Años atrás...—¡Que si mamá, que si!- grito y cierro la puerta.
Kai y yo nos quedamos solos esta noche otra vez. La abuela se había puesto mal y mamá le había dicho al abuelo que iría a verlos en cuanto saliera del trabajo, al parecer iba a quedarse ahí hasta mañana y yo tenía que hacerme cargo de la casa y del pesado de mi hermano menor.
Que guay, hoy me quedaba sin salir.
Normalmente no me importaba quedarme en casa, era demasiado hogareña algunas veces, pero justo hoy mis amigos y yo habíamos quedado en ir a cenar y después ir a ver una película al cine pero ya les había enviado un mensaje para decirles que no iría.
Menuda noche la que voy a tener yo.
- ¿Quieres dejar de quejarte? Estoy intentando ver la tele por si no te has dado cuenta.
Y ese, es Kai Valls.
Mi hermano menor de quince años que conseguía acabar conmigo y con mi paciencia la mayor parte del tiempo pero en el fondo, muy en el fondo, lo quiero.
Le doy una colleja antes de levantar mi culo del sofá y salir corriendo hacia mi habitación antes de que me diera una hostia y yo se la devuelva. Mamá nos mataría si al llegar nos encontrara con arañazos y moratones en el cuerpo.
Me dejo caer sobre la cama y empiezo a cotillear en mi móvil. Hoy era sábado y al no poder salir lo más probable era que me muriese del aburrimiento en lo que quedaba de noche.
Pongo música en el ordenador que tengo justo al lado de mi cama y empiezo a cantar todas las canciones que se van reproduciendo en la playlist que había creado hace unas semanas, la mayoría eran canciones en inglés, no era muy fan de la música en español. Es irónico porque se supone que es mi lengua materna pero la verdad es que la prefiero para bailar, no para escucharlo en mi día a día.
Cuando estoy por bloquear la pantalla del móvil y tomar el ordenador para buscar alguna película para ver, me acuerdo de la aplicación que había descargado hace unas semanas y del cuál no le había hablado de su existencia a nadie, excepto a Liberty y Ava. No tardo mucho en sentarme sobre la cama y encender la luz para que la habitación quede más iluminada, arreglo mi pelo y acomodo la camiseta blanca gigante que estaba usando como pijama antes de abrir la aplicación y sonreír.
Parece que hoy de aburrimiento no moriría.
No sé como diantres llegué hasta esta aplicación, supongo que es lo que tiene pasarte toda la santa noche mirando vídeos de youtube hasta altas horas de la madrugada. Una pequeña pestaña se abre y me da la bienvenida a GlobaLink, una aplicación en la cual puedes ver transmisiones en directo de cualquier persona que desees. Daba igual de que país fuera, podías verlo sin problema alguno.
Al principio, lo descargué con el único fin de conocer a ingleses buenorros pero jamás me imaginé que acabaría haciendo lo mismo que ellos; sentarme delante de la cámara de mi móvil y empezar a hacer transmisiones.
ESTÁS LEYENDO
Cuidado con el alemán #1
RomanceEn edición. Primer libro de la trilogía Cuidado. Decidme que ese de ahí no es el jodido alemán que me trastornó la cabeza en mi adolescencia. Por Dios, decidme que ese que va acompañado de una avispa andante no es el mismo idiota que pasaba de mi cu...