Capítulo 48: Todo Conduce al Mismo Lugar

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El plan era ir a ver a Adam antes de que Natalie lo hiciera. Con esto arriesgábamos nuestra estadía aquí; pero había que hacer el intento. Sobrevivimos en Nueva York, lo haremos aquí.

Llegar a Adam era bastante simple, el tema era salir de aquí. La única salida en la que no nos atraparían era tirándonos por el tubo donde caía la basura. Caeríamos sobre el contenedor y las bolsas de basura amortiguarían la caída.

Con Beck y Jay acordamos llevar a cabo el plan luego del almuerzo. Estuve encargándome de evitar a Jackson todo el día, él me llenaría de preguntas y no podía contarle nada.

—¡Alex!—escuché su voz detrás de mí.

Cerré mis ojos y respiré profundo. Todo mi plan acaba de arruinarse, me faltaban tan solo dos pasos para entrar al pasillo de las habitaciones. Cuando volteé, él venía por el pasillo con una sonrisa en su cara.

—Esta tarde no tengo que venir a la Academia, así que pensaba quedarme contigo. Hoy podríamos estar en el jardín—dijo Jackson.

¡No!

—No—me apresuré a responder y él me miró confundido—Digo, es que estaré ocupada.

Hasta ahora venía zafando de mentirle. Era cierto que iba a estar ocupada hoy, tenía que ir a robarle los archivos a St. Clair.

—Pero me has evadido todo el día—dijo más serio e incluso podía ver algo de miedo en sus ojos—¿Acaso estás arrepentida de lo que sucedió anoche?

—¡No!—exclamé enojada—Mi hermano está en manos de Brussard y tú preguntándome por eso. Entiende que no siento ánimos de nada—espeté.

De pronto me había subido la ira y estaba enojada con él. Mientras mi hermano y Stephanie estaban sufriendo vaya a saber qué torturas, yo estaba divirtiéndome. Sé que Jackson no tiene la culpa de nada porque al contrario, ahora estaba más enamorada de él que antes, pero necesitaba una excusa para culpar a alguien.

Jackson me miró como si me temiese y luego asintió con la cabeza.

—Perdón—me disculpé con él—Pero siento que todo esto está mal.

—¿Por eso me estuviste evadiendo?—sonrió irónico y evadí su mirada—No sabíamos sobre tu hermano anoche. No tienes que culparte.

Jackson se acercó a mí y me abrazó.

—Natalie los va a encontrar—dijo suavemente. Si él lo decía, yo podía creerlo—¿Hay algo más que quieras contarme?—me preguntó.

Levanté la vista hacia él y negué con la cabeza. ¿Por qué siempre me miraba como si supiese todos mis secretos? Cada segundo que pasaba con él me estaba arriesgando a abrir la boca sobre lo que estaba a punto de hacer. Sería mucho más fácil si él me ayudara a salir de aquí, pero por un lado, no quería meterlo en problemas y por otro, era el ahijado de Natalie, tema del cual aún espero que él me hable.

—Está bien, nos vemos esta tarde—le dije.

Él sonrió y esperé a que desapareciera por el pasillo. Acababa de mentirle asquerosamente, pero al menos sirvió para que me dejara tranquila. Nuestra relación apenas acababa de empezar y ya le estaba mintiendo, no me agradaba, dado que teníamos un largo historial de mentiras en el pasado y ninguna de ellas terminó bien.

Cuando Jackson se fue, por fin pude tomar mi verdadera dirección. En el camino pasé por la cafetería y vi que Gracie y Noah estaban desayunando juntos en una mesa. Y solos. Ya se habían arreglado. Se notaba que ambos se gustaban, pero eran tímidos y se ponían nerviosos cada vez que hablaban. Tal vez no lo sepan, pero se veían increíblemente tiernos.

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