camerino, miré detrás de él, había venido solo, lo cual me incomodó bastante.
- Tardabas mucho.
- Bueno, vamos fuera y hablamos.
Entró y cerró la puerta ignorando por completo lo que le acababa de decir, di un paso hacia atrás y noté como se me iba acelerando el corazón.
- Mejor hablamos aquí. - me dijo con un tono autoritario.
- No creo que sea buena idea. - Me puse algo nerviosa pero intenté disimularlo.
- Tranquila, no te voy a hacer nada, solo quiero hablar.
- Ves al grano por favor, ¿a que has venido?
Se acercó más a mi y yo fui retrocediendo para alejarme hasta que choqué con la pared, mi respiración se volvió más irregular y él estaba cada vez más cerca.
Puso su mano en mi cara y me acarició con cuidado, cerré los ojos por un momento y tragué saliva intentando calmarme, apartó mi pelo y yo le giré la cara mirando hacia otro lado.
- Vaya chupetón, veo que ya me has olvidado.
Acarició mi cuello, le miré fijamente y aparté bruscamente su mano de mi.
No quería que me tocase y no quería tenerle así de cerca, intenté empujarle pero él era más fuerte que yo y no se movió ni un centímetro de donde estaba.
- ¿Que quieres?
Apretó su mandíbula y me miró con rabia, volvió a acercar su mano, pero esta vez agarrándome del cuello con fuerza, se me aceleró el corazón en menos de un segundo y una lágrima calló de mis ojos, no podía ser que esto me estuviese pasando de nuevo, tenía miedo, me quedé paralizada y no pude reaccionar, se acercó a mi oído y me gritó.
- ¡Quiero que seas mía, mía y de nadie más! ¿lo entiendes?
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Yo, más yo que nunca
FanfictionSe prometieron amor eterno. Pero ¿podrá el amor contra todo? ¿Y contra la muerte?