Capítulo 43: Arriesgado

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Ámbar

Ya había me despertado, bañado, cambiado la ropa tres veces y aun si no lograba salir del cuarto. Decidí bajar las escaleras en mis quince segundos de coraje y vi Sol y Alfredo desayunando. Ella me sonrió y Alfredo hizo lo mismo. No conseguía mentir de aquella manera. Forcé una sonrisa y me senté frente a ellos sin decirles nada.

- Señorita Ámbar, perdón por interrumpir tu desayuno, pero hay algo para ti en la puerta de la cocina. – Mónica dijo mirándome de forma rara.

- ¿Que tiene en la puerta? – Pregunté y ella apuntó para la puerta. – Ya voy.

- ¿Qué es, Ámbar? – Sol cuestionó y yo hice una señal como si dijera que no sabía.

- Ya vuelvo. – Dije y fui hasta la puerta que estaba abierta.

Frente a mi había un enorme ramo de flores sin señal de nadie. Me incliné en la dirección del ramo y lo agarré con cuidado poniendo en la mesa de la cocina. Vi un papel doblado en medio a las flores y lo saqué, leyendo: "Para la chica más hermosa del mundo". Fruncí el ceño y balanceé la cabeza negativamente.

- Creo que Mónica se equivocó. – Dije, mirando el ramo. – Eso debe ser para Sol.

- No, ella no se equivocó. – Escuché una voz cerca de mí y puse el papel de vuelta en las flores. – Y no es para Sol. Es para ti.

- ¿Vos me regalaste eso? – Pregunté, me volteando y mirando al chico a mi frente. Él solo asintió y yo volví a mirar el ramo. - ¿Y por que me regalaste eso? No es mi cumple, ni nada.

- Es una manera de disculparme. – Simón respondió con las manos en el bolsillo de su pantalón. – Pasé toda la noche pensando en lo que me dijiste y sé que tienes razón. – Yo me quedé callada. No sabía que decirle. – Y vine a invitarte para, no sé, hablar o comer algo. Sé que no llegué en buena hora, pero quería verte y decirte eso.

- La verdad es que necesito hablar contigo. – Admití. – Estoy muy confundida con todo que está pasando en esa mansión y con esa familia.

- ¿Qué está pasando? – Simón cuestionó y escuchamos pasos cerca de nosotros.

- Hola Simón, chao Simón. – Sol dijo pasando por nosotros y se fue.

- ¿Y eso? – Él me miró sin entender que pasaba con Sol. – Bueno, no importa. ¿Vamos? – Simón extendió su mano a mi y yo rechacé, mirando a las flores.

- Vamos. – Accedí y pasé por él yéndome a frente.

Salimos de la mansión y llegamos cerca del parque. Simón seguía con las manos en su bolsillo y yo tenía mis brazos cruzados. Él se detuvo a mi frente y me hizo una señal para que empezara a hablar. Yo relajé mis músculos y le forcé una sonrisa.

- Ayer en la noche, hablé con Sol y ella me dijo que ya sabía que somos hermanas. – Revelé y él me encaró. – También me dijo que Alfredo ya sabía que Sharon me había robado y que yo era la hija de Bernie.

- ¿Y por que no te dijo nada? – Simón preguntó, cruzando sus brazos. - ¿Crees que Sol te está diciendo la verdad?

- Ella me dijo que Alfredo pidió que ella no me dijera nada porque ellos perderían mucho dinero. – Respondí. – Y sí, creo en Sol. Si yo no creo en Sol, ¿En quién podré confiar en esa familia?

- Creo que a nadie. – Él fue sincero y yo sonreí. – Esa es la historia más loca que ya escuché. Pero si te puedo decir algo es que debes confiar en Sylvana. Ella está diciendo la verdad.

- ¿Cómo vos me puedes afirmar algo así? – Cuestioné y él recogió sus hombros.

- Porque yo hablé con ella hoy. – Simón confesó y yo le encaré. – Ella estaba yéndose en dirección a tu casa y como yo estaba allá, no la dejé cometer un error así.

JUEGOS | Fanfic Simbar (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora