Ámbar
- Ámbar. – Él volvió a llamarme. La culpa aun corría al máximo a través de mis venas. Creo que había más culpa que sangre. - ¿No quieres hablar conmigo?
- Simón. – Me volteé hacia él y le forcé una sonrisa. - ¿Qué estás haciendo aquí?
- Vi que todos los Red Sharks ya se fueron y tu te quedaste. – Simón se acercó de mí. – Y vine a verte porque te extrañé.
- Yo también te extrañe, pero ahora no puedo hablar con vos. – Di un paso hacia atrás sin darme cuenta. – Tengo mucho que hacer y...
- Ámbar, no me contestaste las llamadas ayer en la noche. – Él me encaró. - ¿Te pasó algo? ¿Por qué ya no quieres hablar conmigo?
- No es nada con vos. – Mentí. – Tengo la cabeza llena de cosas sobre mí y no quería dejarte mal en tu día especial.
- Pero si te pasa algo, yo quiero saber. – Simón sonrió. – Yo me importo con lo que sea contigo.
- Gracias. – Agradecí sin saber más que decirle. – Sé que te importa, pero hay cosas que solo yo puedo saber, ¿me entiendes?
- Sí, como quieras. – Simón no se quedó muy cómodo cuando le dije eso. – Hablamos después, ¿no? Creo que tienes mucho que hacer.
- La verdad es que sí. – Confirmé y él se fue.
Me sentía mal por mentir a Simón, pero no quería hacerle mal. Tenía miedo de su reacción y de quedarme sola de nuevo. Yo solo tenía a él para ayudarme con todo y lo quería tanto. Cerré los ojos y encontré coraje para salir de allá. Me fui andando hasta la mansión y cuando llegué, Alfredo estaba mirando a un álbum de fotos. Me acerqué de él y Alfredo cerró el álbum.
- ¿Qué estas haciendo? – Pregunté sospechando que él me estuviera escondiendo algo. - ¿Puedo ver este álbum o no?
- Sí, claro. – Alfredo accedió. – Estaba mirando tus fotos de chiquita y las de tu prima también.
- ¿Me puedes mostrar, Alfredo?
- Sí, ven acá. – Él me llamó y senté a su lado.
Había más fotos de mi prima que mías. Si tenia siete fotos era mucho. Ninguna de las fotos me conectó con ningún momento en específico. No tuve ningún recuerdo y intenté disfrazar mi decepción. Devolví las fotos a Alfredo y él las puso en el álbum.
- Gracias, Alfredo, pero no recuerdo de nada. – Confesé. – Pensé que si viera esas fotos tal vez me recordaría de algo, pero no.
- Esa foto fue tomada en el cumpleaños de tu prima. – Alfredo agarró la foto de nuevo y me mostró. – Aquí recuerdo que estabas muy feliz en tu vestido azul. Había pedido ese vestido muchas veces que fuimos en el centro comercial. Decías que eras como la Cenicienta, pero mejor que ella. – No pude no sonreír. Me gustaba saber que había sido feliz en algún momento. – Sharon no estaba. A ella no le gustaba mucho estar cerca de Lili en esas celebraciones. Ella siempre fue muy introspectiva. - Alfredo forzó una sonrisa. – Pero estabas muy feliz aquí con tu prima. Ustedes se estaban llevando bien. – Hice una mueca. Era poco probable que aquello en serio tuviera pasado. – Sí, Ámbar, ustedes ya fueron muy unidas, pero no recuerdas de eso. Tus tíos Lili y Bernie se quedaron muy felices en ese día porque ustedes dos se estaban ayudando en los juegos del cumple y no se separaban.
Mientras Alfredo hablaba mi mente se volvió negra. Ya no escuchaba a Alfredo. Estaba viendo las cosas desde una perspectiva diferente.
Era chica, tenía el pelo rubio preso en dos partes y con un flequillo cayendo en mi frente. Vestía una blusa rosa y una chaqueta rosa con blanco. Estaba sentada en medio a un parque y había una mujer a mi lado, pero no lograba ver su rostro. Puse mis pequeñas manos en la cesta de picnic y saqué una manzana.
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JUEGOS | Fanfic Simbar (COMPLETA)
Teen FictionSinopsis: ¿Qué pasa cuando dos personas completamente opuestas se atraen? Ámbar es la chica más popular de su barrio y una de las integrantes de los Red Sharks, un equipo muy influyente de patinaje. Ya Simón no tiene muchos amigos, es parte del equi...