Capitulo 35:
-No te dejare- Tomé su mano- Ahora necesitas descansar.
-Estoy bien.
-Vamos- Lo jalé por el pasillo.
-¿A dónde vamos?
-A tu cuarto.
-¿Quieres que hacerlo aquí?
-¿¡Qué!?
-¿Quieres que tengamos sexo aquí?- Me agarró por la cintura.
-No, vas a dormir.
-¿Contigo?
-Si quieres puedo quedarme.
-Quédate por favor.
Su cuerpo tambaleaba así que lo apegué más a mí y lo lleve en dirección a la cama. Con pesar se tumbó en la cama, me sonrió dulcemente y se hizo a un lado para dejar un espacio disponible para mí.
-Acurrúcate conmigo- Cerró los ojos.
-Claro- Apoyé mi cabeza en su hombro.
-¿Por qué eres tan linda?
-No sé- Me sonrojé.
-¿Por qué estás conmigo?
-Porque te amo.
-¿Y por qué me amas?
-Porque eres especial.
-¿Qué tengo yo que no tengan los demás chicos?
-Eres único… No hay otro louis, solo existe tú.
-Te amo- Resbaló su dedo por mi mejilla- Jamás creí poder decirle esto una persona. Siempre tuve miedo de no poder amar, en especial al estar con Sandy, por más que lo intentaba no lo lograba verla tener sentimientos más allá de la atracción física. Creí que jamás sentiría esto que estoy sintiendo por ti, se podría decir que me salvaste de la soledad… y esa es una de las razones por las que te amo.
-Yo también…
-Amo la manera en que nos conocimos- Me interrumpió- Amo que el destino nos haya unido de esta manera, si tuviese el poder elegir nuestra historia no cambiaría nada porque contigo todo es perfecto y mágico. Pudo parecerte un tonto diciéndote estas cosas, lo sé pero ese el precio a pagar cuando te enamoras… contigo no puedo ser el chico cool que fingí ser por tanto tiempo, tan solo soy louis, el chico que se sonroja por todo y que te ama como nadie.
-Me gustaría que me dijeras esto mismo cuando estés sobrio.
-No creo que lo oigas.
-¿Por qué no?
-Soy demasiado tímido como para decírtelo de frente. De hecho hasta en este estado me costó un poco decirlo.
-¿Me dejarás cuando despiertes?
-Yo jamás te dejaría, sería un suicido.
-No sé si pensar lo mismo, reaccionaste muy extraño cuando te dije lo de Martin.
-Me dijiste la verdad ________, la honestidad siempre ha sido uno de mis valores más preciados.
-Te emborrachaste por mi culpa.
-No fue tu culpa, el que decidió ir a casa de Zayn a beber fui yo, la culpa es mía por no saber hacer buenas elecciones.
-¿Me perdonaras luego de esto?
-En esté estado si pero no sabría decirte si al despertar mi repuesta será la misma, como dije la honestidad es importante pero tardaste mucho en decírmelo.
-Haré lo que sea para recuperarte.
-Tengo una idea- Se levantó de la cama y corrió a un cajón.
-¿Un lápiz?
-Sí- Comenzó a escribir algo en un papel.
Estuvo un par de minutos muy concentrado escribiendo en el papel, de hecho le hablé un par de veces y él ni al caso con prestarme atención. Arrugó el papel, lo metió en su bolsillo y sonrió realizado.
-¿Qué escribiste?
-Es una pequeña ayuda- Se acostó y me abrazó.
-Aunque seas tú no te siento como si lo fueras... Tú no eres el louis que yo amo. Es como si fueses otra persona distinta.
-Tú si eres la _______ que yo amo. Encuentre como me encuentre para mí siempre lo serás.
-Esto es raro ¿Sabes? Es extraño hablar de ti contigo mismo.
-Tú misma lo dijiste, yo no soy el louis que tu amas y esto te puede sonar raro pero… Espero que no nos volvamos a ver nunca más.
-¿Qué?- Arrugué la frente.
-No quiero que vuelvas a toparte otra vez con este louis, en este estado me pongo sentimental y algo intenso.
-Sí- Asentí- Bastante intenso.
-Lamento lo del baño pero no me pude contener, tengo miedo de perder el control y después arrepentirme.
-Confió en ti- Rodeé su cuerpo con mis brazos.
-No, no confíes en este louis, confía en el que tú amas, el jamás hará nada que tú no quieras.
-Yo…
-Cuando yo cierre mis ojos quiero que tú también lo hagas- Me interrumpió- Ambos podremos volver a nuestras vidas.
-Pero…
-Cierra tus ojos- Susurró.
Hice caso a su petición. Sentí unas manos jugar con mi cabello seguido de un “te amo”, los parpados comenzaron a pesarme a tal punto que pude volver abrirlos, sin más remedio me resigné y me deje llevar por las palabras del castaño.
-Despierta.
-¿Ah?- Me restregué los ojos.
-Te quedaste dormida en mi cuarto- Dijo serio.
-louis- Lo abracé- Eres tú otra vez.
-¿De qué estás hablando?- Se separó.
-Es que… nada.
-Bueno.
-Te amo- Tomé su mano.
-Yo también pero creo que necesitamos tomarnos un tiempo- Me soltó.
-Podemos superar esto, no hay porque hacer de esto un problema.
-Es un problema, no confiaste en mí.
-Yo si confió en ti, te confiaría hasta mi vida.
-¿Podrías dejarme solo por unas cuantas horas?
-Si eso es lo que quieres- Me levanté algo molesta- Espero que esta vez no busques una lata de cerveza para solucionar tus problemas- Cerré la puerta.
Fui a mi supuesto cuarto y por la ventana puse a observar como los dos niños pequeños jugaban a lanzarse agua con la manguera en el patio de la casa de atrás, el cielo estaba totalmente despejado, no debían ser más de las cinco de la tarde ya que el sol brilla como nunca.
¿Qué demonios estoy haciendo acá? Si no fuese por louis en estos momentos yo estaría en Londres contándoles a mis amigas sobre como la pasé en casa de mi abuela, pero no, aquí estoy dudando si quedarme o llamar a mi madre y pedirle que me envié los boletos de vuelta a casa.
-Esto apesta- Bufé y cerré la ventana.
Estoy dispuesta a darle su espacio a louis pero a cambio espero que él de una vez por todas se dé cuenta de que nuestro amor es más fuerte que cualquier otra cosa y que este es solo un pequeño obstáculo que nos toca saltar.
-Supongo que es lo que es- Dije para mí misma.
Abrí un cajón y hallé un block de dibujo, luego busqué por todos los rincones del cuarto algún lápiz, después de una busca de casi una hora lo hallé y con el me dediqué a hacer una verdadera obra de arte… el rostro de louis. Requerí de delicadeza y un par de horas para finalizar un dibujo bastante bueno de louis.
-Permiso- louis encendió la luz del cuarto.
-¿Qué haces aquí?- Escondí mi dibujo.
Lucía guapísimo esta noche, se había cambiado de ropa y al parecer bañado ya que su pelo parecía estar húmedo y sin contar aquel deleitante olor que a pesar de la distancia se escurría por mi nariz. Dio unos cuantos pasos cabizbajo con las manos en la espalda para finalmente meter la mano en uno de sus bolsillos.
-Necesito que veas algo.
-Muéstrame- Me levanté de la cama y me detuve a un metro del rubio.
-Ten- Me extendió un papel.
“Esto que hallaste en tu bolsillo no es más que la prueba de que eres un cobarde, un gallina que optó por la opción más patética para olvidarse de los problemas… el alcohol no te ayudara en nada, cada vez que bebas me darás vida una vez más, y como le dije a _______, no quiero tener que verle el rostro otra vez, ella es la mujer que amo, la mujer que amas y la que le da el sentido a esta cosa llamada vida, por eso no puedo permitirte que la pierdas así de fácil por un error tan insignificante como ese. ¿Acaso no recuerdas cuando vivías asustado de jamás hallar el amor? Pues lo hallaste, y está vez te pegó duro, sin más déjame decirte que serías un estúpi’do si la dejas ir… el amor es más fuerte.
Atte. louis” .
