Capítulo 31: Objetivos

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Alisha

Simón llegó al Roller y se sentó a mi lado en el escenario. Su expresión estaba rara y ya sabía que algo le había pasado. Él forzó una sonrisa para mí y miró a su guitarra.

- Perdón por haber llegado tarde. – Simón estaba con la voz cansada y casi no salió. - ¿Te hice esperar por mucho tiempo?

- No. – Negué y lo miré fijamente. – Llegué hace poco.

- Bueno. – Él respiró profundamente y puso su guitarra en el regazo. - ¿Vamos a empezar con el ensayo?

- Simón, ¿Te puedo preguntar algo? – Él solo asintió. - ¿Te pasó algo? Te veo un poco raro.

- Nada que importe a los demás.

- ¡Ay, no! – Lo encaré. – A mí me importa. Te estoy preguntando en serio. – Simón miró a otro lado. – Quizás, ¿Pelaste con alguien?

- La verdad es que sí. – Simón al fin confesó. – Con Ámbar.

- No te preocupes, luego ustedes se van a entender. – Me forcé a decir aquello. Lo quería consolar. – No te quedes mal por eso.

- No hay como volver a entendernos, Alisha. – Simón mordió su labio. – Terminamos en definitivo. No quiero saber más nada de ella.

- ¿Qué te hizo ella?

- No me hizo nada. – Él respondió y yo asentí. – Yo me engañe solo, creando alguien inexistente en mi mente. Ámbar no es lo que yo pensaba y eso me lastima un poco.

- Simón, yo no sé nada de ustedes, menos de su relación, pero me parece que ella es un poco dura contigo. – Tomé su mano. – Si ella te hizo daño, sé que luego va aparecer alguien que te quiera de verdad y vas a querer a esa persona también. Eres muy buena persona y la vida te va a dar en doble lo que te sacó ahora.

- Gracias, Alisha, pero creo que no quiero pensar en otra persona ahora. – Simón me forzó una sonrisa. – Y también no quiero hablar de Ámbar.

- ¿Te puedo abrazar? – Simón aceptó mi oferta y lo abracé con cariño. Quería de verdad consolarlo, me dejaba mal verlo de aquella forma por culpa de Ámbar. – No te quedes mal, por favor. Verte mal, me hace sentir un poco mal también. Ponerle una sonrisa en esa carita y vamos a ensayar para distraerte la mente.

- Gracias, Alisha. Eres la única persona con quien puedo hablar de eso. – Él asumió. – Nadie sabia de lo mío con Ámbar. Y a frente de mis amigos no puedo dejar esa tristeza aparecer.

- No te preocupes, Simón. Yo no diré nada a los demás sobre eso. – Prometí. – Ya no vamos hablar de ella. Vamos a concentrarnos en la música, ¿ok? Y creo que un corazón roto puede hacer bellísimas canciones y hay que aprovechar ese momento para componer buenos temas para tu banda. – Simón me dio una media sonrisa. – Y estoy aquí de verdad, si me quieres decir algo, llámame. No importa la hora, ni donde estés, con quien estés, podemos hablar en códigos, no sé. Soy muy fiel a mis amigos, así que te voy a cuidar.

- En ese momento creo que solo quiero quedarme con mi guitarra un poco solo y componer algo con esa tristeza que estoy sintiendo. – Simón volvió a morder sus labios pareciendo ser un gesto de aguantar el llanto.

- Oye, Simón, yo hago algo que se llama meditación. – Mi mente pensaba en como ayudarlo de alguna forma. – Podemos hacerlo algún día para llenarte de buenas energías y distraerte un poco la cabeza.

- Me parece padrísimo, Alisha. Me encantaría de verdad.

- Perfecto. – Sonreí. – Podemos empezar mañana con eso. Te ayudo con la meditación y tu me ayudas con las clases de guitarra.

JUEGOS | Fanfic Simbar (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora