Capítulo 16: Promesas de Verano

1.2K 79 1
                                    

Ámbar

En el otro día terminé de entrenar con los Red Sharks y me fui hasta el área de los lockers. Matteo y Emilia seguían en la pista y Gary nos había dicho que su hijo llegaría pronto para reemplazar a Ramiro. Ramiro se había ido porque tuvo una buena oportunidad afuera del país. Abrí mi locker y encontré un pedazo de papel arrugado. Lo abrí y leí: "Me gustaría saber si me daría el honor de tu compañía para una nueva no-cita sin platos mexicanos". Doblé el papel y lo puso de vuelta en mi locker. Cerré la puerta del casillero y me volteé al sentir algo cerca de mí. Matteo estaba parado mientras me encaraba.

- Lo contaste, ¿verdad? – Él me encaró y yo me quedé sin reacción. - ¿Por qué lo dijiste?

- Yo no dije nada a Emilia. – Respondí y intenté salir de cerca de él. Matteo agarró mi brazo y me encaró con su mirada en furia.

- No estoy hablando de Emilia. – Matteo apretó mi brazo con fuerza. – Sabes muy bien de lo que estoy hablando. No te hagas, Ámbar.

- Me estás lastimando. – Sacudí mi brazo, pero él siguió apretándolo. – Ya te dije que no sé de lo que me estás hablando.

- Me refiero a Simón. – Matteo siguió encarándome. - Contaste sobre nosotros, ¿no?

- ¿Estás enamorado de Simón o qué? – Pregunté. – No dejas de hablar de él ni solo un momento.

- Me parece que quien está enamorada aquí eres tú. – Él soltó mi brazo. – No tenias el derecho de decirle nada.

- No dije nada a Simón. Ni siquiera vi a Simón después que llegué. – Mentí y suspiré. – Yo no dije nada y tampoco voy a decir, Matteo. Ahora, por favor, déjame en paz.

- No me importa que está pasando entre ustedes, pero si hablas algo con él, te vas a arrepentir. – Matteo me amenazo y yo di un paso atrás.

- No le dije nada. – Insistí. – Nadie lo sabe y nadie jamás lo sabrá. Tengo pesadillas con eso y solo me gustaría que me dejes en paz.

- Te voy a creer, pero no me falles. – El chico pidió y se fue.

Suspiré al verlo alejarse y miré hacia mi brazo. El pulgar de Matteo me dejó una marca y la región estaba roja. Emilia entró en el área de los lockers y forcé una sonrisa. Ella me encaró como si estuviera analizando mi reacción.

- ¿Y esa sonrisita? – Ella preguntó y se rió. Me reí con ella para seguir el teatro.

- Entrenar después de mucho tiempo me deja de buen humor. – Forcé otra sonrisa.

- Sí, te entiendo. – Emilia asintió. – A mí me pasa lo mismo. Estaba extrañando demasiado estar en la pista.

- Creo que va a ser un año increíble. – Dije y sentí un nudo en la garganta. – Mejor me voy. Hablamos después.

- ¿Ámbar? – Emi me llamó y tomó mi brazo. – Estas un poco rara, te falta color, ¿te pasó algo?

- Sharon me dijo que no va a volver. – Escondí mi brazo. – Pero no es el lugar cierto para hablar de eso. Las paredes tienen oídos.

- Es verdad. – Emilia concordó. – Después hablamos, entonces, te quiero contar algo también.

- Bye. – Sacudí mi mano despidiéndome de ella.

Salí del Roller y seguí hasta el parque. Vi a Simón y él me sonrió de lejos. Me acerqué y él se levantó para abrazarme. Simón no sabía, pero en aquel momento, yo realmente necesitaba de un abrazo. Lo abracé con todas mis fuerzas y engullí mis lágrimas. En algún momento lo contaría sobre todo el lío con Matteo, pero no era la hora. Él me soltó y acarició mi rostro con su pulgar. Sonreí y nos sentamos en el banco de madera.

JUEGOS | Fanfic Simbar (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora