Capítulo 1

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— No sé cómo no te das cuenta de que ese sigue coladito por ti

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— No sé cómo no te das cuenta de que ese sigue coladito por ti.— escucho una voz a mis espaldas mientras veo a Patrick salir del bar— Hasta las trancas.

Una de las características de Ava era la brutalidad con la que las palabras salían de su boca, un rasgo que le ha llevado a ser tachada como una maldita cabrona cuando en realidad no lo es. Digamos que tiene días en los que puede ser la persona más amable del mundo contigo o tu tortura en un abrir y cerrar de ojos.

Ruedo los ojos pero en el fondo sé que tiene algo de razón. Por un momento pensé que había sido muy clara con Patrick hace unos años atrás cuando le dije que no me interesaba en lo absoluto, pero parece que tendré que volver a recordárselo otra vez uno de estos días.

— ¿De entre todas las ciudades que hay en España, justo tuvo que venir aquí? La suerte no va con nosotras.— mi otra compañera de aventuras posa su mano sobre mi hombro y da unas pequeñas palmaditas en el en forma de consolación.

Se podría decir que lo opuesto de Ava es Liberty y aún así cada una es el equilibrio de la otra. Este es un caso en el que el agua y el aceite pueden mezclarse sin ningún problema.
Cuando nos conocimos jamás pensé que podríamos llegar a ser más allá de unas simples conocidas de instituto pero si me pongo a echar un vistazo al pasado que nos trajo hasta aquí, diría que yo misma me encargué de unir los lazos de amistad con ellas porque lo que empezó como un pasatiempo, dio cierta vida a nuestro aburrido y monótono mundo en que vivíamos.

Pero eso...eso es otra historia que siempre evito a toda costa.

—Cambiando de tema. — me aclaro la garganta para después dejar la bebida sobre la mesa de madera — ¡Hoy nos vamos de aquí!

—Si, ya era hora de salir de este agujero.

—Por primera vez estoy de acuerdo con Ava, necesitamos tomarnos un respiro. Menos mal que nuestras vacaciones coincidieron esta vez. — hago un puchero al cual ella imita porque las únicas que tendrán unas vacaciones de verdad serán ellas.

— Tía, no vas a estar tan agobiada como aquí. Estoy segura de que tu jefe te dejará tomar un respiro y podrás disfrutar de Alemania sin problema. 

— El único problema es que tu jefe es el mismísimo Patrick, eso si que va a ser la tortura del viaje.

— Calla, aún me parece surrealista que acabara trabajando para él.

Aún con el problema que Patrick García resultaba para mi, logré que no le importara que Ava y Liberty nos acompañaran hasta Alemania mientras que eso no suponga un descuido hacia mi trabajo porque a eso era a lo que iba, a trabajar. Para mi suerte o desgracia, nosotras teníamos una relación buena con el aludido y nunca pasó de alguna discusión insignificante.

—Tú y medio mundo, cariño — suspira Ava — Tú y medio mundo.

Para cuando el sol se puso y regresamos al edificio, empezamos a empacar todo lo necesario para el viaje. Por el rabillo del ojo pude ver como metían vestidos y tops de fiesta de diferentes colores mientras que por mi parte, decidí no complicarme mucho porque no creo que tenga tiempo para salir a divertirme una vez que lleguemos a Alemania. 

A pesar de que no era la primera vez que me subía a un avión, podía sentir sentir los nervios de solo pensar en las horas de vuelo por las que teníamos que pasar.

Necesitaba tener los pies en tierra para saber que estoy a salvo y segura, señores.

Cierro la maleta y verifico que llevo todos los documentos necesarios para las reuniones a las que asistiríamos Patrick y yo. Me quedo satisfecha de que todo me haya entrado en una sola maleta a comparación de Ava, que parece que se va a vivir fuera del país por largos meses.

De repente, todo es un caos y nos damos cuenta de que tenemos que ordenar si no queríamos encontrar un asco el piso cuando regresemos. Ava y yo nos encargamos de limpiar el salón mientras dejamos que Liberty termine de arreglarse el pelo y maquillarse porque en el fondo, sabemos de que no se iba a mover de ahí hasta que sus rizos estén en su lugar.

Mientras le digo que su pelo luce genial así, me doy cuenta de que todas hemos cambiado, unas más que otras pero al final hubo cambios con referencia a nuestro aspecto. Por ejemplo, Liberty ha decido dejarse el pelo un poco más largo de lo habitual cosa que le sienta de maravilla mientras que Ava sigue manteniéndose fiel a si misma aunque ahora llevara el pelo más liso.

Luego estoy yo que he optado por rizarme el pelo de forma habitual cuando antes me moría de la pereza al hacerlo, aunque probablemente uno de estos días me levante de mal humor y decida dejarlo al natural. Todas excepto yo, dieron el estirón en su momento.

¿He dicho que soy una hormiga andante?

— ¡Jinx, estamos listas! ¿Y tú?

La pregunta de Liberty me toma por sorpresa cuando la veo junto a Ava esperándome en la entrada porque sé que sus palabras tienen un doble significado por detrás. Suspiro y asiento antes de que las tres salgamos del piso y nos dispongamos a ir hacia nuestro destino.

Sé buena conmigo, Alemania.
Sé buena.



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Cuidado con el alemán #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora