Capítulo 20: El Plan

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Ámbar

Desperté temprano en la mañana y mandé un mensaje a Emilia pidiendo para que nos encontráramos en el parque. Cambié la ropa y bajé las escaleras. La comida estaba en la mesa, pero Alfredo no estaba allá. Mónica vino hasta mí y dijo que Alfredo había salido. Comí sola y vi cuando Emilia me envió un mensaje diciendo que ya estaba en el parque. Salí de la mansión y caminé hasta encontrar Emilia.

- ¿Qué quieres? – Emilia me preguntó. – Ya sé, agradecerme por el favor que te hice hablando con Alfredo sobre la fiesta.

- Sí, gracias. – Agradecí de forma irónica y ella me creyó. – Pero no es eso. Es sobre lo que quieres hacer con la banda de losers.

- Te traigo malas noticias, amiga mía. – Ella suspiró. – Gastón no aceptó hacer parte del plan porque no quiere lastimar a uno de los losers de su equipo. Ya le dije a Matteo que se aleje, pero él no me escucha. Insiste una y otra vez en Gastón. Siempre Gastón.

- ¿Y ahora? ¿Hay otro plan? – Cuestioné y ella asintió. - ¿Y cual es el nuevo plan?

- El mismo. – Emilia sonrió. – Matteo contrató a músicos profesionales y hablaré con Gary hoy. Ya no me lo puedo esperar ver la reacción de los losers cuando se queden humillados frente a todos.

- Yo tampoco. – Dije, sonriendo. – Tenías razón desde del principio, Emilia. Hundir a esos losers me hace muy feliz. Y no sé donde estaba con la cabeza cuando pensé en buscar a mis padres.

- Bienvenida de vuelta, Ámbar. – Emilia extendió su mano a mí. – Es un placer tener a esa chica mala de vuelta. Eso de chiquita llorona no va contigo. Pero te entiendo.

- ¿Verdad? – Interrogué y Emilia accedió.

- Era solo una fase. – Ella dijo contenta. – Entiendo que te quedaste en shock cuando supiste que tu historia no es tu historia, pero ¿a quien le importa eso? Eres la dueña de una de las mayores fortunas ya vistas en esa ciudad.

- Sí, soy la dueña de todo. – Acordé. – Y obvio la fiesta va a estar genial.

Mi celular sonó y vi que era Simón. Apagué la pantalla para que Emilia no viera y le forcé una sonrisa. Ella me encaró y mi teléfono volvió a sonar.

- ¿No vas a contestar? – Ella me preguntó y yo negué. - ¿Y por qué? ¿Estoy interrumpiendo algo, Ámbar?

- Es Alfredo. – Mentí y apagué el celular. – Listo, ya no nos va a molestar.

- Vamos al Roller. – Emilia me invitó. – Hablaré con Gary y me vas a ayudar.

Caminamos hasta el Roller y no vi a Simón. Emilia fue hasta donde estaba Gary y la acompañé. Gary nos miró sin entender que hacíamos allá y cruzó sus brazos. Emilia le lanzó una sonrisa.

- Decime, Emilia, ¿Qué tienes en mente? – Gary preguntó, ya conociendo a Emilia. - ¿Cuál es tu plan ahora?

- Es que te quiero ayudar, Gary. – Ella le respondió y Gary sonrió. – Me enteré que hiciste el error de dejar a una banda de losers presentarse en la fiesta de apertura, pero ellos son muy, pero muy, terribles.

- Es lo que tengo, Emilia. – Gary le contestó y yo me quedé callada. - ¿Es todo lo que me tienes que decir?

- No. – Ella también cruzó sus brazos. – Te dije que te vine a ayudar y es lo que voy hacer. Tengo una banda de amigos míos que son geniales y sé que te va a encantar.

- ¿Los chicos son tan malos así? – Gary no parecía querer aceptar la ayuda de Emilia.

- Sí. – Ella asintió rápidamente. – Ámbar te puede decir, los escuchamos y fue la peor cosa del mundo, Gary. No puedes arruinar la fiesta con presentaciones malas.

- ¿Es verdad, Ámbar?

- Sí, Gary, ellos son pésimos. – Reconocí, estando de acuerdo con Emilia. – No lo puedes dejar que ellos arruinen la presentación del nuevo equipo. Me dolieron mucho los oídos.

- Ok, ok, si ustedes me garanten que ellos no son buenos, puedes traer tus amigos. – Él sonrió y Emilia hizo lo mismo. – Ahora me voy. Hablen ustedes con los chicos sobre eso, ¿ok?

- Sí, claro. – Ella acordó ya sabiendo que no hablaría nada. Ese era su plan. Gary se fue y ella me abrazó. – Mi plan va a salir perfecto. Gracias, Ámbar, por la ayuda.

- Me deja contenta hacer esas cosas, no tienes que agradecerme. – Sonreí y ella me soltó.

Emilia siguió a la pista y encendí mi teléfono. Llamé a Simón y él me contestó rápido.

- Simón, no puedo hablar con vos ahora. – Dije, mirando a todos los lados. – Perdón, pero tengo que ensayar y te pido que no me llames más. Después yo te llamo y hablamos sobre lo que quieras.

- ¿Te pasa algo, bonita? – Él se preocupó y yo respiré profundamente. – Estas hablando muy rápido y no entiendo que te pasa.

- No, no me pasa nada. – Mentí. – Enserio, tengo que ensayar y después te llamo.

- Pero, Ámbar...

- Chao, Simón. – Colgué y volví a apagar mi celular.

Miré a mi celular apagado y suspiré. Guardé mi teléfono y repetí mentalmente que estaba siendo lo correcto y que debía calmarme. Fui hasta la pista y me quedé callada. Emilia se acercó y me miró fijamente.

- Ya me puedes demostrar el paso nuevo. – Ella pidió y yo engullí a seco.

- No traje mis patines. – Inventé. – Cuando los tenga, te demostraré el paso nuevo.

- Estoy empezando a pensar que no existe un paso nuevo. – Emilia se rió. – O quizás sea tan malo que no me lo quieres a demostrar.

- Sí, Emilia, es verdad. – Admití. – Es un paso pésimo. Cuando lo hice por primera vez creí que estaba genial y que el equipo tenia que hacerlo, pero después que hice otras veces vi lo inútil que era y ahora estoy avergonzada.

- Ya lo puedo imaginar que lo hiciste cuando supiste de lo de Sharon.

- Sí. – Seguí mintiendo. – Lo hice en mi fase de buena chica y después vi que era un paso total de losers. No va con los Red Sharks.

- Sabía. – Ella volvió a reírse de mí. - ¿Y aquel tiburón horrible?

- ¿Qué tiene? – Cuestioné.

- ¿Ya te deshiciste de él? – Ella se acercó. – Ámbar, sé que fue Alfredo que te dio, pero es muy feo. Lo tienes que tirar a la basura.

- Haré eso. – Afirmé. – Creo que me tengo que ir porque Alfredo quiere hablar conmigo sobre lo de la fiesta.

- Voy a quedarme aquí ensayando. – Emilia me abrazó. – Estoy inspirada al saber que mi plan salió bien. Mañana aquellos losers van a tener su peor humillación, sobre todo Simón.

- ¿Qué tiene Simón? – No logré entender que había pasado para Emilia decirme aquello.

- Gastón no se unió a nosotros, traicionó a Matteo por Simón. – Ella me reportó la situación. – Y eso va a ser una venganza a Gastón también. Él va a pensar dos veces antes de defraudar a Matteo de nuevo.

- Sí, claro. – Solo acordé y me despedí de Emilia.

Salí del Roller y volví a la mansión. Entré en la mansión dispuesta a hablar con Alfredo, pero no lo encontré. Fui hasta Mónica y le pregunté donde estaba Alfredo. Mónica me dijo que "mi abuelo" había salido para empezar a organizar la fiesta. Me sentí mal al escuchar aquello y subí las escaleras. Fui a mi cuarto y me tiré en la cama. Tuve el mismo recuerdo de antes. Sharon me robaba, me llevaba a la mansión y la chica de lazo rojo intentaba alcanzarme. Cerré mis ojos intentando deshacerme de esa memoria. No quería recordar nada de eso.

Alfredo soló volvió en la noche y no tuve coraje de hablar con él en la cena. Después de cenar, volví a mi cuarto y vi que Simón me estaba llamando de nuevo. Rechacé la llamada como hice todo el día. Él estaba muy preocupado conmigo y me había mandado dos mensajes también. Apagué mi teléfono y lo puse para cargar lejos de mi cama. Caminé por el cuarto pensando si estaba haciendo de verdad lo correcto y forcé a convencerme que sí. Apagué las luces y me recosté en la cama.

- Estás haciendo lo correcto, Ámbar. – Dije a mi misma antes de cerrar mis ojos y adormecí.

JUEGOS | Fanfic Simbar (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora