Ámbar
Simón se quedó callado por mucho tiempo y eso ya estaba me poniendo los nervios. Crucé mis brazos y pasé por él, tomando mi maleta. Él se detuvo frente a la puerta y me encaró.
- ¿Qué piensas que estás haciendo? – Cuestioné. – No tengo tiempo para perder, Simón.
- Ámbar, yo me quedaré aquí. – Él dijo firme y yo balanceé mi cabeza negativamente. – Mira, estuve pensando mucho y sé que tienes miedo de todo eso, pero estoy aquí.
- No quiero que vos estés aquí. – Grité. – Lo único que quiero es irme de acá para muy lejos de vos. ¿Aún no me comprendiste?
- No me hagas eso. – Simón me pidió. – Yo lo único que quiero es estar a tu lado. No me alejes de esa manera, Ámbar. ¿No recuerdas lo que me dijiste cuando despertaste aquel día en mi cama? Me dijiste que nunca lograste olvidarme y lo intentaste mucho. Que yo te hago sentir como nadie lo hace y que solo me necesitas para ser feliz. Dijiste que me extrañaste y que querías seguir nuestra historia, bonita.
- ¿Por qué me estás haciendo eso? – Pregunté. - ¿Por qué me hiciste pasar por ridículo de esa manera? Vos escuchaste todo lo que te dije cuando pensé que estabas durmiendo.
- Ámbar, si tú te vas, ¿Cómo me quedaré yo? – Él cruzó sus brazos. - ¿Cómo me quedaré sin saber como estás? No me hagas eso. No me dejes afuera de tu vida.
- Simón, yo estoy harta de tus palabras. – Confesé. – Vos siempre me convences con esas palabras y nunca haces nada. Necesito de acciones y no de palabras.
- Dime, Ámbar, ¿Qué quieres que yo haga para convencerte? – Simón preguntó asustado. – Decime que tengo que hacer para que tu creas en mi amor.
- No lo sé, Simón. – Fui sincera. – Creo que ese tiempo va a ser bueno para nosotros.
- Ámbar, basta de hablar de tiempo. – Fue la vez de el aumentar su tono de voz. – Ya no puedo quedarme lejos de ti. Si realmente quieres estar a mi lado, tienes que creerme. Tienes que dejar de huir toda vez que tienes un problema.
- Tengo miedo que Sharon te haga algo, ¿ok? Yo te quiero tanto que me duele el corazón solo en pensar que ella te puede lastimar por mi culpa. – Admití. – No puedo estar cerca de vos.
- Ya no me digas nada. – Simón dijo y me besó sin darme tiempo para pensar en rechazar.
- Por fin. – Sol abrió la puerta y nos separamos. – No se preocupen conmigo. Estaba muy lindo el beso y el momento. Sigan con eso.
- No, yo tengo que encontrarme con Sylvana. – Forcé una sonrisa a los dos. – Ella me está esperando en el parque.
- No puedo que creer que no la convenciste. – Sol encaró Simón y yo me reí, saliendo del cuarto. – Yo confié en ti, Simón. ¿Cómo no la convenciste?
Sol fue todo el camino preguntándole a Simón como él no me había convencido a quedarme. Ellos estaban tan preocupados que ni si dieron cuenta que no había llevado mis maletas. Llegamos al parque y vi Sylvana disfrazada al lado de Alisha.
- Ahí te quedas. – Sol volvió a encarar a Simón. – Ni te ocurra acercarte de ella.
- Pero yo ni hice nada. – Simón se defendió y yo seguí hasta Sylvana.
- ¿Estás lista, Ámbar? – Sylvana cuestionó y Simón se detuvo a mi lado.
- Quiero hablar contigo, Alisha. – Sol dijo y empujó Alisha para lejos de nosotros.
- Hola, Simón. – Sylvana lo saludó. - ¿Qué haces aquí?
- Bueno, Sylvana, yo no me voy. – Dije de una vez y Simón tomó mi mano. – No puedo irme de aquí. En el momento, esa es la persona que más quiero en la vida.
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JUEGOS | Fanfic Simbar (COMPLETA)
Teen FictionSinopsis: ¿Qué pasa cuando dos personas completamente opuestas se atraen? Ámbar es la chica más popular de su barrio y una de las integrantes de los Red Sharks, un equipo muy influyente de patinaje. Ya Simón no tiene muchos amigos, es parte del equi...