Capítulo 3:"¿Por qué te gusta tanto estar sola?"

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Ámbar

Me quedé todo el día en el cuarto mirando películas de terror. Solo bajé a comer por la noche cuando creí que todos ya estaban durmiendo. Me fui hasta la cocina y intenté encontrar algo para comer.

- ¿Necesitas ayuda? – Simón preguntó me sorprendiendo.

- Casi me hiciste tener un heart attack. – Puse mi mano en mi pecho. - ¿Qué quieres?

- Si quieres comer algo, hay en la heladera. – Él apunto. – Hay un pedazo de pizza, lo guardé para ti.

Miré a Simón por un tiempo y el hizo lo mismo. Volteé hacia la heladera y agarré el plato con el pedazo de pizza. Puse en el microondas y Simón siguió mirándome.

- Gracias. – Dije y el solo asintió sin decirme nada.

- Ya lo imaginaba que no ibas a bajar y comer con todos. – Él dijo naturalmente. Quité la pizza del microondas y él me ayudó a encontrar los cubiertos. – Estaba en el balcón ensayando una canción, ¿no quieres venir?

- Sí. – Agarré el plato y salimos de la cocina yendo hasta el balcón.

Simón se sentó en el piso y yo, en un sofá. Él puso su guitarra en sus brazos y empezó a tocar. No puedo negar que él tocaba bien y cantaba divino. Paré de comer cuando él paró de cantar abruptamente.

- ¿Y? – Lo miré sin entender. - ¿Por qué paraste de cantar?

- Aún no la tengo completa. – Simón confesó y yo sonreí. - ¿Pero va bien?

- Está increíble. – Admití. – Jamás me comprarías con un pedazo de pizza, si te digo es porque es verdad. Está muy linda la canción. ¿Vos la compusiste?

- Sí. – Él confirmó. – La vengo componiendo hace un tiempo.

- Vos cantas de una manera muy bonita. – Hice un elogio. – Esta canción la compusiste a alguien, ¿verdad?

- ¿Por qué lo preguntas? – Simón cambió de expresión.

- La forma que cantas de todo el corazón. – Volví a sonreír. – Veo en tus ojos que la dedicaste a alguien, pero a mí me aburren esos chismes de amor. Entonces, no te preocupes, no voy decir nada a nadie.

- Gracias, Ámbar. – El chico pareció estar aliviado porque yo no iba contar a nadie.

- Gracias por haber pensado en mí. – Volví a agradecer.

- ¿Qué? ¿Yo pensando en ti? – Él preguntó pareciendo estar asustado.

- La pizza, Simón, gracias. – Lo miré sin entender que pasaba. - ¿Te pasa algo?

- Tengo sueño, mejor me voy. – Él llevó su guitarra y se fue sin decirme nada más.

No entendía lo que había pasado, pero tampoco me quedaría preocupada por eso. Aún me quedé en el sofá por unos minutos y después me levanté. Dejé el plato en la cocina y volví hasta el cuarto que tenía que dividir con Emilia si ella hubiera ido. Intenté llamar a mi madrina, pero ella no me atendió. Pensé en Simón y en lo que él había hecho por mí. Solo no lograba entender por qué él me trataba tan bien y se preocupaba conmigo. Nadie más se preocupaba.

- No, ¿Por qué estoy pensando en ese loser y en lo que hizo por mí? – Sonreí al preguntarlo a mí misma. – Necesito aire o voy olvidar hasta quien soy. – Decidí dormir y olvidar todo lo que estaba pasando por mi mente.

Desperté en el otro día y me bañé. Por más que quisiera quedarme todo el día en el cuarto, no podía, tenía hambre. Bajé las escaleras y las chicas me miraron de forma rara. Las ignoré y senté para desayunar.

JUEGOS | Fanfic Simbar (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora