Capítulo 34: El Fin

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Ámbar

Dos semanas se pasaron bien lentamente. Las cosas no estaban tan buenas dentro de mí, pero estaba empezando a olvidar a Simón. Ya no lo vía en el Roller y, por casualidad, descubrí que él me había bloqueado en su app de mensajes. Una infeliz casualidad de casi mandarle un mensaje en la noche que lo vi con Alisha y dije la verdad a Emilia. Yo estaba intentando concentrarme en los Red Sharks y en nuestra nueva presentación. Matteo parecía haber dicho a Emilia que no hablara nada de Simón, ya que ella no me había dicho nada más sobre él. Con Alfredo intentaba mantener distancia, ya que no olvidaba el día que él me vio llorando por Simón. Aún me sentía una tonta por haber hecho eso y por haber dicho a Emilia que quería a Simón y por haber dicho a Simón que lo quería. Era una secuencia de tonterías que intentaba olvidar con toda mi alma. Mi prima, Sol, llegaría en pocos días de su intercambio y la mansión estaba siendo arreglada por Mónica para recibirla. Pero aquella noche era mía y había invitado a Alfredo y Mónica para hacer parte de ella. Era el día de la primera presentación de los Red Sharks en el año. Sería en la pista del Roller y habría un concierto de una banda ni tan conocida. Quizás, era por eso que me estaba arreglando tanto. Era la banda de Simón, la Roller Band. Gary se justificó a nosotros diciendo que las personas estaban pidiendo mucho por una nueva presentación de ellos y que esa era la oportunidad perfecta. Emilia hizo un escándalo cuando Gary nos avisó y yo intenté no sonreír y ni tener alguna reacción que me pudiera avergonzar. Me quedé inmóvil mientras dentro de mí todo se agitaba en alegría de poder verlo cantando otra vez. No podía engañarme. Aun lo quería mucho. Y aun quería que él se diera cuenta que estaba siendo muy injusto conmigo y que Alisha no era su chica ideal. Yo era y siempre lo sería su chica ideal.

Terminé de arreglarme en el camarín y Emilia me sonrió mirando el reloj. Faltaba poco más de diez minutos.

- Estoy emocionada por la nueva presentación. – Emilia volvió a sonreírme. – Juliana hizo un muy buen trabajo. Me encanta todo en esa coreografía.

- A mí también. – Sonreí de vuelta a mi amiga. – Alfredo está ahí y no quiero fallar con él. Él nunca vino en ninguna de mis presentaciones. La verdad es que nadie vino antes.

- Voy a buscar algo para tomar. ¿Quieres algo? – Ella me preguntó desviando su mirada y yo asentí.

- Te acompaño. – Dije y salimos del camarín.

Fuimos en dirección a la sala reservada a nosotros que tenía un minibar y una mesa de cosas para comer. La puerta estaba abierta y escuché risas. Emilia también las escuchó y me miró sin entender. Nos acercamos de la puerta y me detuve al ver Simón besándose con Alisha. Emilia los miró con los ojos bien abiertos y yo me fui de vuelta al camarín sin creer en lo que había visto. Me miré al espejo del camarín y me sentí más tonta que nunca. Me había arreglado para impresionar a Simón y él estaba con Alisha. Engullí mi llanto, no destruiría mi maquillaje por culpa de ellos. Emilia llegó cerca de mí con una botella de agua y me extendió.

- ¿Estás bien? – Ella me preguntó y yo asentí mientras tomaba el agua. – Pensé que, quizás...

- No. – Negué antes que ella pudiera terminar la sentencia. – Estoy bien.

- ¿Segura? – Emilia cuestionó con énfasis y yo volví a acceder.

- Estoy bien.

Matteo y Benicio se unieron a nosotras y hicimos una corriente antes de la presentación. Juliana nos dijo algunas palabras de incentivo y Matteo tomó mi mano. Entramos en la pista y todos nos aplaudieron. Estaba intentando no pensar en lo que había visto, pero no conseguía. La imagen del beso pasaba vez tras vez en mi cabeza. En algún momento de la presentación, ya no vía a Matteo frente a mí. Solo estaba la imagen del beso. Cerré mis ojos y Matteo no consiguió sostenerme. Caímos juntos en la pista y escuchamos ruidos de personas sorprendidas. Matteo me levantó del suelo y la imagen ya no estaba. Terminamos nuestra coreografía y volvimos al camarín.

JUEGOS | Fanfic Simbar (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora