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Obi-Wan POV:
Veía como Sheilak desparecía y solo quedaba mi sable. Lo atraje hasta a mi con la fuerza. SkyMoon lloraba, pero la intentaba tranquilizar en mis brazos. Tarde muy poco en llegar al hospital. Allí la doctora se llevó a la niña para ver si estaba herida. Yo fui corriendo a la habitación. Sheilak estaba profundamente dormida.
Me senté en la silla que estaba al lado de la cama y le cogí la mano.
-No vuelvas hacer más locuras. No quiero perderte ahora -le di un beso.

Tardaron muy poco en traer a SkyMoon. Por suerte no estaba herida. La cogí en brazos para que se quedara dormida. Era una niña muy buena.
Empecé a cantar la canción que le cante a Sheilak, la misma que despertó después de estar tanto tiempo en coma.

Mientras le cantaba a SkyMoon le encantaba, sonreía con la diminuta boca que tenía.
-Siempre estaré contigo SkyMoon. Te protegeré pase lo que pase. A ti y a tu madre. Ahora las dos sois lo que más quiero y necesito proteger.
-Obi...¿puedes cantar de nuevo?
Me giré hacia Sheilak y vi que estaba despierta.
Camine hacia a ella y le deje a nuestra hija en brazos. Le di un beso en los labios.
-Pensé que tardarías mucho más en despertar...
-Yo también...pero parece ser que ahora no puedo descansar tanto como antes. Tenemos una niña a la que querer.

Sheilak POV:
Estaba muy cansada, pero podía perfectamente cuidar de SkyMoon con la ayuda de Obi.
Tardamos unos días en salir del hospital. Tenía que terminar de curarme de la cesárea. Por suerte gracias a los avances, sólo tenía una cicatriz enorme, pero poco a poco podía volver hacer una vida normal.
Me prohibieron totalmente durante al menos unos 12 meses volver a mi entrenamiento Jedi. Tenía que esperar que todos los órganos que se habían movido durante el embarazo volvieran a su sitio.
Pero al menos me dejaron explicar la teoría nada más estuviera capacitada.
Ahora nuestra vida había dado un giro de 360º pero para bien.
Nos costó un poco habituarnos a la nueva vida, pero podíamos perfectamente con ella.
Los primeros meses pusimos la cuna con nosotros. Tuvimos mucha suerte en que SkyMoon pasara toda la noche durmiendo de golpe. Muy pocas noches se levantó llorando.
Con el paso de los meses, SkyMoon se parecía mucho a mi, pero los ojos lo había sacado de Obi. Pero también saco de mi cabezoneria, espero que al menos sacara el talento musical de su padre, porque si fuera por mi, SkyMoon no tendría futuro como cantante.
Mientras cenábamos, me alegraba mucho de haber conseguido una familia como la tengo. Mis hermanos viven felices con sus parejas y mas aún esperando los dos su segundo hijo.
Con Obi habíamos creado un hogar perfecto para SkyMoon. No podía desear nada más. Estaba muy feliz con lo que tenía.

Todas las noches nos sentábamos en el porche para ver las estrellas. Obi estaba con SkyMoon en los brazos, yo apoyaba mi cabeza en su hombro.
-Obi, ¿alguna vez te llegaste a imaginar que formarías una familia? -le pregunte.
-Si te digo la verdad no. De pequeño me entrenaron en el Código del Jedi. Pensé que sería Maestro Jedi hasta el finde mis días. Pero nada más conocerte, mi mundo cambio y ahora estoy muy contento de que al fin tenga una familia y mas si es contigo -me respondió.
Yo le miré a los ojos y le bese en los labios.
-Creo que tome la decisión correcta cuando me enamore de ti y acepte mis sentimientos. Yo de pequeña pensé más o menos lo mismo que tú. Lo último que pensé fue en enamorarme y menos de un Jedi. Pero así ha sido el destino.
-Te quiero Sheilak -me dijo.
-Te quiero Obi -le dije.
Íbamos a besarnos cuando escuchamos.
-Mamá....Pa...pa
Obi y yo nos miramos.
SkyMoon había dicho sus primeras palabras.
-SkyMoon vas a ser una persona increíble -dijo Obi.
-Estaremos muy orgullosos de ti pequeña -le dije a SkyMoon.
Ella empezó a reírse y nos abrazamos los tres.
Era lo único que podía hacerme más feliz.
Mi familia.

Los últimos maestros JediDonde viven las historias. Descúbrelo ahora