Capítulo 50: Un Tiempo de Amor

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Ámbar

Simón me sonrió y levantó su mano, saludándome. Respiré profundamente y seguí en su dirección sin creer. Era realmente una moto. Él me ofreció un casco rosado. Lo encaré al ver el casco y Simón lo puso en mi cabeza.

- ¿Por qué tienes un casco rosado? – Cuestioné. – ¿Acaso, ya llevaste alguna chica en eso?

- ¿Estás celosa, bonita? – Simón devolvió la pregunta a mí.

- No. – Crucé los brazos. – No estoy celosa. No hay razones para quedarme celosa.

- Tu expresión dice el contrario. – Él se burló de mí y yo rodé mis ojos. – Eres la cosa más hermosa del mundo cuando te quedas así, celosita.

- Yo te hice una pregunta. – Ignoré las cosas que él había dicho. – Si ya llevaste a otra en esa cosa, no voy a subir.

- No, Ámbar, no llevé a nadie. – Él respondió también rodando sus ojos. – Ese casco vino junto de ese azul. ¿Satisfecha?

- Sí. – Accedí. – No me gustaría estar en un lugar donde otra chica ya estuvo.

- ¿Estás segura que todo eso no son celos? – Simón disparó sonriendo. – Bueno, tengo dos planes para hoy. Un plan numero uno y un plan numero dos, así los llamé. No me digas, ya sé que soy muy creativo.

- ¿Y cual de los planes elegiste? – Pregunté, intentando ignorarle. No me gustaba que él dijera que yo estaba celosa. Yo no estaba celosa.

- Los dos porque son infalibles. – Simón aseguró a mí. – Son dos planes increíbles. Primero, vamos a un parque.

- ¿Y después?

- Solo te voy a decir cuando sea la hora correcta.

- Ay, pero, que misterioso. – Sonreí. - ¿Y como vamos en eso? – Me referí a su moto.

- Solo abrázame fuerte. – Él pidió ayudándome a subir en aquella cosa. Sentí un poco de miedo al inicio, pero cuando lo abracé, me calmé. – No me sueltes por nada, ¿ok? Nuestros planes no incluyen parar en un hospital.

- Ok. – Engullí a seco y respiré profundamente.

- Ahí vamos. – Simón me avisó y hizo algo que la cosa empezó a moverse.

No sé cuanto tiempo duró el viaje en aquella cosa, pero fue bueno. No por la sensación, sino por abrazar fuerte a Simón todo el tiempo. Cuando llegamos, él estacionó la cosa en un lugar y me ayudó a bajar. Él sostuvo mi mano y me llevó hasta un lugar en el inmenso parque.

- ¿Y que estamos haciendo aquí? – Cuestioné y él soltó mi mano apuntando para su guitarra.

- La traje antes. – Él respondió antes mismo que yo pudiera preguntarle. – También hay unas cosas para comer.

- ¿Un picnic, Simón? – Sonreí y él asintió. – Pero que cursi que estás.

- ¿Acaso nunca fui así? – Simón me encaró y yo negué. – Bueno, ahora soy muy cursi y te invito para un picnic conmigo.

- Que hermoso. – Me senté encima de la toalla que estaba en el suelo.

- Mira eso. – Él se sentó frente a mí y abrió la cesta. – Compré esas galletas. – Simón me mostró la bolsa de galletas. Eran Oreos. - ¿Te gusta eso?

- Yo simplemente amo a esas galletas. – Dije, sacándolas de sus manos. Abrí y empecé a comer mis Oreos. – Amo.

- Pero que coincidencia. – Simón sonrió y siguió abriendo la cesta. - ¿Y eso? ¿Te gusta? – Esa vez él me mostró un jugo en caja.

JUEGOS | Fanfic Simbar (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora