Capítulo 23: Culpable

951 65 4
                                    

Ámbar

Empujé la persona que estaba a mi frente y pude ver por un rayo de luz quien era. Cerré mis ojos sin creer que aquello estaba pasando de verdad.

- ¿Estás loco? – Pregunté a Benicio. - ¿Por qué me besaste?

- Tu también me besaste. – Él retrucó. - ¿O no lo recuerdas?

- Yo pensé que era otra persona. – Admití. – Pero luego sentí que no era él.

- ¿Qué otra persona? ¿Tu novio? – Él me preguntó y me quedé callada. – No tienes un novio, ¿verdad?

- Sí, yo tengo un novio. – Mentí. – Y yo solo te besé porque pensé que era él.

- Ni puedes diferenciar tu novio de otro chico ¿y crees que estás enamorada?

- Yo me di cuenta que no era mi novio. – Afirmé y Benicio se rió. – No sentí nada con el beso y luego me di cuenta que no era él. Porque él me hace sentir muchas cosas y tu no me hiciste sentir nada. – Benicio paró de reírse y yo le sonreí irónicamente. – Ahora, déjame en paz.

- No. – Él volvió a mantener mi brazo en su mano. – Aun no terminamos.

- ¿Tienes idea de lo que estás haciendo? – Cuestioné al hijo de Gary. – Yo puedo ir a la policía y reportar todo lo que está pasando. Así que, déjame en paz o cuento todo a tu padre.

- Emilia me dijo que no tienes a nadie. – Él me encaró. – Que no estás con nadie. ¿Me estás mintiendo o estás haciendo eso a ella?

- ¿Qué te importa mi vida personal? – Lo empujé otra vez. – No te acerques más de mí.

- Emilia me dijo que a ti te encantaría estar conmigo. – Él se acercó. - ¿O vas a negar?

- Sí, obvio que voy a negar. – Me enojé con él. – Yo no dije nada a Emilia. Yo no hablo de mi vida personal con ella, ¿ok? Y no me interesas, que eso te quede muy claro.

- ¿Estás haciéndote la difícil? – Él intentó besarme y yo retrocedí. – Me encantan esos juegos.

- A mi no. – Lo empujé por la tercera vez. – Benicio, tu no me interesas en nada. Por favor, déjame en paz antes que yo pierda los estribos y te denuncie.

- No es para tanto. – Él intentó defenderse.

- Me besaste a fuerza, chiquito. – Reí irónica. – Podía meterte en una cárcel, pero no haré eso con Gary. – Suspiré. – Pero ni se te ocurra tocarme otra vez.

- Pero Emilia me dijo que...

- No me importa que dijo Emilia. – Levanté mi voz. – No te di permiso para tocarme y menos para besarme. Estás portándote como un maníaco.

- Discúlpame. – Benicio dijo y se fue. Él no estaba arrepentido, pero estaba con rabia.

Llegué al otro lado de la calle y tomé un taxi. Pagué al conductor cuando el auto paró frente a la mansión. Entré y fui directo para mi cuarto. Simón me llamó muchas veces mientras yo me bañaba, pero ni pensé en contestarle. Puse un pijama y me tiré a la cama. Simón volvió a llamarme y yo me levanté y puse el celular para cargar lejos de mí. Me sentía muy culpable por haber besado a Benicio. ¿Cómo podía haber sido tan estúpida? ¿Cómo no me había dado cuenta que no era él antes de besar aquel chico que yo ni siquiera conocía? Yo sabía que una hora o otra ya no tendría como huir y hablaría la verdad a él. Pero en aquel momento, en su día especial, solo quería que él fuera feliz. Haber contado la verdad sobre Matteo y yo ya debía tenerlo decepcionado muchísimo. Solo quería sentirme menos idiota. Abracé a mi tiburón y suspiré. Levanté y apagué las luces. Me recosté mientras abrazaba el peluche y me permití llorar. Yo estaba sola, no tenia que hacerme la fuerte. Yo me sentía destrozada. Benicio me había besado a fuerza de la misma forma que Matteo no logró hacerlo y yo había confundido a alguien a quien yo quería mucho con él.

JUEGOS | Fanfic Simbar (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora