Yo, más yo que nunca

Capítulo 37

Narra Vanesa

- Oye, ¿que te parece si vamos a dar un paseo por la playa?

La agarré desde detrás de la cintura dándole besos en el cuello mientras ella terminaba de recoger lo que quedaba del desayuno.

- No hace mucho sol, por lo cual no deberías tener ningún problema con tu alergia, pero...

La giré haciendo que me mirase y ella rodeó sus brazos por mi cuello.

- Hay una buena temperatura así que podemos disfrutar del mar un rato. ¿Que te parece?

Se mordió el labio y me sonrió.

- Me parece un plan perfecto, aun que me tendrás que dejar algún bañador.

- También te puedes bañar en ropa interior...

Le sonreí pícara y la besé.

- Sí, ¿no? con un conjuntito de encaje, ¿te parece?

Asentí y la volví a besar, esta vez me correspondió el beso intensificándolo cada vez más, me mordió el labio inferior y eso me enloqueció.

- Si vuelves a hacer eso acabaré haciéndote el amor aquí y ahora Maria Lucía.

Se acercó y me besó para luego volver a morderme el labio, esta vez haciéndolo más lento y sensual provocandome un cosquilleo por todo el cuerpo. Me sonrió, se acercó a mi oído y me susurró.

- Hazme el amor malagueña.

Sus palabras me acabaron de encender por completo, la cogí de la cintura para subirla en la encimera de la cocina pero me frenó sonriéndome pícara.

- Aquí no - hizo una pausa, la miré extrañada - en el mar.

Se sonrojó al decir aquello y a mi me volvió loca, cada día estaba más enamorada de ella, era adorable.

- ¡Vamos a por esos bañadores pues!

- Ah, ¿pero no iba a ser en ropa interior?

Alzó una ceja y me reí, al principio pensé que lo decía en broma, pero no, se limitó a coger un par de toallas grandes y me agarró de la mano llevándome hasta el mar, dejó las toallas cerca de la orilla y se comenzó a desvestir, la imité y la seguí hasta dentro del mar donde se colgó de mi como si fuese un mono.

- Cada día te amo más Vanesa, desde el primer día en que te vi.

Dicho esto, se lanzó a mis labios y nos dejamos llevar dando rienda suelta a nuestro amor.