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Obi-Wan POV:
Habían pasado varias semanas desde que volvimos de Ciudad Nube y apenas había tenido tiempo para hablar a solas con ella.
Hemos estados juntos en varias misiones con soldados de la Resistencia y siempre que tenía un hueco, algo se interponía.
Quería sacar todo lo que sentía por ella, o iba a explotar. Mis sentimientos se están haciendo más fuertes e intensos cada día que pasa. Siempre que estaba a mi lado mi corazón se desbocaba y me costaba mantenerme. Tenía que buscar el momento oportuno tarde o temprano.
Estaba de vuelta a la base cuando vi a Sheilak saliendo de su habitación.
-Buenas tardes Sheilak.
-Buenas tardes Obi -me dijo mientras se ponía un mechón de pelo detrás de la oreja.
-¿Te apetece que meditemos un poco mañana temprano? -le pregunte.
-Claro, además hace tiempo que no meditamos juntos y creo que lo necesito. Contigo me siento más relajada.
-Entonces te esperare en nuestro sitio, ¿te parece bien sobre las 7?
-Perfecto, además meditar mientras amanece traer muy buenas energías positivas.
-Nos vemos mañana.
-Hasta mañana Obi -me dijo y nos fuimos cada uno en una dirección contraria.

Sheilak POV:
No se si Obi sentía lo mismo por mi que yo por él. Cada vez que estábamos juntos creía que el corazón se me salía del pecho. Con los días estaba más y más enamorada de él y ya no podía hacer nada para remediarlo. Quería declararle mis sentimientos, pero en las últimas semanas apenas hemos tenido tiempo de estar juntos. Cuando me había dicho lo de meditar juntos, acepté sin pensar. Puede que mañana al fin le pueda declarar lo que siento por el. Tengo un presentimiento de que va a salir todo bien con el, pero tengo miedo a equivocarme.

Decidí darme una vuelta, tenia mi cabeza en otra parte. Entre lo sucedido con mi padre y mis sentimientos hacia a Obi, no estaba donde tenía que estar. Me adentre al bosque y me senté junto a un árbol.
-Pequeña maestra confundida esta.
-Cierto maestro Yoda. ¿Porque no me dijiste que mi padre era un Jedi?.
-Tu no preguntaste, querida Sheilak.
-En eso tienes razón...¿pero maestro porque mi padre nos trató así? Él me dijo que lo hizo para que nos alejáramos de él, pero no estoy segura.
-Tu padre buen maestro y caballero fue. Al enamorarse quiso desparecer y pasar desapercibido. Pero al morir tu madre, la oscuridad lo absorbió. Cuando te vio por última vez, tu fuerza hizo pasarlo de nuevo al lado de la luz. Ahora el contigo está.
-Maestro...si llego a enamorarme y ocurre lo mismo que a mi padre, ¿me pasaría al lado oscuro?.
-Tu diferente eres. Tu padre es tu padre y tu eres tú.
Tu eres una Jedi mucho más fuerte que él y seguro estoy de que sabrás que hacer -dijo Yoda antes de irse.
Estoy decidida, quiero decirle todo lo que siento por el. Mañana cuando quedemos para meditar se lo diré. Lo peor que me puede pasar es que me rechace.

Por la noche...
Estaba en Hoth junto a Obi y otros soldados de la Resistencia. Empezaba a nevar cada vez más fuerte y el viento era cada vez peor.
Llegamos cerca de un río que estaba congelado y de los arbustos varios soldados de asalto y los Sith aparecieron ante nosotros.
Todos empezamos a luchar y los Sith nos atacaron a nosotros. Nuestros sables chocaban contra los de ellos. Nuestras fuerzas estaban muy equilibradas.
Mientras peleábamos estábamos llegando hasta el río. Luchábamos encima del hielo y empezaba a romperse. Estábamos cerca de la cascada y uno de los Sith rompió el hielo y vi como Obi caía por ella. Iba a lanzarme...cuando desperté.
-Otra vez no -me abracé a mis piernas- porque siempre es Obi al que matan.
Salí de la habitación y me fui a las cocinas para tomarme una infusión.
Una vez allí abrí los armarios y no encontraba donde estaba las hierbas para las infusiones.
-¿Buscas esto? -me dijo Obi con un tarro.
-Gracias -le respondí mientras me lo daba.
-¿Otra pesadilla?
-Si...esta vez en Hoth. Estábamos luchando en una cascada, cuando uno de los Sith rompió el hielo, tu caías...en cada sueño siempre te pierdo -le dije.
Estaba preparándome la infusión, pero las manos no me respondían. Obi me agarró suavemente la mano.
-Tranquila...te he dicho que no me pasara nada. Nos protegeremos -me dijo y fue él quien me echó las cucharadas para hacer la infusión.
-Tengo miedo de que voy a perderte y no quiero...yo...yo.
Estaba dispuesta a declararme cuando apareció un soldado.
-Siento interrumpir, pero la General Leia os quiere en la sala de control.
-De acuerdo vamos -le dijo Obi.
Yo me tome la infusión mientras íbamos de camino.
Llegamos a la sala de control  y estaba Leia con mis hermanos y varios soldados.
-Siento molestaros tan tarde, pero necesito que os vayáis con urgencia a Hoth. Necesitan vuestra ayuda para que expulséis a unos simpatizantes de la Primera Orden que hacen imposible el trabajo.
-Vale, nos prepararemos y salimos con el grupo -dijo Obi.
-Estaremos pronto de vuelta Leia.
-Tened cuidado chicos y que la fuerza os acompañe.
Salimos de la sala de control a nuestras habitaciones en silencio. Prepare mi bolsa y me di cuenta que no tenía ropa de abrigo para Hoth. Alguien llamaba a la puerta fue abrirla y era Obi.
-Ten esto -me dio una caja- es ropa de abrigo. Cuando te encontré vi que no tenías nada de ropa de abrigo y pensé que aún no habías recogido ropa de abrigo.
-Gracias, me has salvado -los abecé al cuello y el abrazo mi cintura.
Nos pusimos uno frente al otro cuando nos íbamos a besar, escuchamos a soldados cerca y nos separamos.
-Te espero fuera -me dijo al separarme.
Me volví a mi habitación y me puse la ropa que me había regalado.
Salí de mi habitación con la bolsa preparada. Decidí dejar la capa. No iba a servirme de mucho en Hoth.
Llegue al hangar y allí estaba el. Nos subimos junto en la nave y nos sentamos uno al lado del otro.
Sin darme cuenta me quede dormida en el hombro de Obi durante todo el viaje.
Pasaron varias horas cuando llegamos a Hoth.
-Sheilak despierta, ya hemos llegado.
-¿He dormido todo el viaje? -le pregunte.
-Si, hasta has roncado.
-Yo no ronco -le pegue un codazo y él se rió -será mejor que bajemos.

Los últimos maestros JediDonde viven las historias. Descúbrelo ahora