Capítulo 50: Por Siempre Pequeña

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Todo pasó muy rápido, no entendía lo que sucedía. Al principio sólo veía cómo los vidrios de las ventanas se hacían polvo. Me tiré al suelo y me metí debajo de la mesa para que no me alcanzaran los vidrios. Los disparos no cesaban. Busqué a Adam con la mirada, él estaba inconsciente en el suelo. Sólo espero que no le hayan dado. Aún aturdida me acerqué gateando hacia él y lo arrastré lejos de los vidrios. Había recibido un disparo en su hombro y tenía algunos cortes en la cara.

Los disparos cesaron y, al minuto entraron un montón de hombres armados a la casa. Los reconocí al instante por el uniforme blanco, eran los hombres de Natalie. Ellos nos vieron y se llevaron a Adam. Me levanté del suelo y le di un pequeño vistazo al lugar. Había vidrios rotos por todas partes, Brussard debió haber atacado. Supongo que pronto me enteraré.

Vi el frasco de mermelada que Adam me había dado hacía sólo unos minutos, estaba intacto en el suelo. Lo levanté y le di vueltas en mi mano. Decidí guardarlo en el interior de mi abrigo.

—Alex—escuché la voz de Jackson que vino corriendo hacia mí—¿No te hirieron?—me miró por todas partes.

—No, pero a Adam sí—respondí—¿Era Brussard?—pregunté.

—Sí—vaciló—Los disparos fueron una distracción. Entraron a la casa y se llevaron los archivos.

—Pero tenemos a Adam, eso es lo que importa—repuse.

Salimos de la casa y me encontré con casi diez móviles policiales rodeando la fuente.
Natalie se bajó de una camioneta negra de la Sede.

—Todo salió tal y como esperábamos—sonrió—Jackson tenía razón cuando me dijo que eras buena actriz.

Le habíamos tendido una trampa a Brussard.

Desde la primera llamada Natalie siempre lo supo. Planeamos todo entre nosotras dos. Nos dimos cuenta de que Adam era mucho más valioso que todos esos archivos. Aprovechamos que Brussard nos estaba mirando y lo confundimos. Fingí ocultar mis conversaciones con él, fingí una pelea con Natalie en su oficina y por supuesto, el escape de la Sede también fue falso. Todo para que Brussard creyera que finalmente estaba de su lado. Así es como llegué a Adam y grabé toda su confesión. Brussard se llevó los archivos; pero eso ahora es lo de menos. Teníamos la joya de esta guerra.

—¿Todo fue falso?—preguntó Beck y asentí.

Ellos no sabían nada.

—Caí por un tubo de basura, me tiré de un camión y caminé por el barro con lluvia en medio de un frío polar—se quejó Jay.

—Y espero que tu cabello no se haya arruinado—me burlé.

Jackson me apartó un poco de la gente.

—Sabía que algo me escondías—me tomó de la mano y me señaló acusador—Te podrían haber disparado a ti, Alex.

—No te desharás tan fácil de mí, Lee—lo abracé—Quise contarte, en serio, pero nos miraban todo el tiempo y si el plan fallaba y nos descubrían...no quería ponerte en riesgo.

Jackson dejó un pequeño beso en mis labios y luego señaló detrás de mí. Liz acababa de llegar en su auto y se encontró con todo este lío en la puerta de su casa. Bajó escandalizada del auto y se arrojó sobre los policías.

—¡Déjenme pasar!—les exigía a los policías que no la dejaban entrar a la casa—¿Dónde está mi hermano?

Con Jackson nos acercamos a la escena.

—Está bien, yo me hago cargo—dijo Jackson a los policías.

Estos no hicieron preguntas y se fueron, cualquier cosa era mejor que lidiar con Liz.

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