Capítulo 5: Una No-Cita

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Ámbar

Llegamos hasta la pista después de caminar mucho. Simón no habló nada en el camino y yo tampoco. Estaba con mis gafas de sol y él no estaba con el gorro. Él fue hasta la recepción y yo lo acompañé. Simón pidió dos patines para alquilar y firmamos los papeles. Él enserio ya sabía mi talla de zapato. Saqué mis gafas y las puse en la bolsa.

- Me dijiste que estabas jugando conmigo cuando hablaste lo de la talla. – Lo encaré.

- Yo cuido de algunas cosas del Roller y sé tu talla. – Él respondió.

- Estoy muy asustada. – Di un paso atrás. – Me da miedo no saber qué es lo que sabes de mí.

- Yo solo ayudo el manager, Ámbar. No te estoy persiguiendo. – Simón también me encaró.

- Yo solo estaba jugando. – Rodé mis ojos. – Tienes un humor pésimo.

La chica que estaba trabajando en la recepción nos dio los patines y fuimos hasta un lugar para ponerlos. Fuimos hasta la pista después de ponernos los patines y Simón tomó mi mano ayudándome. Yo ni hice caso a eso. Había solo una pareja en la pista y ellos estaban yéndose. Una canción empezó a tocar y me desconecté de la realidad. Fui para el universo que me quedaba cuando patinaba y hice los pasos que la canción pedía. Simón me siguió y tomó mi mano cuando la canción estaba llegando al coro. Bailamos los mismos pasos sin decirnos nada. Él me suspendió, llevó por toda la pista hasta que me puso en el piso. Yo firmé mis manos en su cuello intentando ganar equilibrio. Simón me rodó una última vez y puse mi mano en su rostro. Deslicé mi mano hasta su pecho y nos miramos de una manera muy rara.

- ¿Cómo sabias el paso que yo haría? – Estaba asustada.

- Creo que esto se llama conexión. – Simón respondió pareciendo estar tan asustado cuanto yo. – No sabía el paso qué harías, solo dejé que la canción me llevara.

- Para tener conexión hay que haber confianza. – Lo miré seria. – Y yo no confío en vos, Simón.

- ¿Enserio no confías en mí, Ámbar? – Él se acercó. – Mira, saliste de la mansión, caminaste hasta aquí en una ciudad que no conoces nada y viniste conmigo. Obvio que confías en mí.

- Necesito agua. – Mentí. - ¿Me traes un poco, por favor?

- Obvio. – Simón sonrió y salió.

Forcé una sonrisa para Simón mientras él se iba a traerme un poco de agua. Simón salió de mi vista y me voltee a la pista. Había mucha conexión entre nosotros. Nunca había patinado con alguien de aquella manera y no lo podía comprender como era posible. Simón vino en mi dirección y intenté mentirle.

- ¿Te pasa algo? – Él me pregunto.

- Tengo sed. – Rei nerviosa. Él abrió la botella de agua y me regaló. – Gracias.

- El chico del Roller te sorprendió, ¿verdad? – Simón se acercó.

- ¿De qué hablas? – Intenté no ponerme más nerviosa.

- No pensaste que yo podía acompañarte en los pasos.

- Sí, es verdad. Me sorprendiste. Hiciste muy bien, loser.

- No me hables así. – Simón pidió y yo asentí. – Tiburón.

- ¿Perdón? – Fue mi vez de quedarme ofendida.

- Tu equipo. Los llamamos de los tiburones. Es lo que son, ¿o no?

- Ah, buenísimo, no te puedo llamar de loser, pero me puedes llamar de tiburón. – Aplaudí.

JUEGOS | Fanfic Simbar (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora