XXIII

105 5 0
                                    

Sheilak POV:
Me sentía genial poder respirar el aire fresco del bosque. Los árboles, el canto de los pájaros y el sonido del agua me ayudaban a relajarme.
Obi me trataba demasiado bien, solo tenía una herida en el pie, pero para él parecía algo más grave.
Podía vestirme y levantarme perfectamente.
-Obi estoy bien, solo tengo una pequeña herida en el pie. Puedo hacerlo sola.
-Solo quiero cuidarte y que te recuperes lo antes posible.
-No hacía falta la silla, con unas muletas me hubiera manejado bien.
-Lo se, peor no quiero que te esfuerces. Mientras menos apoyes el pie mucho mejor.
-¿No te haré cambiar de idea no? -le pregunte.
-Me parece a mi que no -me dio un beso y me cogió de brazos para llevarme al suelo.
Él se sentó a mi lado.
-¿Meditamos un poco?, creo que nos vendrá bien a los dos.
-Por mi perfecto, pero estira la pierna para que no te moleste.
-De acuerdo señor Kenobi.
Empezamos los dos a concentrarnos. El ambiente nos ayudaba mucho a relajarnos y poder estar en paz. Nada nos molestaba. Solo estábamos él y yo.
Pero de repente tuve una visión muy rara.
Estaba viendo a ¿Obi?, pero se ve demasiado joven. Al fondo veo a alguien que me resulta muy familiar. No puede ser...¿Qui-Gon?.
Está luchando contra...¿Darth Maul?
Veo como el joven Obi quiere ayudar a Qui-Gon, pero una barrera lo detiene.
Veo de nuevo a Qui-Gon y Darth Maul lo atraviesa con su sable...
Ahora Obi sale de la barrera y empieza a luchar contra el.
Se le cae el sable y cuando lo van atacar, Obi con la fuerza atrae el sable de Qui-Gon y lo atraviesa por toda la cintura con su sable y cae al vacío.
Abrís los ojos...
-¿Que ha sido eso? -pregunto en voz alta y veo que Obi también está alterado.
-Acabó de tener una visión extraña -me dijo.
-He soñado con la lucha de Qui-Gon contra Darth Maul y después aparecías tú...pero parecías más joven...conservabas la coleta de los padawans?.
-He tenido la misma visión...he visto lo mismo...me resultaba raro verme a mi mismo...pero creo que era mi bisabuelo Obi-Wan Kenobi...
-Pero ¿porque hemos tenido la misma visión los dos? -le pregunte.
-No lo se...
Nos miramos a los ojos y note una presencia conocida. Mire a la derecha y no me creía quienes estaban ahí.
-¿Qui-Gon?, es la primera vez que puedo verte...
-¿Obi-Wan, que haces aquí? -pregunto Obi.
Los dos nos levantamos y Obi me ayudó para no poner todo el peso en el pie.
-Chicos nosotros hemos hecho que veáis esa visión. Hemos notado en la fuerza algo muy perturbador. Los dos Sith que os atacaron son  los descendientes de Darth Maul -dijo Qui-Gon.
-Pero...Maestro Kenobi, tu lo mataste cuando estaba en Tatooine...o eso tengo entendido -le dije al Maestro Kenobi.
-Es cierto, pero él tuvo tiempo de tener varios descendientes...de los cuales solo han sobrevenido dos bisnietos. Quieren acabar con vosotros, no quieren que los Jedi sigan y menos vosotros al ser nuestros descendientes -dijo el Maestro Kenobi.
-Por eso dijeron ayer que  acabarán con nosotros...no nos quieren vivos -dijo Obi.
-Tenéis que tener mucho cuidado, vuestras vidas están en peligro más que nunca -dijo Qui-Gon.
-Ahora mismo no estamos a salvo en ninguna parte...-dije desanimada.
-Mientras os tengáis el uno a otro, tendréis las espaldas aseguradas. Sheilak eres clave para la nueva República. Tu poder en la fuerza ayudará a crear la nueva generación de Jedi y tu Obi-Wan tienes que ayudarla a lograrlo. Vosotros sois los últimos maestros Jedi que llevarán a cabo el nacimiento de la nueva República -dijo el Maestro
Kenobi.
-Juntos lo conseguiremos, tengo la intuición de que no fallaremos en esta misión -le dije a los maestros.
-Confió en ti Sheilak -me dijo mientras colocaba sus manos en mis hombros.
-No te defraudaré -le dije.
-Bisabuelo...no te defraudaré tampoco. Ayudare a Sheilak en lo que pueda.
-Se que no me defraudaras, siempre has sido un alumno genial. Bueno ahora nos iremos. Siempre estaremos con vosotros.
-Adiós -dijimos al unísono.
Miramos a nuestros maestros y los dos desaparecieron.
Me senté en la silla, me dolía un poco el pie.
-Déjame que te lo mire -me dijo Obi y no me negué.
-Ha sido de estar demasiado tiempo de pie.
Me quito las vendas y solo se había abierto un poco la herida. Vi como Obi sacaba una venda de su bolsillo. Me lavo la herida y me la vendo de nuevo.
-Bueno es hora de volvamos -me dijo mientras se colocaba detrás de mi silla para llevarme.
-Si...necesito descansar un poco.
Obi se giró y se puso enfrente de mi.
-¿Que te pasa? -me pregunto.
-Es un poco de miedo...no quiero defraudarles...han puesto toda su confianza en mi...
-Tranquila se que lo harás bien. Tengo una buena corazonada contigo ya lo verás -me dio un suave beso en los labios -estaré para protégete cuando me necesites.
Yo lo abracé y le agradecí todo con un beso.
-Eres muy bueno. No se que haría sin ti.
-Y tú eres increíble -me dijo y me dio otro beso antes de colocarse detrás de mi para llevarme.

Empezamos hablar de nuestros temas. Descubrí que a él le gustaba mucho leer, además era un experto a la hora de buscar hierbas para hacer medicinas y aliviar los dolores.
Yo le dije que me gustaba también mucho leer, entrenar y que gracias mi experiencia en Dogobah me había vuelto una experta cocinera. También era una buena cazadora para comer.
Llegamos a la base y Obi me dejo en mi habitación. Nos despedimos con unos besos y él se fue. Vi la capa en mi mesa y decidí ponérsela a su medida. Solo habría que ensanchársela un poco. Con las túnicas que me habían dejado, podría hacer bien mi trabajo.
Sin darme cuenta, vi que era la hora de comer. Me levante y como pude llegue a la puerta. Fui abrirla y vi a Obi con unas muletas.
-Ketty no me ha dejado más la silla, la necesitaban para otro paciente. Me ha dado este par de muletas para que te manejes durante estos días.
-Gracias y vamos al comedor. Tengo hambre -le dije mientras él me daba las muletas.
Obi llevo mi ritmo para que llegáramos juntos. Me senté en una mesa y él me trajo el almuerzo.
Estuvimos conversando toda la comida y agradecí al destino por haberme juntado con el.

Los últimos maestros JediDonde viven las historias. Descúbrelo ahora