Capitulo 37:
Con tacto y delicadeza me recostó sobre el colchón, yo cerré mis ojos y abrí mis piernas para que el pudiese recostarse sobre mí. Ya sabía lo que se venía y no podía estar más de acuerdo, en definitivita este era el momento perfecto y el lugar perfecto.
-No quiero que separes tus labios de los míos- Nos cubrió con una manta.
-No lo haré.
Él sonrió y se inclinó para unir nuestros labios. Cerré mis ojos para sentir la fregancia de su cuerpo, sencillamente olía delicioso, nos separamos un momento y llevé mi vista a sus ojos.
-¿Te he dicho que tienes unos ojos hermosos?
-Me lo dijiste el primer día que nos conocimos- Rió tiernamente.
-Te lo repito otra vez, tienes unos ojos hermosos.
-Gracias pero no hablemos de mis ojos.
-¿De qué quieres hablar?
-Esta noche no quiero hablar…
Volvió a besarme pero esta vez sus besos eran más suaves y pausados, era claro que quería hacer esto lento y sin prisa. Al fin louis se decidió a dar el primer paso y metió sus manos por debajo de mi polera, yo hice lo mismo y recorrí con ellas cada rincón posible de su espalda pero fui yo finalmente quien se decidió a quitar la primera prenda, comencé con su polerón morado y luego con su polera negra. louis al parecer se sintió dominado ya que en seguida se deshizo de mi polera, sus besos fueron bajando de mi boca hasta mi mentón y de este a mi cuello, parecía que en verdad fuese a devorarme el cuello ya que lo besaba tan gustosamente pero de todas maneras me encantaba el tener sus labios pegados a mi cuello, era sin duda una sensación nueva y deliciosa.
-¿Quieres hacerlo tú?- Miró hacia sus pantalones.
-Claro- Sonreí.
Desabroché el botón y luego deslicé el cierre, hasta ahí todo fue fácil pero me costó el bajarlos. Sentí unas manos sobre las mías, alcé mi vista y louis me sonreía mientras me ayudaba a deshacerme de los pantalones. Eso me enterneció, encontré tan dulce de su parte aquel acto que no me aguanté y luego de subir mis manos a su rostro lo besé como jamás lo había hecho. Este beso era uno que nunca había experimentado con louis, esta era la primera vez que nuestras lenguas se encontraban y de verdad parecían amarse entre ellas. En poco tiempo más louis se deshizo de mi short y tan solo quedábamos ambos solo en ropa interior. Me tomó por la cintura y con una sonrisa me inclinó para adelante, no logré comprender sus intenciones hasta que sentí sus manos por mi espalda intentando desabrochar mi sujetador.
-No vas a poder- Me burlé.
-Sí podre- Me besó.
Estaba en lo cierto, pudo hacerlo. Tirité al sentirme expuesta a louis de aquella forma pero él se dispuso a no bajar su vista a lo que tenía expuesto y solo recostarme de vuelta en el colchón. Me besó tiernamente está vez en cuanto movía sincrónicamente sus pulgares a ambos costados de mis caderas.
-¿Estás segura de lo que estamos a punto de hacer?
-¿Tú estás listo?- Pregunté.
-Sí pero…
-Entonces todo está bien- Lo interrumpí.
-Quiero saber tu opinión.
-Siempre que tú estés listo yo también lo estaré.
-Te amo- Sus ojos brillaron.
-No vayas a llorar- Reí.
-No voy a llorar- Dio una carcajada y se restregó los ojos.