XXXV

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Sheilak POV:
Había amanecido y apenas había podido dormir. Me vestí y volví junto con Rey a la casa de Luke. Escuchamos abrirse la puerta.
-Perdéis el tiempo -Nos dijo.
Obi se sumó a nosotras y subimos la cuesta empinada donde más arriba iba Luke. Empecé a escuchar unas voces familiares. Venían desde un sitio donde había mucha niebla.
Mire a Obi y a Rey. Los tres habíamos escuchado lo mismo. Es increíble como era de sensible a la fiereza Rey. Hacia tiempo que no notaba alguien igual que ella.
Llegamos al sitio donde procedía las voces y era un árbol muy viejo. Entramos en él y vimos que había unos libros iluminados por un poco de luz.
-Conozco este lugar -dijo Rey.
-Se construyó hace mil generaciones para guardar esto. Los textos Jedi originales. Igual que yo son lo último de la religión Jedi. ¿Tú has visto este lugar?, ¿has visto este lugar? -dijo Luke.
-En sueños....-dijo Rey.
-¿Quien eres? -pregunto Luke.
-La Resistencia me envía junto a los maestros Anthane y Kenobi.
-¿Y te encía a ti?, ¿Que tienes tú de especial?,¿de donde eres?
-De ningún lugar.
-Nadir es de ningún lugar.
-De Jakku.
-Eso es como de ningún lugar,¿por que estas aquí Rey de ningún lugar?
-La Resistencia me envía, ayúdanos. La Primera Orden es imparable.
-¿Porque estás tú aquí?
Hubo un silencio un poco incómodo.
-Dentro de mi hay algo que siempre ha estado, pero ha despertado. Y tengo miedo. No se que es ,ni que hacer con ello y necesito ayuda.
-Necesitas un maestro, yo no puedo. Ahí tienes a dos maestros. Ellos te ayudarán.
-Nosotros no podemos Maestro Skywalker -frene a Obi-No estoy preparada aún para entrenar a nadie...por eso también he venido necesito terminar mi entrenamiento -le dije a Luke.
-Lo terminaste el día que te graduaste. Te dije que estabas preparada.
-No...no lo estoy Maestro. Enseñe a Rey.
-La maestra Anthane tiene razón. Aun no estamos preparados para enséñales.
-No volveré a entrenar a otra generación de Jedi. He venido a esta isla a morir. Es hora de que los Jedi se extingan. Así que os aconsejo que huyáis lejos de aquí jóvenes maestros. No estaréis a salvo con la Resistencia y nos os merecéis llamar maestros -Nos dijo Luke.
-Porque...Leia me ha enviado con esperanza. Si estaba equivocada, merece saber porque. Nos merecemos -dijo Rey y Luke se fue.
Quise ir tras Luke pero Obi me lo impidió.
-Tiene que venir el solo -me dijo Obi.
-Necesito estar sola un momento. Os veré esta noche.
Me fui hacia afuera y tomé la dirección contraria a la del maestro.
Estaba llena de rabia y de dolor. Yo podía entrenar perfectamente a Rey e incluso Obi...pero quería que Luke lo hiciera. Quería que recobrara su esperanza en una nueva generación de Jedi.
Me senté junto a un árbol y me puse a llorar entre mis rodillas.
Note como una presencia se acercaba familiar. Era Obi.
-¿Por que le has mentido a tu maestro? -me pregunto.
-Quiero que el mi maestro recobre la esperanza en entrenar juntos a nosotros la próxima generación de Jedi. Pero se que no lo hace por miedo a que ocurra lo mismo que a Kylo Ren.
-Llegará a entenderlo. Dale tiempo.
Yo me eché en los brazos de Obi a llorar y él me abrazo más fuerte.
Después me ayudo a levantarme y fui directa a la cabaña. Ya era de noche y me encontré con el maestro.
-Maestro...-le dije con la cabeza baja.
-Vosotros ganáis entrenare a Rey mañana.
-¿En serio maestro? -le dije y le abracé.
-Si. Pero sé perfectamente que me engañaste antes. Te conozco desde pequeña y eres una excelente caballera Jedi. Y tu Maestro Kenobi, eres igual a él.
-El fue mi bisabuelo. Muy pocos saben que tuvo a un hijo cuando era muy joven. Solo el Maestro Yoda y el maestro Qui-Gon sabían de su existencia. Jamás le falto de nada.
-Tienes su misma alma. Cuando te note por primera vez creí que me había vuelto loco, pero no fue así. Descansar y mañanas nos veremos después del entrenamiento de Rey. Dejadme a solas con ella. Le enseñaré el camino y por qué los Jedi deben de desparecer.
-De acuerdo maestro, pero los Jedi jamás desaparecerán. Buenas noches.
-Buena noches -Nos dijo Luke con una sonrisa.
Cuando se fue me alegro mucho. Al fin estaba recobrando la esperanza.
-Parece que tu plan ha funcionado -me dijo Obi.
-Pues si y deberíamos dormir un poco. No vemos mañana Obi.
-Hasta mañana.
Nos íbamos a despedir con un beso, pero recordamos aguantar nuestros sentimientos. Si conseguí que entrenara a Rey. Conseguiré que crea en el amor entre dos Jedi.

Me desperté y escuché que Rey había disparado.
Pero había sido un accidente. Escuche a las nativas protestar. Abrí la puerta y vi a Rey con Luke.
Comenzaba su entrenamiento.
-Buenos días -me dijo Obi.
-Buenos días Obi, ¿te parece que meditemos un poco, mientras Luke entrenan Rey? -le pregunte.
-Por su puesto, además esta tierra es sagrada. Seguro que sentimos más la fuerza.
Llegamos a un árbol para sentarnos.
Sentía como el planeta estaba lleno de vida. Podía sentir cada hoja de cada árbol. Cada animal de la isla por pequeño a grande que fuera. Pero había algo que me costaba notar aún más. La fuerza de Luke era muy débil.
Pero la fuerza de Rey era muy fuerte, podía notarla muy cerca.
Empezó a llover y decidimos volver a las cabañas.

Al día siguiente vimos como Rey se fue primer y después Luke.
Esta vez decidí seguirle desde la lejanía. Me senté en un precipicio y vi como Rey entrenaba con el sable. Ella era muy buena y me gustaría que llegara a convertirse en una buena maestra Jedi.
Se que Luke lo conseguirá. Aunque él se haya cerrado a la fuerza, se que volverá al ser el maestro que conocí. Volverá el Jedi que derrotó a Darth Vader y recuperó a Anakin Skywalker. Se que volverá tarde o temprano.

Los últimos maestros JediDonde viven las historias. Descúbrelo ahora