Yo, más yo que nunca

Capítulo 24

Finalicé la llamada y guardé el móvil, Ana me miraba atenta.

- ¿Y bien? ¿que te han dicho?

- Ya tienen los resultados, tengo cita la semana que viene para verlos, de todas formas me enviarán un SMS para confirmarlo.

Me cogió de la mano y me sonrío de lado.

- Todo va a ir bien.

Cogí aire y suspiré.

- Eso espero.

Le sonreí de vuelta y decidí cambiar de tema.

- Bueno, ¿quieres que te cuente la parte buena de toda esta historia o prefieres mantenerte al margen?

- ¡Ay! ¡Desembucha ya Vanesa, mira que te haces de rogar, eh!

- Pues verás, después de nuestra última conversación estuve pensando en como dejar a Inma - Rodeó los ojos y yo reí - necesitaba estar sola así que llevé a Pongo y Carmela a 'el parque'.

- ¿Con 'el parque' te refieres a donde tú y yo sabemos?

Asentí y ella sonrió pícara, ahí es donde solía ir con Malú a pasear a los perros cuando estábamos juntas.

- Bueno, la cuestión es que me encontré a Malú.

- Mira tú qué casualidad - dijo entre risas y yo le golpeé en el brazo.

Le conté con detalles la cena, que me quedé a dormir, sobre todo remarqué bien ciertos momentos en los que estuvimos a punto de besarnos y cuando me dijo que me quería, por último le expliqué sin entrar en detalles la noche que pasamos en aquél mirador.

- Y después de aquello dormí en su casa.

- Claro, por eso no querías que fuese a buscarte a tu casa esta mañana, porque estabas con ella pillina.

Me sonrojé y ella se rió.

- Oye, ¿y sabe lo de...? Ya sabes.

Agaché mi mirada y negué con la cabeza.

- No le he dicho nada, y creo que no se ha dado cuenta, aun que bueno, Inma mencionó lo de la operación pero no me ha dicho nada.

- ¿Se lo dirás?

- Supongo, no lo sé, recién acaba de volver a mi vida y no quiero que se vuelva a ir.

Me rasqué la cabeza algo nerviosa.

- Vanesa, sabes tan bien como yo que no lo hará, así que no te engañes, es normal que estés nerviosa, pero no estás sola.

Agarró mi mano y sonreí mientras una lágrima traviesa recorría mi mejilla.

- Tengo miedo.

Le confesé en un susurro.

- Ey, mi chica valiente, todo va a ir bien.

Cerré los ojos dejandome caer sobre los brazos de Ana, ese lugar donde tanto me había refugiado cuando se me había venido el mundo encima, me acarició con delicadeza y limpió mis lágrimas.

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Parece que algo se cuece por aquí jeje ¿Que serán esos resultados?
¡Mañana más! 🤗😇