Capítulo 37: Algo Raro

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Alisha

Simón llegó al Roller para trabajar, pero estaba con una expresión rara y un tiburón de peluche en las manos. Él me forzó una sonrisa y se fue a otro lado del Roller. Lo seguí y vi cuando Simón puso el tiburón en su locker.

- ¿Qué es eso? – Pregunté y él me sonrió. – Ni me dijiste hola cuando llegaste.

- Perdón, Ali, desperté muy tarde hoy. – Él me respondió. – Vine corriendo al Roller.

- ¿Y no me puedes dar un besito? – Fui en su dirección y Simón me dio un pico. – Un besito, dije. – Lo encaré. – Ok, no estás de humor, te entiendo. Pero sé algo que te va a encantar y va a cambiar ese humor.

- Decime. – Simón dijo y cruzó los brazos. - ¿Es algo que me va a dejar muy contento?

- Si. – Afirmé. – Voy a trabajar aquí.

- ¿Qué? – Él me miró sorprendido.

- ¿No es genial? Ahora nos vamos a ver todo el día, mi amor. – Dije emocionada y lo abracé. Simón me dio una sonrisa y asintió.

- Si, es genial, pero ¿Cómo conseguiste?

- Hablé con Gary. – Encogí mis hombros. – Él me dijo que sí, yo puedo trabajar aquí y me regaló un trabajo. Voy a ser mesera como tú.

- Genial, pero ¿Por qué lo hiciste? ¿De verdad quieres trabajar aquí?

- Lo hice para quedarme más cerquita de ti. – Simón solo accedió. – No quiero alejarme nunca de ti. Eres mi noviecito más lindo.

- Ali, tu no eres mi novia. – Él miró a otro lado. – No quería decirte eso, pero es la verdad.

- Fue solo una manera de decir, Simón. Yo sé que no eres mi novio. – Le di una media sonrisa. – Yo sé que no somos novios porque aun no me lo pediste.

- Haré pronto. – Simón prometió y me miró de una manera rara. – Ali, nunca me dijiste tu apellido. Yo te dije el mío, Álvarez.

- No me gusta mucho el mío. – Mentí. – Hernández es el de mi padre.

- ¿Y de tu madre? – Él cuestionó ansioso. – Te estoy preguntando porque nunca dijiste nada sobre tu madre.

- No hay que decirte sobre ella, Simón. – También lo encaré. – Ella está bien.

- Dónde vive, qué hace, nunca me dijiste.

- No me gusta hablar de mi madre. – Confesé.

- ¿Por qué? ¿No se llevan bien?

- No, nos llevamos muy bien. – Respondí y él asintió. – Pero la extraño y no quiero sentirme mal por no tenerla aquí.

- ¿Y por que no la traemos acá?

- ¡No! – Rechacé inmediatamente la idea. Yo no llevaría mi madre al encuentro de la enemiga.

- Solo pensé que eso podría hacerte bien. – Simón se quedó un poco asustado por mi reacción.

- No creo que ella quiere venir acá. – Volví a desviar la mirada.

- ¿Y tus hermanos? – Intenté mantener mi respiración en su estado normal. - ¿Hermanas? ¿Hermanos?

- No tengo ninguna hermana. – Afirmé entre dientes. – Hermano, tampoco.

- Pensé que podrías tener a alguien. – Simón pasó las manos en su pelo. – No sé, alguien de tu familia para quedarse contigo aquí. Estás tan sola, Alisha.

- ¿Por qué de repente te importa tanto mi familia? – Él estaba muy raro. Simón no podía haber descubierto algo. – No sé, llegaste aquí super raro y empezaste a hacerme un cuestionario.

- Perdón, Ali, pero te veo muy sola. – Él me miró con lástima. – No quiero que te quedes solita.

- No estoy sola. – Dije con firmeza. – Te tengo a ti.

- Sí. – Él tragó su saliva y me sonrió. - ¿Nos vamos al trabajo?

- Sí. – Acepté, observando los movimientos de Simón.

En al almuerzo, Simón salió del Roller con su teléfono en las manos. Pensé en seguirlo, pero Pedro me vio y me llamó para comer con él y Nico. Me senté en la mesa y me forcé a comer. Él volvió al Roller con una cara extraña y se sentó a mi lado. No le pregunté nada y él guardó su teléfono.

Cuando él se estaba arreglando para ir a su casa, lo acompañé intentando descubrir que estaba pasando. Simón se quedó callado por un tiempo, pero luego empezó a decirme cosas aleatorias.

- Ali, yo ya pensé en vengarme de muchas personas. – Él dijo de repente. – Pero luego me di cuenta que no vale la pena. No sé, Pedro estaba hablando sobre venganza y quería compartir eso con alguien.

- Yo nunca pensé en vengarme de alguien. – Mentí. - ¿Pero por qué me estás diciendo eso?

- Pedro empezó a hablar sobre eso en el desayuno y me quedé con eso en la cabeza. – Simón suspiró. – No sé, estuve pensando que no vale la pena.

- Yo no sé que decirte. – Fui sincera. – A veces es necesario vengarse de alguien.

- No creo en eso, Ali.

- Eres muy correcto, Simón. Eso me aburre un poco. – Miré a otro lado. – Quizás a veces las personas necesitan de venganza para sentirse mejor. Yo nunca necesité de algo así, pero lo haría sin pensar.

- Yo creo que tengo que convencer a Pedro a no vengarse de esa persona. – Él me forzó una sonrisa. – No es la mejor salida.

- ¿De quien Pedro quiere vengarse? Parece llevarse bien con todos.

- No se lleva bien con Matteo. – Simón dijo y yo me quedé sorprendida. Nunca había me dado cuenta de eso. – Es aquí que te dejo, Ali.

- Hasta mañana. – Dije y lo besé. Simón salió del beso y se fue. Estaba rarísimo.

Después de cenar, mi teléfono empezó a tocar y creí ser Simón. Pero era mi madre. Rodé mis ojos y la contesté.

- Hola, mamá. – Dije al contestar el teléfono.

- Alisha, ¿Dónde estás? No me contestas hace semanas. – Mi madre parecía preocupada. Bueno, quizás así ella se diera cuenta que yo era más importante que Ámbar. Como Simón ya se había dado cuenta. – Respóndeme.

- Estoy en Argentina, pero aun no encontré a su hija. – Respondí entre dientes. – No te preocupes, no hice nada con ella.

- ¿Me estás diciendo la verdad? ¿Aún no la encontraste?

- Sí, mamá. – Mentí. – Aún no la encontré. Y no quiero hacerle nada, solo quiero hablar con ella y conocerla mejor.

- Bueno, Alisha, te voy a creer. – Ella suspiró. – No te quedes sin contestar, ¿ok? Te extraño y me preocupo por ti.

- Ok, yo voy a contestarte. – Prometí. – Pero, ahora me tengo que ir a dormir. Mañana hay trabajo y no quiero estar cansada.

- Buenas noches, Ali.

- Buenas noches, mamá. – Colgué la llamada y vi que Simón aún no había abierto los mensajes que envié a su app.

Me pareció muy raro Simón no llamarme para darme buenas noches, entonces resolví hacerlo yo misma. Llamé al teléfono de Simón, pero él no contestó. Todas las veces que intenté, la llamada pasó al correo de voz. Intenté enviarle más mensajes y llamarle más veces, pero él no me contestó ninguna vez. Algo muy raro estaba pasando y yo descubría, o no me llamaría Alisha.

JUEGOS | Fanfic Simbar (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora