Capítulo 26

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Narra Vanesa

- ¿Y esto?

Le dije agarrando la nota un tanto extrañada.

- Ni idea - Me dijo sonriendo.

Su sonrisa era tan tentadora que ignoré la nota dejándola encima de la mesa, me giré hacia ella y la observé de arriba abajo.

- Bueno, eso puede esperar. - Le sonreí mordiéndome el labio.

Vi como se sonrojó y eso solo me hizo sonreir aún más, pasé mis brazos alrededor de su cuello y ella metió inmediatamente sus manos dentro de mi camiseta acariciándome la espalda.

- ¿Te he dicho ya que estás preciosa?

Negó sonriendo y alzé las cejas mordiéndome el labio inferior.

- ¿Ah, no? Pues estás preciosa.

Sonrió y la besé, suave y lentamente.

- ¿Y la cena? - Me preguntó entre mis labios.

- Es shushi, puede esperar.

Mis manos fueron directas a su trasero, la subí a mi cintura y la llevé hasta mi habitación sin ni siquiera encender la luz, dejándola caer con cuidado sobre la cama.

La miré mordiéndome el labio justo antes de lanzarme sobre ella y atacar su cuerpo a besos, de un movimiento logró quedar sobre mi, comenzó a morder y besar mi cuello, pero la volví a girar tomando las riendas de la situación, la ropa fue desapareciendo cada vez a más velocidad, primero su camiseta, después la mía, nuestros cuerpos nos demandaban ganas, piel con piel, besé cada rincón de su cuerpo ya desnudo y sonreí con cada gemido que le provocaba, mis dedos jugaban dentro de ella que se acompasaban a la perfección con el ritmo de sus caderas a la vez que devoraba sus labios y su cuello.

- Te quiero Vanesa. - Me dijo en un suspiro entre mis labios justo antes de hacerla llegar al clímax.

- Yo también te quiero. - La besé y me sonrió.

- Pero a ti te sobra un poco de ropa, ¿No crees? - dijo haciendo referencia a mi sujetador, que aún no me lo había quitado, mientras se sentaba a horcajadas sobre mi.

- Mmm yo creo que no. - me incomodé un poco pero intenté disimularlo y la besé.

- ¿No me digas que te da vergüenza?

Me sonrió algo más seria, haciendo una mueca, como si detrás de ese gesto hubiese una especie de comprensión hacia el por qué no me lo quería quitar, me acarició las mejillas y entrelazó sus piernas al rededor de mi cintura, pegándose así más a mi cuerpo y provocando un pequeño roce entre nuestros sexos desnudos que me herizó la piel.

- Yo... - Fruncí el ceño sin saber muy bien que decir y trague saliva.

- Tranquila, si no quieres está bien.

Me sonrió y volvió a besarme agarrándome de la cara e intensificando cada vez mas el beso.
Puse mis manos en su espalda acariciandola con delicadeza y la pegué más a mi cuerpo.

y ahí volvimos a comenzar nuestra particular guerra de besos, caricias y embestidas hasta llegar ambas a lo más alto, inundandonos de placer.

Nos dimos una ducha para quitarnos el sudor y el olor a sexo, le dejé algo de ropa interior y una camiseta de estar por casa que era bastante grande y ancha por lo cual le hacía de camisón, yo me coloqué un short negro un poco ancho para estar más cómoda y una blusa de tirantes.

La besé justo antes de entrar a la cocina y encontrarme con aquél papel encima de la mesa, cogí la nota algo extrañada y comencé a leer.

"Podrás echarme de tu vida,
pero sabes tan bien como yo que al mirar tu cuerpo y ver la cicatriz siempre me recordarás, no olvides que he sido yo quién ha estado a tu lado durante tu operación, quién ha soportado tus malos comentarios y tus desprecios cuando solo pretendía ayudarte.
He estado contigo tanto en las buenas como en las malas, y mi paciencia contigo ha sido infinita.
Sé que he actuado mal, y lo siento, fui una hija de puta, lo admito.
Me duele en el alma que esto haya acabado así, pero me quedo con los buenos momentos, que han sido muchísimos, y espero que tú hagas lo mismo.
Te quiero Vanesa, y te querré siempre, solo espero que al fin puedas ser feliz.
Inma."

Me senté en una silla después de leer la nota, arrugué el papel, sentía mucha rabia e impotencia y no pude evitar comenzar a llorar, Malú se acercó y me abrazó consiguiendo que me recomponga.

- Ey gorda, todo está bien. - Me dijo casi susurrando con una de sus mejores sonrisas.

Me sequé las lágrimas y le sonreí, decidí no darle más importancia al asunto, había invitado a Malú a cenar a mi casa y esta noche mi prioridad era ella y ni Inma ni su nota iban a conseguir arruinarme esta noche.

Nos sentamos a cenar, hablamos de millones de temas distintos, no parábamos de reír y coquetear, recogimos la mesa y salimos a la terraza ya que Malú quería fumar.

- ¡Tú no cambias eh!

Me miró y rió.

- ¿Lo dices por el tabaco?

Asentí y ella se encogió de hombros.

Dio una calada y me miró después de soltar el humo.

- Oye, ¿Puedo preguntarte algo? es sobre la nota...

Abrí los ojos como platos y tragué saliva, no me esperaba esa pregunta.

- ¿La has leído?

- Emm Sí, yo... la leí antes de que tú y yo... ya sabes...

Noté que se puso nerviosa y le hice una leve caricia en el brazo.

- Tranquila Malú, no pasa nada. ¿Que quieres saber?

Le sonreí, ella me miró y dio otra calada antes de hablar.

- ¿De qué te has operado? - preguntó haciendo referencia a lo que ponía en la carta de Inma.

Me Apoyé en la barandilla, no sabía como decirle esto, lo sabían algunos de mis amigos y en este último año me había esforzado porque ella no se enterase, pero si estábamos empezando a tener algo, sea lo que sea, lo justo era que lo sepa.

Miré hacia el cielo, cogí aire, cerré los ojos y suspiré, la miré y volví a suspirar, noté como una lágrima recorría mi mejilla, tragué saliva y me armé de valor antes de contestar.

- Cáncer de pecho.

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Vale, no me matéis jeje
Que tengáis un buen finde,
¡hasta el Lunes! 😘

Yo, más yo que nuncaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora