Capítulo 46: La Primera Cita

1.4K 95 2
                                    

Jackson

Mi plan para esta noche iba perfecto, lo estaba haciendo todo yo solo... hasta que apareció Francesco. Me dan ganas de borrarle la cara de estúpido de un solo puñetazo. Se le caerían esos dientes de caballo que tiene. Así se vería mucho mejor.

Alex seguro que le contó sobre esta noche y él vino corriendo en mi "salvación". Ya me está sacando de quicio con su acento insoportable. Me encerró en su habitación para hablarme de cómo debía tratar a Alex y lo que me hará si le hago daño. Noah estaba acostado sobre la cama riéndose de la voz de Francesco.

—¿Tú me golpearás?—puse mi rostro muy cerca de él para intimidarlo—¿Con estos brazos de nena?—sonreí.

—No me intimidas, grandote—se alejó de mí—Alex es muy especial para mí, te golpearé con una sartén como ella venga llorando. Y mira que tengo experiencia con la sartén—me señaló con el dedo.

—¿En golpear con ella o que te golpeen con ella?—preguntó irónico. Él se encogió de hombros evitando mi pregunta.

Hay que soportar un crío como este, comprendo y apoyo a su madre.

—Y t..tú—tartamudeó—Que no se aburra—siguió con su innumerable lista de peticiones—Aunque imagino que tienes bastante experiencia en esto—suspiró.

Volteé y me observé en el reflejo de la puerta.

—¿No?—insistió.

—¿No qué?—le pregunté irritado.

—¡Jamás has tenido una cita!—me miró de reojo y comenzó a reír—Muchas chicas pero pocas citas, me sorprendes.

Tensé la mandíbula y apreté mis puños. La única razón por la que no le he roto la cara aún es porque sé que Alex no me lo perdonaría jamás.

—¿Tienes novia, Fran?—preguntó Noah.

¿Desde cuándo es "Fran" para él? ¿De qué lado está? Ya deben ser amigos, Noah siempre ve lo mejor de los demás, no sé cómo hace.

—No, pero tengo mi rosa en Italia—dijo con cara de enamorado.

Lo miré con las cejas levantadas. Me causaba vergüenza ajena estar con él.

—Morirás virgen—suspiré—Idiota.

—¡Mide tus palabras!—dijo Noah desde la cama—Somos una comunidad grande que no acepta insultos de gente como tú.

Si Noah pretende hacer algo con Gracie está perdido.

Alex

Mi conversación con Brussard hace unas horas se repetía una y otra vez en mi cabeza. Ni siquiera sé cómo haré para actuar normal esta noche. Siento que debería estar haciendo algo, como buscar los archivos o averiguar de dónde provino la llamada. Sin embargo estoy encerrada aquí, vigilada las veinticuatro horas del día.

—Gracie ¿Recuerdas a esa gente que creías que te observaba?—pregunté mientras ella me cepillaba el pelo.

—No era nada, sé que estoy segura aquí—respondió. Quería decirle que no estaba segura aquí, nadie lo está—Y ya no los vi más.

Ella pasaba la mayor parte del tiempo en mi habitación. Escondí mi teléfono en un hueco de la pared, pensé en destruirlo hasta que entendí que Brussard encontraría otro modo de comunicarse que podría ser peor. Pensé en llamar a mi familia con el teléfono y me di cuenta de que Brussard no sería tan tonto como para dejarme hacerlo. Configuró mi teléfono sólo para recibir llamadas de él.

El CampamentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora