Capítulo 45: La Llamada

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En la sala de reuniones sólo estábamos Beck, Jay, Noah, Jackson y yo. Jackson estaba en la otra punta de la mesa, al lado de Noah, yo me quedé al lado de Beck.

Presiento que algo sucede, algo malo. Hace unos segundos escuché a Natalie gritándole algo a uno de los empleados, estaba más alterada de lo normal. Entró a la sala apurada y acomodándose el pelo con una notable frustración. Nadie se atrevió a preguntar nada, a estas alturas ya teníamos por sabido que era mejor esperar a que ella hablara primero.

—Tengo malas noticias—anunció Natalie apoyándose sobre la mesa y respirando profundo antes de continuar—Nuestro espía de la Torre desapareció. No hay comunicación con él y por lo tanto no podremos saber los movimientos de Brussard. Dicen que lo vieron entrar a la Torre y que nunca salió. Creemos que lo descubrieron y lo tienen prisionero.

Beck se estremeció, él sabía con detalle lo que le harán a ese hombre.

—Lo matarán—dijo Beck—Si descubren que trabaja para la Sede Central, lo matarán.

—No nos aceleremos a los hechos—lo contradijo Jackson.

—¡Yo he estado ahí dentro!—espetó Beck levantando la voz—He visto cómo se deshacen de los infiltrados, los torturan hasta que confiesan y luego hacen que su muerte parezca un accidente.

Toqué el brazo de Beck para que se tranquilizara, todos creímos que empezaría a golpear todo. Jackson lo miraba inexpresivo, la reacción de Beck no le había movido ni un pelo.

—El espía podría delatarnos—dijo Jay—Deben haber aumentado la seguridad de los calabozos, sería muy difícil volver a entrar.

—No creo que esté en los calabozos—observé—Brussard no comete dos veces el mismo error.

Natalie asintió con la cabeza mientras mantenía sus ojos pensativos y se mordía la comisura de los labios.

—Brussard no liberará a ese hombre. Y sacarlo de donde sea que esté es casi imposible—habló Noah—Ese hombre sólo saldrá si cae Brussard y para hacerlo caer necesitamos los archivos.

Noah tenía razón, necesitamos obtener los archivos antes que Brussard lo haga, sólo así caerá.

—Y ya tenemos algo—sonrió Natalie—En el diario de Jason encontramos unas entrevistas que él hizo a un grupo de personas que sabían secretos de Brussard. En varias de ellas, confesaron que él asesinó a Joseph Cranston—el ex director de la Torre—Aún así no es suficiente, necesitamos hechos concretos y esos hechos están en los archivos. Jason no reveló su paradero; pero sí hablaba de que Villiers es el mejor lugar para esconder algo. Mañana le haremos una visita a Adam St. Claire, lo arrestaremos si es necesario.

Fui la última en salir de la sala, ya todos se habían dispersado por ahí. Al doblar el pasillo me encontré a Jackson apoyado sobre la pared. Él volteó hacia mí y prácticamente se me lanzó encima.

—Perdóname—me dijo.

—No, tú perdóname—le dije y me miró confundido—No me interesa lo que digan los demás.

Estuve pensando en eso toda la noche, nunca me interesó lo que dijeran los demás sobre él y menos me va a interesar ahora. Jackson me salvó en numerosas ocasiones, fue honesto conmigo incluso cuando yo no dejaba de engañarlo, me hizo sentir de una manera en la que nadie antes me había hecho sentir. Tengo que construir mis propias críticas a partir de mis vivencias, no la de los demás.

Jackson sonrió en grande, vaya que tiene linda sonrisa. Una gran felicidad entró en mí cuando lo vi sonreír, porque de su sonrisa me enamoré. Él no solía sonreír cuando lo conocí, siempre fue serio, luego un día lo hice reír y ahí lo empecé a ver distinto.

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