Capítulo 18: Una sí-cita

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Ámbar

Simón me mandó un mensaje por la tarde diciendo que nos deberíamos encontrar en algunos minutos. Puse mi bolsa con el teléfono adentro y bajé las escaleras porque ya estaba lista. Alfredo estaba sentado en el sofá y me encaró.

- ¿Adónde vas, Ámbar? – Alfredo preguntó y yo le forcé una sonrisa. No quería mentirle, pero no podía decirle la verdad. O toda la verdad.

- Voy al cine. – Respondí. – No tardaré mucho, te lo prometo.

- Diviértase. – Él deseo y me dio un beso en la mejilla. – Llámame si algo te salga del control.

- Gracias, Alfredo. – Me despedí y me fui andando.

Llegué a frente del centro comercial y busqué a Simón. Miré a todos los lados y no lo encontré, lo que era raro ya que él me había dicho que estaba allá. Volví a mirar hacia mis lados y reconocí una camisa de cuadros. Pero el pelo... No pude creer en lo que estaba viendo y sólo deseaba que no se quedase peor.

- ¿Qué es eso? – Me acerqué de Simón y él sacó las gafas que tenía. Sí, podía quedarse peor.

- Escuché Nico diciendo que iba a venir con Jazmín. – Él susurró. – Y me disfracé.

- Eso está pésimo, Simón. – Fui sincera. – Esa peluca horrible de pelo rubio y esas gafas...

- Hay algo para ti también. – Él me extendió una bolsa. – Creo que te va a encantar.

- Sí. – Dije irónica y abrí la bolsa. – Perdón, pero ¿Te gustan chicas de pelo oscuro?

- Es solo un disfraz, Ámbar. – Simón sonrió. – Vamos, es divertido.

- Espero que eso se termine algún día. – Dije bajito.

- ¿Qué dijiste?

- No, nada. – Forcé una sonrisa. Aquella situación estaba empezando a ponerme muy incómoda. ¿Simón realmente valía la pena para todo eso?

Puse la peluca ridícula y también las gafas que estaban en la bolsa. Simón me miró y puso las manos en mi rostro. Él sonrió y se acercó dándome un pico. Lo miré sin saber que decir y él volvió a sonreír tímido.

- Hace mucho quería hacer eso. – Él confesó. – Te ves tan hermosa hoy y no pude detenerme.

- ¿Y como fue el ensayo? – Pregunté y Simón puso sus manos detrás de mi espalda llevándome para más cerca de él.

- Te cuento en el camino. – Empezamos a andar y adentramos en el centro comercial. – Los ensayos fueron buenísimos y las canciones están muy buenas. No me lo puedo esperar por esa presentación.

- Estoy ansiosa por verte en el escenario. – Sonreí. – Tengo algo nuevo para decirte.

- ¿Qué? – Simón me miró.

- Alfredo pidió a Mónica para hacer mi desayuno favorito. – Le conté con una sonrisa. – Y le dije que no se culpe por lo que pasó. La culpa es de Sharon.

- Me quedo feliz en saber eso. – Él tomó mi mano y la dio un beso. - ¿Y cómo fue con Emilia?

- Ella me creyó. – Forcé una sonrisa. No quería hablar de Emilia porque recordaba lo que ella quería hacerle a Simón. – Le dije que era un chico que me preguntó algo sobre el barrio y ella me creyó. No me hizo más preguntas.

- Por otro lado, Matteo no deja de hablar de ti. – Simón me contó y paré de andar. – Siempre me está diciendo lo mismo sobre ti. Que no eres una buena persona, que solo estás jugando conmigo, que no te debo creer y que la villana de la historia eres tú.

JUEGOS | Fanfic Simbar (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora