Ámbar
En el otro día estaba saliendo del ensayo y yéndome hasta el área de los lockers. Benicio, Matteo y Emilia ya se habían ido y Juliana me dijo que necesitaba ensayar un poco más. Me senté em un banco y saqué mis patines. Escuché pasos viniendo en mi dirección y sentí que había alguien a mi lado. Me volteé y vi Simón. Él me sonrió y yo le forcé una sonrisa.
- ¿Qué onda? ¿No me vas a saludar? – Simón preguntó y yo no le respondí nada. - ¿Qué pasa, Ámbar? ¿No quieres hablar conmigo?
- No puedo hablar con vos. – Dije sin mirarlo. – Tus amigos me pidieron para no acercarme de vos y ni hablarte.
- ¿Qué? – Él cuestionó, balanceando su cabeza negativamente y yo me levanté para guardar mis patines y mis equipajes en el locker. - ¿No me vas hablar porque mis amigos no dejan?
- No quiero que tengas problemas con ellos. – Suspiré, cerrando mi locker. – Creo que es mejor que los escuche. No soy tan buena así.
- Yo tengo edad suficiente para decidir que quiero. – Él dijo firme. – Yo no necesito de niñera.
- Decirle eso a tus amigos. – Puse mi bolsa y Simón se detuvo frente a mí. – No quiero problemas, Simón. Déjame pasar.
- No voy a dejar que tu te alejes de mi porque ellos quieren eso. – Simón me encaró. – No voy a dejar que ellos nos separen.
- ¿Qué? – Interrogué, pensando que debería tener escuchado mal. Simón no dijo nada y solo me miró fijamente.
- No puedo perder mi instructora de patinaje. – Él se explicó. – Incluso, ¿Por qué no vamos al parque ahora y patinamos?
- ¿No tienes que trabajar? – Cuestioné y él negó. – Entonces, sí, vamos.
- Padrísimo. – Él fue en dirección a su locker y sacó sus patines. – Vamos.
- Sí, claro. – Asentí y fuimos caminando lado a lado. Pasamos por la cafetería y Pedro nos encaró. Simón puso la mano en mi hombro y salimos del Roller.
- ¿Puedo pedirte algo? – Simón se detuvo cuando estábamos llegando al parque.
- Sí. – Acepté y lo miré. - ¿Qué me quieres pedir?
- Que no escuches lo que Pedro y Nico te dicen. – Él me sorprendió y yo solo accedí. – Mis elecciones deben ser respetadas. Después hablaré con ellos.
- No es para tanto. – Desvié mi mirada de él. – Ya está todo bien. No les diga nada.
- Solo haré eso porque tu me pediste. – Él afirmó y yo le sonreí. – Ahora, empecemos las clases, instructora.
- Espero que patines mejor que ayer.
Nos sentamos en el banco y pusimos nuestros patines y equipajes. Simón extendió su mano y yo acepté. Caminamos de patines por el parque y empezamos a intentar patinar juntos. Él parecía estar ganando más equilibrio y ya no se caía. Hice una acrobacia y él intentó hacerla igual.
- Muy bien. – Aplaudí cuando él logró hacer el paso. – Creo que ya no me necesitas. – Me burlé de él sonriendo.
- No, obvio que te necesito. – Simón llevó en serio lo que yo estaba diciendo y me encaró. – No sé que me pasa, como logré hacer ese paso, pero no soy bueno en el patinaje y tú sabes eso.
- ¿Qué te pasa? – Pregunté. – Solo hice una bromea. No estoy hablando en serio.
- No hagas bromas con eso. – Él pidió aun con su expresión seria. – Te pido de corazón, Ámbar. No bromees con dejar de verte.
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JUEGOS | Fanfic Simbar (COMPLETA)
Teen FictionSinopsis: ¿Qué pasa cuando dos personas completamente opuestas se atraen? Ámbar es la chica más popular de su barrio y una de las integrantes de los Red Sharks, un equipo muy influyente de patinaje. Ya Simón no tiene muchos amigos, es parte del equi...