Capitulo 29:
-Hola lindas- Sonrió sínicamente el calvo sentando en el asiento del conductor.
Sentí un intenso escalofrío recorre mi piel. A Sandy la sentaron a mi lado en el asiento trasero, ambas justo en medio de dos sujetos que jamás había visto en mi vida.
-¿Qué quieres?- Pregunté.
-Venganza…
-Lo sé, pero ¿Qué quieres de Sandy? Déjala ir, yo soy la única que queda por pagar.
-No las dejaré ir a ninguna- Sandy presionó mi mano – Y ¿De qué estás hablando? Hasta ahora él único que ha pagado ha sido el hijo de put’a de Martin.
-¿Y lo del auto?- Intercedió Sandy.
-Eso no fue nada, la venganza contra louis se viene ahora.
-¿Qué planeas hacer?- Reí.
-Yo nada, ellos sí- Miró a los dos chicos que nos rodeaban- A ella primero- Le indicó al chico de mi lado. Este saco una cuchilla y la puso junto a mi estómago.
-Empecemos- Se volteó y restregó sus manos- ¿Qué hay entre tú y Martin?
-Nada- Sentí como la punta hacia un poco de presión superficial.
-Respuesta incorrecta- Miró a Sandy- Contigo me será más fácil… ¿Qué hay entre _______ y el perro de tu hermano?
-Nada- Lo miró desafiante.
-Michael…- Le dijo al sujeto de su izquierda.
El tipo la lanzó hacia mí, de manera que su pecho quedara en mis piernas para acto seguido levantarle la polera y comenzar a remarcar las cicatrices con la cuchilla.
-¡Ah!- Gritó desgarradoramente.
-¿Me das a decir que hay entre ellos?- El tipo paro de torturarla.
-No- Me miró fijamente.
-Michael…- El chico volvió a unir la navaja con la piel de ella.
-¡Ah!- Soltó una lágrima.
-No me detendré hasta que me digas la verdad… o al menos hasta que me digas una buena mentira que pueda usar en contra de tu amiguita.
-Yo…- Me miró- Lo siento _______- Por sus ojos corrían las lágrimas.
-Así me gusta- Sonrió satisfecho- Déjala en paz- El tal Michael le bajó la polera y la sentó con cuidado- Dime todo lo que sabes lindura.
-No ha pasado nada realmente- El chico iba a levantar su polera otra vez- Pero… Le dejo una marca en el cuello.
-¿Marca en el cuello? Haber amor muéstramela- Se estiró y movió mi cabella- Interesante… Ya sabes que hacer Nick, con cuidado y discreción.
El muchacho de mi derecha se bajó del auto, por reflejo miré la puerta abierta y me moví rápido para poder salir y buscar ayuda.
-¿A dónde crees que vas?- El calvo me apuntó con una navaja.
-Emm…
-Adentro princesita- Me empujó hacia adentro y sentó a mi lado- Esto va a estar de lujo- Paso su brazo por mis hombros.
-No me toques- Intenté sepárame.
-Mira quien viene ahí- Apuntó la ventana.
¡Mi’erda! El chico que estaba a mi lado antes ahora cubría la boca de louis en tanto lo empujaba hacia al auto.
-Desearía que los demás estuvieran aquí- Le dijo a Michael. Él dio una carcajada.
-Entra imbéci’l- Metió a louis en el asiento de adelanta.
-Tu solo di lo que yo te diga y aquí nadie correrá peligro- Me susurró poniendo la navaja a mi costado.
-¡_______!- El chico le dio una bofetada a mi novio y le dijo algo en el oído.
-louis- Dije en un hilo de voz.
-Así me gusta- Me guiño un ojo- Mientras más despacio hablen menos tendremos que callarlos.
Me mordí el labio por la impotencia que sentí en ese momento, quería golpear a ese tipo tanto que se le cayeran los dientes.
-Adelante- Le dijo al chico. El obedeció y en el asiento del piloto junto a louis.
-Muy bien, louis- Mi novio siguió con la vista hacia abajo cubriéndose la cara con las manos- Mírame- No hizo caso- ¡Te dije que me miraras!- Estiró su mano y lo jaló del cabello hasta hacerlo chocar con el respaldo del asiento.
-¿Qué?- Se giró levemente.
Su mejilla derecha estaba roja casi al borde de parecer morada ante bestial cachetada, en sus ojos no se veía ni una sola lágrima ni ningún indicio de agua a diferencia de mí que lloraba sin parar.
-¿Ves esta marca?- Corrió mi cabello y le mostró mi cuello.
-Sí.
-¿Sabes quién se la hizo?
-Yo- El rapado rió.
-¿Estás seguro de eso?
-¿A qué quieres llegar?
-Mejor que te lo diga tu novia- Me miró- ¿De quién es ese beso?- Empezó a ejercer presión con la cuchilla.
-De Martin- El rostro de louis cambio drásticamente.
-¿Qué más hiciste con él?- Me preguntó el calvo.
-Nada- Sentí un pequeño dolor en el estómago- Lo besé- Mentí.
-¿Lo besaste?- Su voz tembló y sus ojos se cristalizaron.
-Sí- Miré la cuchilla que comenzaba a alejarse de mí.
-¿Por qué lo besaste?
-Porque lo amo- Murmuró el calvo en mi oído.
-Porque… Porque yo lo amo.