Capítulo 8: No estás sola

1.5K 100 1
                                    

Ámbar

- Decime, madrina. – Pedí. – Voy detrás de vos si me dices donde estás. Hago mi maleta y me voy hasta ahí.

- Ámbar, no te quiero aquí. – Sharon fue dura. – Ya te dije que no quiero que me busques, que me llames, que me hables... ¿Cómo puedo ser más clara?

- ¿Por qué me estás haciendo eso? – Pregunté.

- Tu madre va detrás de ti, no te quedarás sola y ya no me importa que te pasa. – Ella dijo furiosa.

- Yo no la conozco. – Tenia miedo de conocer mi madre. No tenía idea de cómo ella era. Sharon nunca me había dicho como mi madre era.

- Pero la vas a conocer. – Ella afirmó. Sharon no se importaba ni un poco conmigo, su tono de voz decía todo. Yo era algo incomodo para ella. – Hay algo que tienes que saber y quizás así me dejes en paz.

- ¿Qué? – Miré a Simón siguiendo a patinar en la pista sin darse cuenta de mi conversación.

- Yo te robé de tu madre. Ella no te abandonó. – Aquello era muy difícil de escuchar. – Ella piensa que vos estás muerta, pero ahora que no estoy, se va a enterar que estás viva.

- ¿Qué me estás diciendo, madrina? – Era totalmente distinto de lo que ella me dijo toda la vida. – Tu estás conmigo porque mi madre está haciendo un viaje con mi padre. Me abandonaran. Eso me dijiste toda la vida.

- Te mentí, Ámbar. – Ella no tenia paciencia. – Te mentí para no decirte la verdad. Yo fui hasta un hospital, soborné el médico y te compré. Tu madre ni siquiera sabía que era una niña.

- ¿Por qué me mentiste por tanto tiempo? ¿Por qué me estas tratando como una mercadoría?

- Es eso que fuiste, Ámbar. – Sharon no me demostraba arrepentimiento. – Necesitaba una hija para conseguir todo lo que tengo hoy. Así que, gracias, fuiste útil en algún momento.

- Soy tu hija adoptiva y me tratas de esa manera. – Dije sin creer en todo lo que estaba escuchando. - ¿Me puedes decir algo de mi... Madre verdadera?

- Era pobre y tonta. Creyó en todo lo que dijo el medico sin cuestionar. – Sharon suspiró. – Tu tenía que agradecerme por sacarte de ella. Nunca serias tan inteligente y popular si estuviera con ella. – Ella hizo una pausa. – Ahora, por favor, no me llames más.

- Decime el nombre de ella... - Pedí aún sin creer que todo aquello estaba pasando de verdad.

- No lo sé. – Sharon encerró la llamada y yo me quedé mirando la pantalla de mi celular.

Dejé el teléfono caer y ni me di cuenta de las lagrimas que caían. Simón se acercó de mí y engullí el llanto que quería gritar para todo el mundo. Él bajó, agarró mi teléfono y me miró fijamente. Yo no aguanté todo lo que traía dentro de mí y lo abracé con todas mis pocas fuerzas.

- Estoy aquí. – Simón dijo mientras yo lo abrazaba como si fuera la única cosa que tenia en la vida. Tenía miedo de soltarlo y verlo desaparecer. – No necesitas decirme nada, pero quiero que sepas que estoy aquí contigo y para ti, no estás sola.

- Gracias. – Cerré mis ojos y dejé que las otras lagrimas se fueran. – Gracias por estar a mi lado cuando más necesito de alguien.

- Soy tu amigo, siempre voy a estar. – Él me soltó y puso sus manos en mi rostro. – Voy a estar mientras me dejes estar.

- Me das mucha confianza, Simón. Nunca había sentido eso con nadie. – Admití, mirándolo fijamente.

- Yo tampoco sentí antes que debía proteger a alguien como siento que tengo que hacer contigo. Estoy aquí de verdad. – Simón secó mis lagrimas con su pulgar y yo le di una media sonrisa.

JUEGOS | Fanfic Simbar (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora